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Nacionales - 15-04-2025 / 11:04
EL LIBERTARIANO RECIBIÓ CON SUMISIÓN AL SECRETARIO DEL TESORO YANQUI, QUIEN SE PROBÓ LA BANDA Y EL BASTÓN

El yanqui Scott Bessent se llevó la promesa del cipayo Milei de que Argentina entregará sin discutir todo lo que pida Trump

El yanqui Scott Bessent se llevó la promesa del cipayo Milei de que Argentina entregará sin discutir todo lo que pida Trump
El mismo día en que el Gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei convalidó otra devaluación, después de jurar que no lo haría, el libertariao festejó la nueva deuda con el FMI junto al secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent. Contra lo difundido por los voceros oficiales, el invitado no trajo de regalo más dólares, sino que reclamó frenar las relaciones con China y se llevó la promesa de que Argentina entregará sin discutir todo lo que pida Donald Trump.
El mismo día en que el Gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei convalidó otra devaluación, después de jurar que no lo haría, el libertariao festejó la nueva deuda con el FMI junto al secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent. Contra lo difundido por los voceros oficiales, el invitado no trajo de regalo más dólares, sino que reclamó frenar las relaciones con China y se llevó la promesa de que Argentina entregará sin discutir todo lo que pida Donald Trump.
 
La llegada del funcionario yanqui se da en un contexto de profundos cambios económicos tanto a nivel nacional como a nivel mundial. En la Argentina, la gestión de La Libertad Avanza acaba de cerrar un nuevo acuerdo con el FMI, que implicará mayores ajustes y golpes sobre las condiciones de vida de las mayorías trabajadoras, los jubilados y el pueblo pobre. A escala internacional, la guerra comercial implementada por Trump, sacude el escenario geopolítico.
 
Bessent, funcionario de Trump, viene a respaldar esa agenda de ajuste neoliberal. Así lo dijo en un comunicado que hizo público, reivindicando lo que llamó el "audaz liderazgo del presidente Javier Milei", como base para que "relación entre Estados Unidos y Argentina [sea] más sólida que nunca".
 
Milei recibió a Scott Bessent y, como si estuvieran de fiesta, desde el oficialismo compartieron fotos del presidente y el ministro de Economía Luis Caputo a las carcajadas y dándose abrazos. Si bien en Balcarce 50 especulaban con que Bessent traería bajo el brazo un refuerzo de financiamiento para la Argentina a través de una línea de crédito especial del Tesoro, nada de eso ocurrió.
 
El cipayo Milei, que se rebajó a dar una declaración conjunta con el secretario del Tesoro (cuando correspondía que eso lo haga el ministro de Economía, no el presidente de un país, que tiene un rango mayor), no solo le regaló ese gesto, sino que además dejó hablar al yanqui primero, como si él fuera el dueño de casa.
 
En su discurso leído, el argentino le pidió perdón al secretario del Tesoro porque el país le dijo no al ALCA en 2005, le rogó por una "reconciliación" y gritó en inglés: "We are make Argentina great again". Horas después, en medio de la devaluación de los anuncios del viernes, el vocero presidencial Manuel "Cara de Piedra" Adorni compartió una foto de Milei, Caputo y el equipo del ministerio de Economía riendo a carcajadas y dándose abrazos. "Nerviosismo total en el gobierno", escribió irónico.

Tras el encuentro, Bessent brindó una entrevista a Bloomberg y encabezó una declaración en conjunta con el presidente. "Quería venir hoy para mostrar mi apoyo a Milei y su compromiso con lo que considero histórico para rescatar a Argentina del abismo", destacó el yanqui. Sin embargo, al ser consultado por una posible línea de crédito directa hacia Argentina, fue tajante: "No está bajo consideración". Además, no dio precisiones sobre una posible baja de los aranceles del 10% que Trump impuso a las importaciones argentinas y que las encarecen.


La visita solo implicó un respaldo político a un gobierno libertariano que se preparar a profundizar el ajuste salvaje sobre las condiciones de vida de las mayorías populares. Es el aval a un proyecto neoliberal reaccionario, completamente favorable a los intereses del gran empresariado. No hay nada que festejar con la llegada de Bessent, y memos para descorchar champan.

