Por La Opinión Popular - 05-10-2024 / 19:10
PANORAMA POLÍTICO ENTRERRIANO
¿Se va a plantar Frigerio ante el brutal ajuste que exige Milei?
El ajuste que reclamó Milei es un disparate total, porque sería imposible para las provincias seguir brindando servicios esenciales con ese nivel de ajuste brutal. No es una optimización del gasto ni de un ajuste, sino de un recorte draconiano para destruir el Estado provincial, lo que pondría en peligro la vida de millones de personas que dependen de los servicios públicos que las provincias proveen. No es casual que Frigerio no haya emitido opinión alguna sobre estas medidas de Milei. En política, las omisiones y los silencios dicen todo.
PANORAMA POLÍTICO ENTRERRIANO
¿Se va a plantar Frigerio ante el brutal ajuste que exige Milei?
El presidente Javier Milei convirtió la presentación del proyecto de Ley de Presupuesto 2025 ante la Cámara de Diputados en una arenga política, escasamente técnica y casi sin detalles, pero ratificó una vez más los conceptos anarco capitalista que subraya fanáticamente. El tema que generó mayor polémica apuntó a las provincias: les reclamó un ajuste adicional de 60 mil millones de dólares y que no suban los impuestos o tasas locales para que el gasto público consolidado baje a 25 puntos del Producto Interno Bruto, como lo expresa el Pacto de Mayo, que el gobernador Rogelio Frigerio firmó.
¿Cómo piensan hacer el ajuste? Muy fácil: se la quitarán al interior federal. Ahora bien, es absolutamente insostenible y fuera de toda lógica la idea de que las provincias deben ajustar en 60 mil millones de dólares (aproximadamente 10 puntos del Producto Bruto Interno). Para poner las cosas en perspectiva, si consideramos que el PIB del país es de alrededor de 600 mil millones de dólares, y que el gasto consolidado de las provincias es aproximadamente el 14,7% del PIB (datos de Iaraf), esto significa que las provincias tienen un gasto total de alrededor de 88 mil millones de dólares.
Reducir 60 mil millones de esa cifra implicaría una reducción de más de 68% del gasto provincial. Esto significaría, en términos prácticos, que las provincias deberían reducir a una tercera parte el gasto en servicios fundamentales como educación, salud, seguridad y obras públicas. Es inimaginable que el conjunto de provincias invierta en esos servicios fundamentales un tercio de lo que invierten hoy. ¿Se va a plantar Frigerio ante este brutal reajuste que exige Milei?
Lo que reclamó Milei es un disparate total, porque sería imposible para las provincias seguir brindando servicios esenciales con ese nivel de ajuste brutal. No es una optimización del gasto ni de un ajuste, sino de un recorte draconiano para destruir el Estado provincial, lo que pondría en peligro la vida de millones de personas que dependen de los servicios públicos que las provincias proveen. No es casual que Frigerio no haya emitido opinión alguna sobre estas medidas de Milei. En política, las omisiones y los silencios dicen todo.
¿Qué hará Frigerio? Ya estamos con las obras públicas paradas y con la Caja Jubilatoria en rojo. ¿Qué otro ajuste pretenden? Milei ya ha adoptado medidas que han mermado los ingresos de las provincias al recortarles fondos que venían percibiendo hasta fines del año pasado. Como el Fondo de Incentivo Docente (FONID), que se anunció que no sería prorrogado y que afecta directamente a los docentes; y la quita del Fondo de Compensación al Transporte Público de Pasajeros.
Además, es preocupante que un conjunto de obras públicas, comprometidas en un acuerdo Nación - Provincia, no fueran incluida en el Presupuesto 2025, ni detalladas de manera expresa. Y más de 100 obras destinadas a municipios tampoco están en el Presupuesto. Que el sector privado vaya realizar esas obras es una mentira total, es un engaño decir que las inversiones privadas van a llevar adelante la infraestructura que necesita la provincia y el país.
