Entre Ríos - 09-03-2025 / 20:03
PANORAMA POLÍTICO ENTRERRIANO
Frigerio-Milei: ¿Más cercamiento o mayor diferenciación política?
Rogelio Frigerio nunca ha estado más cerca del gobierno de los Hermanos Milei en términos de ajustes neoliberal de gestión y además mantiene el apoyo al Ejecutivo nacional en casi todos los temas polémicos que afronta el presidente libertario. Pero en los 15 meses que llevan de forzosa convivencia en el poder, el oficialismo entrerriano tampoco había necesitado tanto como ahora por marcar diferencias políticas con el anarco capitalista. Es el dilema que enfrentan los "radicales con peluca" y los "prosistas" que están dispuestos a abandonar sus colores originales para pintarse de violeta.
Rogelio Frigerio nunca ha estado más cerca del gobierno de los Hermanos Milei en términos de ajustes neoliberal de gestión y además mantiene el apoyo al Ejecutivo nacional en casi todos los temas polémicos que afronta el presidente libertario. Pero en los 15 meses que llevan de forzosa convivencia en el poder, el oficialismo entrerriano tampoco había necesitado tanto como ahora por marcar diferencias políticas con el anarco capitalista. Es el dilema que enfrentan los "radicales con peluca" y los "prosistas" que están dispuestos a abandonar sus colores originales para pintarse de violeta.
No hay misterio en esta disyuntiva. El liderazgo de Javier "el Loco" Milei sufrió un desgaste que también se siente en Entre Ríos, por los sucesivos escándalos protagonizados por el propio Presidente y las dos personas más cercanas a él: la recaudadora coimera Karina Milei y el patotero con guardaespaldas Santiago Caputo. Es que la Justicia argentina y la estadounidense investigan si además de disparates fueron delitos y hace ya varios meses que desde la Casa Gris ven que el violento ejército digital de los trolls rentados libertarios perdió poder de inhabilitación.
Mientras el gobierno de Milei continúa su política de ajustes y profundiza el recorte de fondos a las provincias, reduciendo las transferencias no automáticas en 5,6%, algunos entienden que finalmente está llegando el momento para la discusión que hasta ahora Milei eludió de modo sistemático: la conversación en torno de reclamos provinciales por los recursos saqueados al interior federal. Fue el propio ministro Luis Caputo quien anunció el viernes que el acuerdo de compensación de deudas con las provincias está muy cerca, lo que sorprendió a muchos.
Esa conversación apenas está comenzando y en la Casa Gris considera que llevará mucho tiempo. Por eso, el objetivo prioritario de la Provincia es que se restituyan los envíos de la Anses a la Caja de Jubilaciones, porque el frente previsional puede volverse inmanejable. Especulan con que el anuncio de Caputo podría describir un cambio notorio: la administración Milei comenzó a prestar más atención a las provincias que hasta ahora desfinanció por todas las vías a su alcance, ignoró en términos de gestión y despreció en términos políticos.
Parecería insinuarse un cambio de clima. El 1º de marzo Milei la emprendió contra el diputado Facundo Manes, a quien "Caputito" luego agredió, pero ya no hubo palos para los gobernadores que hasta ahora eran "degenerados fiscales" y "gastadores seriales". Lo cierto es que fueron muy pocos los mandatarios provinciales que estuvieron para escucharlo: apenas seis.
Frigerio apoya la discusión de una reforma impositiva integral que planteó el Presidente. El gobernador considera que Entre Ríos sería beneficiada en un eventual replanteo tributario que otorgue más autonomía a las provincias, como en EE.UU. También sostiene que es imperioso el discutible acuerdo con el FMI, no sólo para que no haya un naufragio total de la economía nacional, sino para que se normalicen las condiciones de financiamiento para las provincias.
La intendenta de Paraná, Rosario Romero, que es más crítica que Frigerio de las prácticas y los valores libertarios, también espera ver qué pasa con el acuerdo con el FMI. Hasta que eso ocurra, la ciudad no podrá reestructurar la deuda de la actual administración. El presente financiero del Palacio Municipal podría complicarse. Y las emisiones de deuda requieren de autorizaciones y avales de la Nación. Pero el presidente es Milei.
La dualidad del frigerismo ante el libertario quedó expuesta como nunca en estos días convulsionados: el voto de los legisladores oficialistas entrerrianos fueron vitales para que el Presidente no termine sometido a comisión investigadora por la criptoestafa que lo involucra, pero en simultáneo la Casa Gris salió a destacar diferencias con la concepción libertaria de la Casa Rosada.