La Opinión Popular

 
MILEI RECIBIÓ CON HONORES AL SECRETARIO DEL TESORO DE LOS ESTADOS UNIDOS
 
Scott Bessent se probó la banda y el bastón, felicitó a su mejor alumno y marcó la cancha respecto a China
 
Uno de los funcionarios económicos más importantes del trumpismo realizó una cabal demostración de poder en la Rosada en el primer día hábil tras el acuerdo con el FMI y la devaluación. Monitoreó la reacción de los mercados, elogió el ajuste y pidió que Argentina cancele el Swap con el país asiático. Pero los anuncios tuvieron sabor a poco: no habrá por ahora nuevos desembolsos. Adorni salió a sobreactuar tranquilidad.
 
Interesado, entre otras cosas, por los recursos naturales del país, el funcionario de Donald Trump aterrizó en Buenos Aires para monitorear el trabajo de sus mejores alumnos, felicitarlos por el "triple ajuste" que están llevando adelante en contra de las mayorías populares y marcar territorio en el medio de su enfrentamiento comercial con China. Pidió, además, que la Argentina cancele el Swap.
 
Desde el Gobierno, después de cerrar un nuevo préstamo con el FMi, que seguirá sometiendo al país durante décadas, dijeron que festejaban por "terminar con el cepo". "Hoy la Argentina está viviendo su propio día de liberación tras 15 años de control de capitales. Hoy nos hemos desecho para siempre de ese yunque", leyó Milei junto al secretario del Tesoro de Estados Unidos, que esbozaba una sonrisa. Luego, la oficina del Presidente subió en X una foto del equipo económico, con Milei en el centro, y puso "el equipo que destruyó el cepo cambiario en Argentina", haciendo referencia a la flexibilización del mismo.
 
En la declaración conjunta, en tanto, Milei consideró que está forjando con el país del norte "una sociedad", obviando la diferencia que hay en la relación de poder que nos desfavorece y, como si hiciera falta aclararlo, confirmó que se siente "un aliado firme de Estados Unidos en la región".
 
"Creemos que los semejantes tienen que trabajar juntos, tanto para prosperar como para protegerse mutuamente por eso la Argentina tiene la intención de ser un aliado firme de los Estados Unidos", leyó. Por último, calificó a Latinoamérica como un territorio "asediado hace años por el virus del socialismo".
 
 
Bessent bendice el programa
  
Bessent, orgulloso de su mejor alumno, pero sin hacer ningún tipo de anuncio económico, felicitó a Milei por "ser el hombre que reconoció que el Estado no era la solución, no el problema, y se enfrentó al establishment". También lo congratuló por "reprivatizar la economía" y auguró "un auge masivo de inversión extranjera directa". "Bajo el liderazgo de Milei la Argentina y Estados Unidos comparten valores similares", destacó y añadió que el gobierno de Trump siente "optimismo respecto de la nueva Argentina porque marca una ruptura con el pasado". "Creo firmemente que Milei puede asegurar una transformación económica y confío en que él podrá llevar este país nuevamente a la era dorada", finalizó.
 
En los detalles que se conocieron del Staff Report del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional --para el que Milei dijo que Bassent colaboró--, el organismo reconoció que tiene "altos riesgos financieros" con el caso de la Argentina por la cantidad de dinero que le prestó en el último tiempo, también elogiaron la "desregulación" que está llevando a cabo el ministro Federico Sturzenegger, mencionaron de la necesidad de una reforma previsional para el año que viene, de "contener" los salarios, de la reducción de subsidios y añadieron que hay que incrementar las exportaciones de energía y minería, además de privatizar las empresas estatales.
 