Desde que Milei llegó al poder, la Anses dejó de girar fondos a las Cajas de Jubilaciones. Por su parte, la ley de Movilidad Jubilatoria que Milei vetó, incluía un reconocimiento de las deudas que el Estado mantiene por los fondos para la compensación de las cajas de jubilaciones provinciales que quedaron en manos de las provincias, como es el caso de Entre Ríos. Pero, en el Presupuesto 2025, la Nación no prevé enviar fondos a la Caja de Jubilaciones. Como está el texto, la Anses no tiene previsto enviar recursos para cubrir parte del déficit de las cajas previsionales. En la Casa Gris admiten que no descartan la vía judicial, pero "este no es el momento político para embestir contra Milei", confiesan funcionarios frigeristas. En lugar de subirse al sacrificio inútil y suicida que exige Milei, Frigerio debería reclamar esta deuda de Nación con Entre Ríos.
El tema es, ¿qué margen tiene la provincia de Entre Ríos para hacer este reajuste que le reclama Milei? Hablar de estas cifras como si ya las provincias no hubiesen sido obligadas a realizar un achique, es un despropósito. Los 60 mil millones de dólares, para Entre Ríos significarían alrededor de 3 mil millones de dólares menos. A Milei, por las razones que sean, lo votaron muchos, pero no es un cheque en blanco para que haga lo que se le dé la gana. Porque los entrerrianos no están dispuestos a que el ajuste, que Milei prometió que pagaría la "casta", sea absorbido por provincias, trabajadores y jubilados, mientras los ricos quedan exentos de todo sacrificio.
Se viene la "Madre de Todas las Batallas", la más importante de todas, la puja política que merece la mayor atención, la que debe llevarse los mejores esfuerzos. El debate por el Presupuesto 2025 reeditará la vieja antinomia entre unitarios y federales. Las provincias deberán exigir que Milei honre los compromisos asumidos durante el debate de la Ley de Bases, pero él solo les exige más ajuste.
Los gobernadores esperaban que el Presupuesto recuperara algunos de los compromisos asumidos por el gobierno nacional cuando su entonces ministro del Interior, Guillermo Francos, recorría el país en campaña de recolección de votos para la Ley de Bases. Aquella ley se aprobó, pero nada de lo que Francos había prometido en materia de financiamiento de obra pública y de pago de deudas a provincias se cumplió y eso explica en gran medida la seguidilla de fracasos legislativos que acumuló el Gobierno nacional desde entonces.
Ahora Frigerio tiene que ponerse los pantalones largos para tomar una acción seria y decidida, junto a otros gobernadores, y reclamarle a Milei menos sermones anarcocapitalistas y más cumplimiento de compromisos asumidos, y que se incorporen recursos que la Nación adeuda a Entre Ríos y obras que son parte de acuerdos firmados. Que se dé cumplimiento a las deudas que Nación mantiene con Entre Ríos, tanto en concepto de regalías energéticas de las represas Salto Grande, como también las deudas previsionales de la Anses.
El presupuesto nacional 2025 debe incorporar un artículo que obligue a la Anses a compensar a las provincias que no transfirieron sus cajas previsionales a la Nación, entre ellas Entre Ríos. El reconocimiento de esas deudas viene siendo motivo de puja con el gobierno libertario que pretende desconocerlas, de hecho, el célebre DNU 70 lo había eliminado del texto del Presupuesto 2023, extendido en 2024, y ahora no se incluyó en el proyecto 2025. Si no lo consigue, la crisis provincial lo arrastrará.
También debe exigir que el Presupuesto incorpore subsidios al consumo energético domiciliario en aquellos casos de tarifas elevadas para determinados rangos de hogares, que el impuesto a los combustibles que financiaba los subsidios al transporte que fueron suprimidos se convierta en un tributo coparticipable y también avanzar con la cancelación de las deudas que Nación mantiene con las provincias por el Consenso Fiscal.
Cualquier debate sobre la necesidad de mejorar la eficiencia del gasto público es válido, pero proponer un ajuste como quiere el insensible e inútil Milei no tiene cabida en la realidad. Las consecuencias sociales y económicas de tamaño ajuste serían devastadoras y empeorarían la situación de los sectores más vulnerables de la sociedad entrerriana.
Milei ha elegido nuevamente privilegiar su relato de ajuste a rajatablas y avanzar sin desvío alguno, pese a los complejos datos de la realidad social y económica, que se prolongan más allá del fuerte impacto inicial. El presupuesto 2025, que es un plan de gobierno, es horrible, porque no sólo se desentiende de los más débiles, sino también de la idea de que el Estado tiene que cumplir una función social. Simplemente, quiere destruirlo.
La Opinión Popular