De las diferencias que Frigerio tiene con Milei, la más irreconciliable debe ser la concepción de la obra pública: para Milei, se trata de un invento diabólico, impulsado por el afán de los retornos y por la compulsión a gastar recursos públicos y cobrar más impuestos. Para Frigerio, como para la inmensa mayoría, se trata de una acción del Estado, motor del desarrollo territorial y de un impulso para la generación de empleo. El problema es que Milei le sacó los fondos.
Para colmo, la identidad del peronismo entrerriano descansa sobre obras. La estrategia política del justicialismo durante 20 años sincronizó el ritmo de las obras con las necesidades electorales. Un verdadero contrato entre el peronismo en el poder y los entrerrianos, que PJ saldrá a rescatar: la autopista de Paraná a Concordia, abandonada a su tiempo por Mauricio Macri, por Alberto Fernández y por Milei, es un símbolo de esa apuesta.
Los tremendos baches y los accidentes mortales sobre las rutas nacionales en la provincia muestran el dramático límite del discurso libertario. No hay que leer a la Escuela Austríaca para entender que lo que hizo la Nación fue abandonar sus responsabilidades: no hay ninguna obra pública realizada por la supuesta iniciativa privada que defiende Milei, los apagones en el AMBA fueron masivos y prolongados, la privatización de rutas anunciada no avanzó y la de la hidrovía terminó en escándalo.
Sobre el tema, sostiene Federico Malvasio, columnista de Página Política, que Frigerio se reunió con los intendentes en el Centro Provincial de Convenciones (CPC). A los jefes comunales se les entregó un tutorial para dejar sentado las obras de Nación que van a continuar, y por su cuenta; y las que no. Las que quedaron inconclusas y se pretendan terminar será asunto del intendente. Con Milei no se puede contar y Frigerio no tiene fondos.
Hay intendentes que tienen la necesidad de que se arregle una ruta provincial, porque atraviesa su ciudad; y otros que sólo pretenden mantener calles y ya lo hacen con fondos propios. En Casa Gris reconocen que los municipios se están haciendo cargo de cosas que en otras épocas las hacía el gobierno provincial.
En el encuentro, intendentes del oficialismo y la oposición, vieron en el Gobernador fastidio. Uno de ellos lo vio "desalentado" respecto a la administración nacional. "No espera nada. Se acabó", resumió. Incluso cuando se lo chicaneó preguntándole de qué valió acompañar la Ley Bases y el Rigi, atinó a responder con lo gestual.
El Congreso es un ámbito de negociación entre el gobierno nacional y los gobernadores, quienes prestan apoyos para acompañar una ley a cambio de un beneficio para la provincia. Frigerio acompañó el primer año toda la gestión libertaria, sin embargo los dos grandes desvelos por los que reza para tener un resultado positivo y evitar una dependencia de Casa Rosada los tuvo que reclamar vía judicial: deuda de Anses y regalías de Salto Grande.
A Frigerio se le presentará, en los próximos meses, otro intríngulis a resolver en la política: cerrar o no un acuerdo electoral entre Juntos por Entre Ríos y La Libertad Avanza. De ir en boletas diferentes, el Gobernador se encontrará ante la posibilidad de un escenario de tercios, que ya padeció en el 2023. Ahora con el riesgo de terminar tercero. "Los que pensamos más o menos parecido tenemos que estar juntos", imploró. No la va a resultar fácil.
La Opinión Popular
CONTEXTO NACIONAL
Acuerdo por DNU: presentado como un mal menor, pero mal al fin
Primero lo básico. Según la Constitución la deuda pública debe ser aprobada por el Congreso. Y en febrero de 2021 se sancionó la ley 27.612 que dispone que los acuerdos con el Fondo requieren una ley especial. No hay margen para interpretaciones: ni siquiera podrían ir dentro de una ley de presupuesto en la parte que disponga el máximo de títulos públicos a emitir. Por lo tanto el DNU debería también modificar la 27.612.
Además, plantea la Constitución que sólo puede pedirse prestado para "empresas de utilidad nacional", entiéndase proyectos de largo plazo como infraestructura, o para emergencias. No se podría tomar deuda para sueldos, no importa si interna, externa o del Banco Central (la emisión de base monetaria).
Como el dinero es fungible es complicado verificar para qué se utilizó un crédito dentro de un enorme gasto total, pero como mínimo podrían compararse en períodos de, por ejemplo, cinco o diez años, deuda y gastos en obra pública o similares. Si la deuda fuera mayor que esos egresos se estuvo violando la Constitución.
Acuerdo secreto de Milei-Caputo con el FMI
Sostiene Rafael Cortes, columnista de Misiones Online, que Javier "el Loco" Milei jura que el acuerdo con el FMI ya está abrochado, pero se niega a mostrarlo y espera que Diputados le firme un papel en blanco.