En una entrevista que, luego de la declaración conjunta Bessent dio a un medio estadounidense, el secretario del Tesoro recordó que el FMI le asignó al país 20 000 millones de dólares y el Banco Mundial 12 000 millones y remarcó que él quería venir "para mostrar mi apoyo al presidente Milei y su compromiso con lo que considero histórico para rescatar a Argentina del abismo". Ante la consulta de si el gobierno de Estados Unidos está evaluando un esquema de aranceles cero con nuestro país, respondió: "Vamos a empezar las negociaciones y, al igual que con todos los demás países, les digo que traigan su mejor juego, veremos lo que tienen y seguiremos a partir de ahí".
 
En otro tramo de la entrevista, el secretario del Tesoro se refirió al Swap que la Argentina tiene con China. Dijo: "Tienen un Swap de crédito de 18.000 millones de dólares en yuanes. Argentina, bajo el anterior gobierno peronista, obtuvo 5.000 millones de dólares, y esa cantidad seguirá pendiente. Los chinos mostraron un gran esfuerzo tras el anuncio, o en conjunción con el del FMI, por lo que se extenderá un año. Creo que, a medida que esta administración mantenga su política económica inflexible, deberían eventualmente tener suficientes entradas de divisas para poder pagarlo". Además, descartó una línea de crédito directa del Tesoro.
 
Esas declaraciones de Bessent van en línea con las que hizo la semana pasada el enviado especial de los Estados Unidos para América Latina, Mauricio Claver Carone. Él dijo que no quería "entrometerse", en medio de las negociaciones que estaba llevando a cabo la Argentina con el Fondo Monetario, pero aclaró que Estados Unidos quiere "que termine la famosa línea de crédito que tiene Argentina con China". Y agregó: "Lo que queremos asegurarnos es que ningún acuerdo al que se llegue con el Fondo Monetario termine prolongando esa línea de crédito o ese Swap que tienen con China".
 
Bessent añadió: "Lo que intentamos evitar (con Latinoamérica) es lo que ha ocurrido en el continente africano, donde China ha firmado varios acuerdos rapaces que se presentan como ayuda, donde se han apropiado de derechos mineros y han añadido enormes cantidades de deuda a los balances de estos países". El funcionario de Trump mantuvo un rol destacado en medio de la guerra comercial que desató el gobierno de Estados Unidos y, en las últimas semanas, también viajó a Ucrania.
 
Con un particular interés por los recursos naturales estratégicos del país, entre ellos, el litio, el funcionario de Estados Unidos llegó por la mañana a Buenos Aires. Almorzó en el Palacio Bosch --la residencia del embajador en el país-- con empresarios y CEO s de empresas estadounidenses con importantes inversiones en el país. Luego se dirigió al ministerio de Economía para reunirse con el titular de la Cartera, Luis Caputo, con quien estuvo cerca de una hora. De allí se subió a una camioneta, e ingresó por el salón de los bustos a la Casa Rosada para encontrarse con Milei.
 
La Plaza de Mayo amaneció vallada y algunas calles cortadas por el importante operativo de seguridad. La Casa Rosada estaba rodeada de efectivos de la Policía Federal y personal de Casa Militar que, dentro de la casa de gobierno también bloqueó pasillos e ingresos a distintos salones a la prensa acreditada.
 
Antes de recibir a Bessent, el presidente se reunió en su despacho de Balcarce 50 con empresarios que viajaron junto al secretario del Tesoro. Se trató de Robert Citrone, inversor "billonaire" y fundador del Grupo Discovery, con activos en el país; Matt del Orfano, experto en economía argentina de Citrone; Matt Schlapp, presidente de Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) y Soledad Cedro, CEO de CPAC Argentina y socia en Tectic, empresa de lobby de EEUU.
 
Tras la reunión con el secretario del Tesoro, desde la Cámara de Comercio Americana en Argentina (AmCham) emitieron un comunicado con elogios en el que subrayaron: "Como socio estratégico, Estados Unidos sigue siendo fundamental para las aspiraciones de Argentina de progreso a largo plazo. La comunidad empresarial estadounidense, representada por AmCham, está dispuesta a contribuir activamente a este proceso".
 
