Por La Opinión Popular - 18-03-2025 / 17:03
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL
Gestión de Frigerio: Un año perdido para los entrerrianos
El primer año de Frigerio como gobernador fue un lapso perdido para los entrerrianos y se traduce en un período sin avances, sin logros concretos, y con una marcada paralización en obras y servicios. La provincia está aferrada a políticas de marketing publicitario e improvisación. Promesas incumplidas, servicios deficientes y una falta alarmante de capacidad de administración de su equipo de porteños son las características que definen estos primeros 12 meses.
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL
Gestión de Frigerio: Un año perdido para los entrerrianos
Las gestiones neoliberales de Javier Milei y Rogelio Frigerio terminaron su primer año lejos de los pronósticos que aventuraban una resistencia popular violenta ante el brutal ajuste que se anunciaba. Ya que su objetivo es liquidar el proyecto democrático, republicano y progresista que se gestó desde 1983 en adelante. Y el dato más relevante de la política en el último año es la resignada aceptación de la brusca disminución de su nivel de vida por parte de amplias franjas de las clases medias y de menores ingresos. La reducción de los subsidios golpeó, con tarifazos, en el bolsillo del pueblo con duros aumentos en transporte, energía, combustibles y agua. La sorpresa fue que esta vez muchos de los afectados aceptaron, y lo siguen haciendo hasta ahora, lo que en su momento rechazaron de Mauricio Macri.
No fue un año sencillo pero, a juzgar por lo obtenido en la Casa Rosada, Frigerio consideraría que el "dialoguismo" es un buen negocio. Entre Ríos fue una de las provincias atendida por la administración de Milei. Aunque sea con migajas, que no le permitieron realizar una gestión valiosa. El primer año de Frigerio como gobernador fue un lapso perdido para los entrerrianos y se traduce en un período sin avances, sin logros concretos, y con una marcada paralización en obras y servicios. La provincia está aferrada a políticas de marketing publicitario e improvisación. Promesas incumplidas, servicios deficientes y una falta alarmante de capacidad de administración de su equipo de porteños son las características que definen estos primeros 12 meses.
Sostiene Álvaro Gabás, ex secretario de Producción de Entre Ríos, que en el primer año gestión de Frigerio, las políticas de Estado brillaron por su ausencia. Cuesta rescatar algún plan, meta, objetivo planteado por este gobierno. Sus aciertos tienen epicentro en acciones de índole político, pero muy lejos de las necesidades y demandas de la sociedad entrerriana.
Es decir que, se olvidó de la calidad de vida de los comprovincianos. Si se observa el área de salud, educación, acción social u obra pública; el esfuerzo por recobrar algún precepto o materialidad es aún mayor. Con impericia han terminado un año omitiendo la gestión en su gobierno. El tiempo perdido en este primer año no puede recuperarse, pero sí puede ser una enseñanza para el futuro. Entre Ríos merece mucho más que esta lamentable administración.
Las razones de la actitud de Frigerio frente a Milei son múltiples y todas muy opinables. Desde el oficialismo alegan la toma de conciencia de que el Estado nacional no puede gastar sin límite y cubrir la diferencia con emisión monetaria, porque eso genera inflación. Ello conlleva la convicción de la aceptación del ajuste, incluso intenso, para torcer el rumbo y estar mejor en el largo plazo. En el muy largo plazo: dentro de 45 años. El "cualquiercosismo" de Milei.
Mucho antes, los modelos neoliberales ajustadores de Milei y Frigerio se debatirán en la campaña de elecciones legislativas del año que viene. El Presidente y el Gobernador no aparecerán en las boletas, aunque jugarán apoyando a sus candidatos a legisladores nacionales. En especial Frigerio, que afrontará el primer desafío en las urnas desde que está en la Casa Gris. Milei ya pronosticó que los libertarios ganarán las próximas legislativas. "Nos conformamos con retener las bancas que exponemos", auguran resignados los del PRO.