En su discurso de apertura de sesiones, Milei se despachó con un anuncio que era esperado con ansias por el mercado y por el mundillo de la política. Afirmó que el acuerdo con el FMI estaba prácticamente cerrado y agregó que cumpliría con la ley que lo obliga a contar con el aval del Congreso para tomar nuevo endeudamiento, desmintiendo de ese modo las especulaciones que habían lanzado voceros informales del Gobierno respecto a un posible acuerdo sin aval del Congreso.
El anuncio fue a medias, porque el Gobierno se negó a mostrar el contenido del mencionado acuerdo. El ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, se limitó a señalar algunos aspectos generales: indicó que se incluirá un nuevo préstamo (aunque no dijo el monto) y aseguró que el Fondo no exigió una devaluación.
Pero el secretismo en torno al contenido del acuerdo generó una ola de especulaciones, todas ellas en torno a la posibilidad de que haya modificaciones en el intrincado esquema cambiario que incluye regulaciones y mecanismos que se fueron acumulando desde la reposición del cepo.
En el mercado financiero son muchos los que creen que el Gobierno libertario no muestra sus cartas para evitar que los financistas busquen adelantarse a los efectos que pudiera generar alguna de las medidas incluidas en el acuerdo, lo que podría ir en detrimento de los resultados que busca el Ejecutivo.
El blend (mecanismo que habilita a ubicar 20% de los dólares por exportaciones en el CCL) está en el centro de las sospechas. Principalmente porque el FMI siempre estuvo en contra de este mecanismo que implica resignar ingreso de divisas al Central a cambio de contener la brecha.
El problema que enfrenta el Gobierno es que si los financistas creyeran que el blend tiene las horas contadas, buscarían anticiparse a la suba del los dólares financieros que se produciría si se eliminara ese mecanismo y el resultado sería una corrida.
En un intento por llevar tranquilidad, el ministro Caputo aseguró en una entrevista televisiva que el riesgo de una corrida es nulo porque, producto de la política monetaria contractiva, no hay suficientes pesos para correr contra el dólar.
Pero no todos están de acuerdo con ese análisis. Uno de los que planteó disidencias fue el economista Roberto Cachanosky: "sí tenés todo en orden, hiciste el ajuste fiscal más grande y sos el mejor gobierno de la historia, ¿por qué seguís manteniendo el cepo y manteniendo el control de cambio?", preguntó en una entrevista.
"Caputo dice que no hay pesos suficientes para que alguien haga una corrida contra el dólar. Si esto es así, liberá el mercado, ¿cuál es el problema? Sacá el cepo, dejá que el tipo de cambio flote libremente y dejá que el peso suba", propuso luego.
Al Congreso, pero por decreto
En el plano político, la discusión en torno al acuerdo con el FMI se centra en el tratamiento legislativo. En un primer momento, el Gobierno dejó correr, a través de sus vocerías informales, el rumor de que el acuerdo se haría de espaldas al Congreso porque el Ejecutivo entendía que no había obligación de pasar por ese filtro porque no habría incremento en el endeudamiento.
¿Cómo es posible que un acuerdo que implica toma de deuda no genere endeudamiento? Bueno, ocurre que el Tesoro le debe dinero al Banco Central y desde el Gobierno anticiparon que los dólares que ingresen del FMI se utilizarían para reducir esa deuda, con lo cual el Tesoro seguiría teniendo la misma deuda, solo que luego del acuerdo, parte de ella estará comprometida con el FMI.
Es decir que, desde esta mentirosa lectura tecnicista, la deuda total del Estado no aumentaría, solamente se cambiaría un acreedor intrasector público por otro externo. El Estado dejaría de deberse a sí mismo para deberle al FMI. Desde el Gobierno defienden la idea de que eso no implica "aumentar la deuda", lo que lo habilitaría a la trampa de avanzar en el acuerdo sin consultar al Congreso.
Pero el artilugio de contabilidad creativa no terminó convenciendo a nadie, lo que forzó un cambio en la estrategia. Primero Milei anticipó que presentaría un proyecto de ley para buscar el aval del Legislativo, pero después el discurso cambió y ahora se habla de ir por vía de decreto.
Hay que recordar que para que un decreto quede firme basta con el aval de una de las Cámaras, mientras que para aprobar un proyecto de ley resulta necesaria la sanción en ambas. Con lo cual, si el Gobierno eligiera la vía del decreto se evitaría pasar por el Senado, ámbito en el que el Frente de Todos conserva poder de fuego suficiente para trabar una sanción.
En Diputados el escenario es más propicio aunque el Gobierno, siempre poco atento a mantener buenas relaciones, deberá fortalecer lazos con bloques "dialoguistas". Las relaciones con un amplio sector del PRO que está más cerca de Macri que de Bullrich y con los radicales que no se pusieron la peluca, están lejos de sus mejores días, con lo cual resultará fundamental el diálogo con gobernadores.