Por Melisa Molina
 
Fuente: Página 12
 

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15-04-2025 / 11:04
El mismo día en que el Gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei convalidó otra devaluación, después de jurar que no lo haría, el libertariao festejó la nueva deuda con el FMI junto al secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent. Contra lo difundido por los voceros oficiales, el invitado no trajo de regalo más dólares, sino que reclamó frenar las relaciones con China y se llevó la promesa de que Argentina entregará sin discutir todo lo que pida Donald Trump.
 
La llegada del funcionario yanqui se da en un contexto de profundos cambios económicos tanto a nivel nacional como a nivel mundial. En la Argentina, la gestión de La Libertad Avanza acaba de cerrar un nuevo acuerdo con el FMI, que implicará mayores ajustes y golpes sobre las condiciones de vida de las mayorías trabajadoras, los jubilados y el pueblo pobre. A escala internacional, la guerra comercial implementada por Trump, sacude el escenario geopolítico.
 
Bessent, funcionario de Trump, viene a respaldar esa agenda de ajuste neoliberal. Así lo dijo en un comunicado que hizo público, reivindicando lo que llamó el "audaz liderazgo del presidente Javier Milei", como base para que "relación entre Estados Unidos y Argentina [sea] más sólida que nunca".
 
Milei recibió a Scott Bessent y, como si estuvieran de fiesta, desde el oficialismo compartieron fotos del presidente y el ministro de Economía Luis Caputo a las carcajadas y dándose abrazos. Si bien en Balcarce 50 especulaban con que Bessent traería bajo el brazo un refuerzo de financiamiento para la Argentina a través de una línea de crédito especial del Tesoro, nada de eso ocurrió.
 
El cipayo Milei, que se rebajó a dar una declaración conjunta con el secretario del Tesoro (cuando correspondía que eso lo haga el ministro de Economía, no el presidente de un país, que tiene un rango mayor), no solo le regaló ese gesto, sino que además dejó hablar al yanqui primero, como si él fuera el dueño de casa.
 
En su discurso leído, el argentino le pidió perdón al secretario del Tesoro porque el país le dijo no al ALCA en 2005, le rogó por una "reconciliación" y gritó en inglés: "We are make Argentina great again". Horas después, en medio de la devaluación de los anuncios del viernes, el vocero presidencial Manuel "Cara de Piedra" Adorni compartió una foto de Milei, Caputo y el equipo del ministerio de Economía riendo a carcajadas y dándose abrazos. "Nerviosismo total en el gobierno", escribió irónico.

Tras el encuentro, Bessent brindó una entrevista a Bloomberg y encabezó una declaración en conjunta con el presidente. "Quería venir hoy para mostrar mi apoyo a Milei y su compromiso con lo que considero histórico para rescatar a Argentina del abismo", destacó el yanqui. Sin embargo, al ser consultado por una posible línea de crédito directa hacia Argentina, fue tajante: "No está bajo consideración". Además, no dio precisiones sobre una posible baja de los aranceles del 10% que Trump impuso a las importaciones argentinas y que las encarecen.


La visita solo implicó un respaldo político a un gobierno libertariano que se preparar a profundizar el ajuste salvaje sobre las condiciones de vida de las mayorías populares. Es el aval a un proyecto neoliberal reaccionario, completamente favorable a los intereses del gran empresariado. No hay nada que festejar con la llegada de Bessent, y memos para descorchar champan.

La Opinión Popular

14-04-2025 / 09:04
Javier "el Loco" Milei enfrenta horas probablemente decisivas para la suerte de su experimento a corto y mediano plazo. En el largo, ya se sabe, todo está dicho respecto de modelos como éste. Casi completamente cercados por la agonía de las reservas, Toto Caputo y el ¿insólito? personaje que ejerce de Presidente notificaron todo lo contrario de lo que afirmaban, sin cansancio, hasta el jueves a la noche. Que no devaluarían.
 
Llegar con aire a octubre es el único o mayor sentido de lo anunciado. El plano económico se ratifica como excluyente en las preocupaciones populares. Le sigue, a distancia abismal, el de un escenario en las urnas que, hasta hace pocos meses, el oficialismo imaginaba mucho menos inquietante.
 