Por su estilo blando, se especula si Frigerio se pondrá realmente al frente de la campaña. Todo indica que en la provincia, Frigerio buscará jugar con los libertarios. No así en la alianza Juntos por Entre Ríos, que probablemente liderarán los radicales con sectores del macrismo. Hoy no hay dudas de dónde se parará Frigerio en la pulseada entre Milei y Macri. Se abrazará al Presidente.
Ahora bien, si espera que las pocas transferencias discrecionales que hubo en 2024 se repitan, está equivocado, porque directamente se evaporarán del mapa fiscal en el electoral 2025. No habrá dinero para la campaña, es la premisa del "Señor de la Motosierra". Desde ese punto de vista, no es un interrogante la conducta que adoptará el libertario, incluso con los gobernadores afines a la Casa Rosada.
En tiempos de elecciones, todo el mundo se desconoce, más aún cuando la premisa de Milei es tratar de ganar la mayor cantidad de bancas posibles para contar con una fuerza propia dentro del Congreso, de tal manera que las negociaciones con las bancadas opositoras no sean tan traumáticas como han sido durante este primer año de gestión.
Los fanáticos libertarios consideran que el primer año de Milei fue exitoso, el suyo ya sería el "mejor gobierno de la historia". Acabó con la inflación, puso punto final a los piquetes, planchó el dólar, se cotizó como amigo de Donald Trump y el ajuste bestial no evitó que mantenga cierta popularidad. Pero los malos meses de opinión pública contra Milei fueron más que los buenos durante el primer año. Fundamentalmente, el descontento tuvo que ver con:
-Derrotas políticas institucionales en el Congreso, como con la Ley Ómnibus, las concesiones que hizo a la CGT por el DNU en el capítulo laboral, enfrentamientos con gobernadores por quita de subsidios, la pelea con las universidades, entre otras.
-Afectación directa a sectores sociales como los jubilados, quita de subsidios en servicios y a consumos a hogares de clase media, paros docentes, saqueo de recursos a las provincia, etc.
-Posiciones de casta que lo dejaron en lugares opuestos con su discurso político, tales como iniciativas compartidas con los K, como la postulación del juez Ariel Lijo a la Corte Suprema de Justicia, la discusión por la ley de Ficha Limpia, o bien el escándalo de coimas y la detención del senador aliado Edgardo Kueider.
En la fascinación cholula de Milei con Trump y Elon Musk está su visión ideológica: igual que ambos archimillonarios, el Presidente es un plutócrata, que gobierna solo para los ricos. La plutocracia es el sistema en el que el poder político está en manos de ricos. Una de las variantes del conservadurismo en auge tiene la convicción de que los mega millonarios constituyen una clase de naturaleza superior y por ende es bueno que tengan todo el poder político.
Ahora, resta saber, para Milei y Frigerio, qué sucederá cuando la paciencia popular se agote y el reclamo por volver a crecer plantee nuevos parámetros de exigencia social, sobre todo si el peronismo consigue mantenerse unido y si las respuestas empiezan a ser planteadas desde cada argentino que creyó en Milei, que eligió hacer un sacrificio, una vez más, a cambio de lograr un futuro con certezas, predecible y sin tensiones políticas. Pero no a tan largo plazo. De hecho, solo el 14% de los argentinos dicen que sus ingresos le alcanzan para vivir y ahorrar, y un 46% afirma directamente que no llega a fin de mes.
Sobre este nivel de vulnerabilidad económica, Frigerio y Milei sostienen la recreación de cierta expectativa y esperanza de cara al futuro, reforzada por la baja relativa de la inflación. Pero no por la promesa de un resurgir productivo que vuelva a posibilitar un sueño colectivo como sociedad, defendiendo la tradición republicana y democrática, los derechos humanos y el Estado de Bienestar y Justicia Social. Ese Estado que Milei quiere destruir y que Frigerio acompaña. El peronismo debe volver a generar un proyecto de crecimiento y producción, que incorpore a las mayorías populares para cuando el anarcocapitalismo termine, como terminaron la dictadura militar, la convertibilidad menemista y el macrismo neoliberal. Porque estos proyectos anti populares cada vez duran menos y finalmente terminan. Más pronto que tarde.
La Opinión Popular