A su favor Milei cuenta con el antecedente de que el Congreso nunca le negó un acuerdo con el FMI a ningún presidente. Pero también es cierto que ningún presidente exigió que lo habiliten a firmar un acuerdo secreto del cual no se conoce ni una letra.
La apuesta de Milei y de Caputo es tener el asunto finiquitado antes de mayo, si lo logran, los efectos positivos que llegarían de la mano de los dólares frescos tendrán un impacto decisivo en el clima económico y en los comicios de medio término.
Imagen de Milei en caída libre
Dos recientes encuestas que se dieron a conocer durante la semana coinciden en marcar un fuerte deterioro de la imagen del presidente y de su gobierno. El escándalo de la estafa de la memecoin Libra y una sensación de estancamiento de la economía aparecen como las explicaciones más evidentes para la caída de la imagen del gobierno anarco libertario.
El primero en difundirse fue un estudio de Analogías realizado del 25 al 28 de febrero y registra una caída en las evaluaciones de gestión, en la imagen del presidente y en las expectativas económicas generales y personales.
Respecto del criptogate, las respuestas mayoritarias en este estudio se dirigen a que el hecho es "de corrupción" (61%), que el presidente y su hermana estuvieron involucrados (55%), que se trata de un escándalo internacional que deteriora su posicionamiento (60%) y que su comportamiento fue "malo" (78%).
"Cuando hace seis meses preguntamos sobre la corrupción en el gobierno nacional, sólo el 40% nos decía que había mucho o bastante y el 44%, poco o nada; en febrero esos valores fueron 49% y 39%, respectivamente. En otras palabras, se dio vuelta la valoración de honestidad", señalaron desde la consultora.
En la esfera económica personal, las expectativas y evaluaciones combinadas mostraron una caída del "optimismo" de 7 puntos, que pasaron en bloque a tener expectativas "pesimistas". Mientras que las expectativas en cuanto rumbo de la economía en general (no situación personal) pasaron de una brecha optimista de 13 puntos en enero a una de 1,5 puntos en febrero.
Desde la consultora indicaron que empieza a crecer la noción de que el programa económico muestra limitaciones para mejorar las condiciones de vida de las personas.
Como conclusión de estos factores, Analogías relevó en febrero una caída de 3 puntos en la evaluación positiva del gobierno y un incremento de 2,5 puntos en las respuestas que marcan desaprobación de esa misma gestión. Mientras que la imagen del presidente cayó 3 puntos respecto a enero y cerró febrero con un diferencial positivo de 2 puntos, 8 menos que en enero.
El otro informe corresponde a la consultora Opina Argentina y fue realizado en los primeros días de marzo, señala que la imagen positiva de Milei cayó 6 puntos respecto a la medición del mes anterior y la negativa creció 7 puntos.
"En el mes de marzo, se observa un deterioro pronunciado en las credenciales de imagen tanto de Javier Milei como de otras figuras del oficialismo", detalla en su informe Opina Argentina. Se refiere a que también cayeron las valoraciones positivas en los casos de Patricia Bullrich (-6,47%), Victoria Villarruel (-1,45%) y el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo (-6,44%).
El trabajo revela un escenario de polarización en mitades casi iguales. En relación a la percepción sobre el presente y el futuro, los encuestados consideraron que Argentina está mejor que el año pasado en un 47% y peor en un 46%. Respecto del futuro, el 45% cree que el país estará mejor dentro de un año y el 44%, considera que estará peor.
La consultora preguntó a los encuestados sobre su posición política respecto del gobierno de Milei. Cuatro de cada 10 (41%) respondieron que apoyan, y en la misma proporción (39%), que son opositores. Una porción importante (el 19%) no se percibe ni a favor ni en contra.
Comparado con la consulta que Opina Argentina hizo en meses anteriores, el apoyo al gobierno cayó de manera consecutiva desde diciembre, cuando tenía 45% de apoyo y apenas creció la oposición: en diciembre y enero tenía 37% y en febrero había subido a 38%.
"La crisis política inaugurada a partir del criptoescándalo parece haber dejado secuelas en la opinión pública. En marzo, se observa un marcado deterioro en la imagen de Javier Milei, con una caída de 6 puntos porcentuales en su aprobación. En el marco de un mayor ruido político, también cae la evaluación sobre el presente y el futuro del país", concluye la consultora.
Pese a esta caída en la imagen del presidente, la misma encuesta indica que la intención de voto sigue favoreciendo a los libertarios que encabezan las preferencias con un 38%, seguidos por el peronismo, con 32%; el PRO con un escaso 7%, el radicalismo con un homeopático 4%, empatando con el Frente de Izquierda.
La Opinión Popular