Este domingo, sin ir más lejos, se vota en Santa Fe para convencionales constituyentes, junto con las Primarias de cargos comunales y municipales. El alcance es provincial. Pero no, tal vez, su resultado político. Todas las encuestas adelantaron el triunfo considerable del gobernador Maximiliano Pullaro. Eso no significa un comienzo de reconstitución nacional de los radicales, que hace ya demasiado rato perdieron cualquier atisbo de identidad. Sí conllevaría una imagen aplastada de La Hermanísima Karina, en cuyo tarotismo se jugó el armado electoral de los libertaristas.
 
Se suma a ese factor la partición despiadada, en Capital, de lo Milei y lo Macri. En territorio bonaerense es al revés, aunque no con beneplácito de El Calabrés. Nada de cuestiones ideológicas. El capo de lo que queda del Pro calificó como "maravilloso" el acuerdo con el Fondo y la eliminación del cepo. Simplemente, "Mauricio" se entera por los diarios de lo que, mudados del amarillo al violeta, cierran Pucho Ritondo y Diego Santilli.
 
De más estaría reiterar que nada de esto sucedería, en la representatividad electoral del bloque dominante, si tuvieran certeza acerca de cuán fortalecido está el rumbo de la economía. Pueden tenerla en lo básico de cómo beneficiar sus negocios y negociados. No, en cuanto a la capacidad administrativo-política de los genios mileístas.
 
El índice inflacionario de marzo metió otra cuña. Pone en peligro el activo-madre del Gobierno, que es la baja de los precios. Se supondría que, en el bolsillo, nadie se lo cree. Pero si, sobre mojado llovido, las cifras oficiales dan cuenta de un retroceso en esa creación de imaginario, el panorama se complejiza.
 
El acuerdo con el FMI no requiere ningún análisis especializado. Sus dos columnas vertebrales son eternas e inmodificables. Ajuste y más ajuste en cabeza de quienes menos tienen. Y "avanzar" en las tres reformas estructurales: previsional, laboral y tributaria. Más, obvio, los recursos naturales mineros y energéticos. Aquello de que las cosas se cuentan solas.
 

13-04-2025 / 09:04
El nuevo acuerdo con el FMI marca el verdadero inicio del programa económico exigido por Estados Unidos: una devaluación cercana al 30%, el fin de los subsidios, privatizaciones, reformas estructurales y un giro geopolítico contra China. Tras dos meses de resistencia, Javier "el Loco" Milei y Luis "Toto" Caputo cedieron y aceleraron las medidas. El Tesoro norteamericano ya pisa Buenos Aires para garantizar el cumplimiento. Washington pide mucho más que ajuste: quiere influir en el gabinete, quedarse con recursos estratégicos y allanar el camino a una eventual dolarización.
 
La "tercera fase del programa económico" de Milei y Caputo es, en realidad, la primera fase del programa económico dictado desde Washington para el gobierno argentino. El dólar no se cayó como un piano, como anticipaba el presidente, sino que sufrirá una nueva devaluación, cercana al 30 por ciento, que invita a imaginar un nuevo salto después de las elecciones de octubre. Exactamente lo contrario a lo planeado. El fracaso es completo.
 
La visita del secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, que este lunes se hará un hueco en la agenda durante el punto álgido de la más grande guerra comercial de la historia moderna para llegar a Buenos Aires con el acuerdo ya firmado, sólo puede explicarse si viene a controlar su aplicación. Entre las condiciones que se conocieron hay reformas estructurales regresivas y el fin de los subsidios a la energía. Hay otras que no figuran en los documentos públicos.
 
La salida del cepo, a las apuradas, responde menos a una estrategia macroeconómica que a una exigencia de Estados Unidos y a la necesidad de tapar con algo que parezca una buena noticia el dato de inflación de marzo, que echó por tierra el último capital simbólico del gobierno. Sin reservas, con devaluación y precios otra vez retroalimentados, pidiendo la escupidera al FMI y aplicando más ajuste va a ser difícil explicar el sentido del sacrificio que se hizo hasta ahora.
 
Este mismo acuerdo con el Fondo estaba sobre la mesa desde comienzos de febrero, pero se demoró dos meses por la resistencia de Milei y Caputo a devaluar y sacar el cepo. El viaje fallido a Mar-a-Lago, donde esperaban pedirle personalmente a Donald Trump una dispensa, les hizo entender finalmente, que no habría desembolso sin que se cumplan esas dos condiciones. Durante esos dos meses las reservas del Banco Central cayeron 5 mil millones de dólares.
 
Desde el regreso de Mar-a-Lago todo se precipitó en tiempo récord, lo cual da cuenta de que las negociaciones ya estaban en estado avanzado. El 4 de abril el presidente y el ministro de Economía desairados aterrizaron en Buenos Aires. El 8 de abril se publicó el Acuerdo Técnico. El 12 de abril el directorio del FMI aprobó el nuevo programa en una reunión en cuya agenda originalmente no iba a tratarse el caso argentino. Se completó en cuatro días algo que suele tomar semanas.
 
Esto no habría sido posible sin el apoyo de la Casa Blanca, que se encargó de hacer saber que supervisa de cerca las negociaciones a través de Mauricio Claver Carone, un halcón que ya había facilitado el préstamo de 55 mil millones a Mauricio Macri. Mientras Milei estaba en Mar-a-Lago esperando la foto que nunca iba a llegar, él a pocos kilómetros hacía explícito uno de los puntos del acuerdo no escrito: para contar con Trump, Milei debe alejarse de China.
 

13-04-2025 / 09:04
Como disfrazar una derrota. El mismo día que devaluaron se conoció el dato la inflación de marzo que casi se duplicó y rozó un altísimo cuatro por ciento mensual. Es imposible ahora determinar cuanto será el traslado a precios de este treinta por ciento de depreciación de la moneda, pero no augura nada bueno.
 
Milei y Caputo se cansaron de desmentir y atacar a todos aquellos que anticipaban este desenlace por la inconsistencia del esquema cambiario que habían armado. Incluso sus funcionarios, como el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, se burlaron cuando LPO anticipó el 9 de enero que el FMI estaba exigiendo un salto devaluatorio inicial, eliminar el dólar blend y liberar el cepo. Luego esta semana también se anticipó la flotación entre bandas.
 
De manera que Milei y su ministro se convirtieron en mandriles este viernes negro para el relato libertario. Esa es la metáfora que el Presidente acuñó junto a la de econochantas, para referirse a los economistas que contradecían sus dogmas. Es evidente que la sutileza no es lo suyo, ahora también sabemos que los pronósticos tampoco.
 
Del dólar que se iba a derrumbar a 600 pesos y la inflación que bajaba a cero (si sacábamos al mundo, la carne, los servicios y alguna otra cosa) a este 3,7% de marzo, lo que hay en el medio es la realidad de un programa que fracasó, remplazado por una apuesta audaz que descansa sobe dos supuestos: que liquide el campo y que no se espiralice la inflación.
 
Una apuesta que no logra ocultar que ir al Fondo a buscar un salvataje tan desesperado que se acepta devaluar en medio de un pico de inflación, es la descripción de un fracaso. El programa acordado es un clásico del FMI: devaluación, flotación, meta exigente de acumulación de reservas -USD 4,5 mil millones a junio-, privatizaciones, reforma jubilatoria -subir la edad mínima- y, por supuesto, un 0,5% más de ajuste fiscal.
 
Las medidas anunciadas son un triunfo interno de Sturzenegger que venía empujando, en sintonía con el FMI, el esquema de flotación del dólar. Con toda la mala leche del mundo, su segundo Lucas Llach, lo anunció en X un día antes.
 
Pero vayamos a lo importante: ¿Cómo sigue esto? Caputo buscó ponerle miel al mal trago de cargar a la Argentina con otro mega crédito del FMI, que se suma al que tomó Macri. Dijo que gracias a estos nuevos USD 20 mil millones se levantará el cepo. Con el paso de las horas se supo que siguen restricciones por aquí y por allá.
 
Es lógico: permitir la libre compra de dólares, sin reservas, en medio de un salto inflacionario es lo más parecido a pegarse un tiro en la cabeza. En concreto, hay liberación cepo para parte del flujo, no para el stock. Para los dividendos atrasados, Bopreal. Los nuevos, veremos cuando cierre el ejercicio 2025.
 
Pero la gran pregunta es cuanto se trasladará a precios de esta devaluación del 30%. Una pregunta crítica para el gobierno que tiene una elección clave en la Ciudad el próximo 19 de mayo, en la que se juega su disputa por el liderazgo de la derecha argentina con Macri
 

12-04-2025 / 10:04
El grupito de jubilados de los miércoles se convirtió en la columna vertebral del movimiento. Así han cambiado los tiempos. Miércoles de tragar gases, miércoles de soledad y represión, hasta que se disparó la solidaridad masiva de los hinchas de fútbol. Y otro miércoles vinieron los movimientos sociales y algunas agrupaciones y éste, la CGT y las dos CTA.
 
El jueves, un paro general convocado por una conducción más inclinada al diálogo y la negociación. Y otra vez, posiblemente esta sea la vencida, el el gobierno de Javier "el Loco" Milei anunciaron el cierre de una negociación con el Fondo Monetario Internacional cuyas consecuencias, inexorablemente, caerán sobre las espaldas del pueblo, con una inminente devaluación cuando se intente llevar el dólar a una flotación simultánea con el levantamiento del cepo anunciado para el lunes próximo.
 
El paro tendría que ser motivo de reflexión para el gobierno que tiene a los gremios bajo la amenaza de intervención a las obras sociales y el retiro de la obligatoriedad de los aportes sindicales. Además, no se trata de una conducción alineada con los combativos. Por el contrario, es una conducción que, con la salida de Pablo Moyano, se hubiera sentado en una mesa de negociación.
 
Pero este gobierno es binario: todo y nada. Adora a un Donald Trump que lo desaira y niega la palabra a los trabajadores, muchos de los cuales lo han votado. Se somete a los intereses del presidente norteamericano, y niega los de los trabajadores representados en sus gremios. Fueron numerosos los intentos fallidos de la CGT para que el gobierno los sentara a una mesa de negociación.
 
Otra vez los mensajes en las terminales de trenes con una voz robótica que demonizaba a las organizaciones sindicales y al ejercicio del sindicalismo como culpable de todos los males. Un clima futurista y apocalíptico porque había pocas personas y los mensajes se repetían en forma automática en las estaciones semivacías. En los ferrocarriles hubo alto acatamiento. Como en otros paros, parte del transporte hizo huelga y en general, la industria también, pero se sintió poco en el comercio.
 
Hubo mucho clima de paro. Los anuncios del Indec que minimizan la inflación y el minué de afirmaciones y desmentidas con el Fondo Monetario alimentaron el malhumor de la sociedad. Diez veces anunció el gobierno que el acuerdo estaba cerrado. Con esos anuncios trató de tranquilizar a los operadores del mercado y en general al mundo empresario. Pero al repetir tantas veces la misma cantinela, en vez de tranquilizar, puso en evidencia su fragilidad. Transmitió a la sociedad que la inflación, los salarios y la economía en general, dependían de ese acuerdo.
 
Los medios, incluso los oficialistas, se hicieron cargo de ese mensaje: el acuerdo o el abismo. El debate transcurrió sobre ese filo. Los medios oficialistas insistían que el acuerdo estaba cerrado sin problemas. Desde la oposición se destacaba los obstáculos que ponían los técnicos del Fondo, lo cual fue real.
 
En todo caso, unos y otros estaban diciendo que el gobierno se iba al diablo si no conseguía los dólares prestados. Al final, el contenido del debate no fue lo más importante, sino la insistencia por anunciarlo. Le transmitieron fragilidad a esa parte del electorado que mantiene su respaldo a Javier Milei con la ilusión de que finalmente las cosas mejoren y termine con la inflación.
 
 

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