“Un país que destruye la Escuela Pública no lo hace nunca por dinero, porque falten recursos o su costo sea excesivo. Un país que desmonta la Educación, está gobernado por aquellos que pierden con la difusión del saber”. Ítalo Calvino
Jorge Busti: el dirigente más preponderante de la política entrerriana contemporánea
El 20 de diciembre de 2021, al promediar una calurosa tarde, muere Jorge Busti, "el Chino", un amigo, un compañero, una buena persona. Ejemplo de justicialista. Líder indiscutido del peronismo entrerriano durante décadas, jefe de jefes, fundador, organizador y mentor intelectual de la Renovación Peronista en la provincia, brillante gobernador durante tres periodos, dos veces intendente de su ciudad natal, Concordia, diputado y senador nacional, presidente de la Convención Constituyente y de la Cámara de Diputados provincial, militante, escritor y combatiente contra la injusticia social, sosegó su palabra y nos dejó a todos el silencio.
Ingeniero Blas García Columnista de La Opinión Popular, amigo y compañero de Jorge Busti desde que tenían 18 años.
El 20 de diciembre de 2021, al promediar una calurosa tarde, muere Jorge Busti, "el Chino!, un amigo, un compañero, una buena persona. Ejemplo de justicialista. Líder indiscutido del peronismo entrerriano durante décadas, jefe de jefes, fundador, organizador y mentor intelectual de la Renovación Peronista en la provincia, brillante gobernador durante tres periodos, dos veces intendente de su ciudad natal, Concordia, diputado y senador nacional, presidente de la Convención Constituyente y de la Cámara de Diputados provincial, militante, escritor y combatiente contra la injusticia social, sosegó su palabra y nos dejó a todos el silencio.
Me recuerdo en esta hora de tantas cosas, de cuando lo conocí en Córdoba, a fines de la década del 60, en la primera línea de lucha contra la dictadura militar. Se sumó al Integralismo, la principal fuerza estudiantil en Córdoba, un movimiento universitario originado en el cristianismo que yo presidia, que expresaba los síntomas más claros de lo que sería la "peronización" de las clases medias.
Participamos juntos en el Cordobazo, el mayor hecho de combatividad de masas de la historia argentina y latinoamericana, donde la dictadura del general Onganía quedó herida de muerte y se desmanteló el programa económico-social neoliberal y las pretensiones autoritarias, abriendo el camino para el retorno a la democracia en 1973.
Luego del Cordobazo, formamos la Juventud Revolucionaria Peronista, donde además de "El Chino" y yo, militaban Cristina Cremer, Juan Luís "el Gordo" Puchulu, Hernán "el Vasco" Orduna y los recordados compañeros Víctor "el Buró" Lorenzo, asesinado el día del golpe del 76 y José Antonio "el Negro" Brizuela, detenido-desaparecido en los meses posteriores al golpe.
En 1973, con el triunfo del peronismo, ocupamos cargos en el gobierno de Ricardo Obregón Cano. Jorge fue funcionario en el Concejo Deliberante de Córdoba junto a José Manuel De la Sota, y yo fui electo diputado provincial. Con el golpe de 1976, la represión en Córdoba fue muy dura, igual que en muchos otros lugares del país. Busti se había vuelto a Concordia donde fue detenido. Este proceso desembocó en una sangrienta y larga noche de males, que dejó como saldo miles desaparecidos, una guerra perdida a manos de Gran Bretaña y un país económicamente endeudado, empobrecido y quebrado, entre otras cosas.
Con la vuelta de la democracia en 1983, me recuentro nuevamente con Jorge. Él era aspirante a intendente por la ciudad Concordia y quería renunciar a la candidatura por una discusión de principios. Por pedido del Augusto "el Choclo" Alasino me tocó convencerlo de que se debía a los compañeros que lo había impulsado a ese lugar. Por suerte recapacitó. Con el inesperado triunfo de la UCR, en la nación y en la provincia, Busti, que triunfó en Concordia, quedó a cargo de un bastión político fundamental para su proyección futura.
En 1987, Jorge me llamó para que lo acompañara en la campaña por la gobernación de la provincia. Aunque íbamos de "puntos", Busti se impuso primero en una interna a Carlos Vairetti que expresaba a los sectores más conservadores de PJ. Después, resultó electo gobernador al arrebatarle al radicalismo la continuidad en la Casa Gris para la que el caudillo radical Sergio Montiel postuló a Ricardo Emilio Lafferriere.
Con el triunfo, Busti renovó totalmente el peronismo provincial. En el gobierno, conformó un gabinete de dirigentes jóvenes en puestos claves, muchos de ellos menores de 40 años, y varios de los cuales habían sido presos políticos durante el terrorismo de Estado. Siempre con la convicción de que la acción política peronista se ejerce con el pueblo y para el pueblo.
Por Blas García
El 20 de diciembre de 2021, al promediar una calurosa tarde, muere Jorge Busti, el Chino, un amigo, un compañero, una buena persona. Ejemplo de justicialista. Líder indiscutido del peronismo entrerriano durante décadas, jefe de jefes, fundador, organizador y mentor intelectual de la Renovación Peronista en la provincia, brillante gobernador durante tres periodos, dos veces intendente de su ciudad natal, Concordia, diputado y senador nacional, presidente de la Convención Constituyente y de la Cámara de Diputados provincial, militante, escritor y combatiente contra la injusticia social, sosegó su palabra y nos dejó a todos el silencio.
Me recuerdo en esta hora de tantas cosas, de cuando lo conocí en Córdoba, a fines de la década del 60, en la primera línea de lucha contra la dictadura militar. Se sumó al Integralismo, la principal fuerza estudiantil en Córdoba, un movimiento universitario originado en el cristianismo que yo presidia en ese momento, que expresaba los síntomas más claros de lo que sería la "peronización" de las clases medias.
Participamos juntos en el Cordobazo, el mayor hecho de combatividad de masas de la historia argentina y latinoamericana, donde la dictadura del general Onganía quedó herida de muerte y se desmanteló el programa económico-social neoliberal y las pretensiones autoritarias, abriendo el camino para el retorno a la democracia en 1973.
Luego del Cordobazo, formamos la Juventud Revolucionaria Peronista, donde además de "El Chino" y yo, militaban Cristina Cremer, Juan Luís "el Gordo" Puchulu, Hernán "el Vasco" Orduna y los recordados compañeros Víctor "el Buró" Lorenzo, asesinado el día del golpe del 76 y José Antonio "el Negro" Brizuela, detenido-desaparecido en los meses posteriores al golpe.
En 1973, con el triunfo del peronismo, ocupamos cargos en el gobierno de Ricardo Obregón Cano. Jorge fue funcionario en el Concejo Deliberante de Córdoba junto a José Manuel De la Sota, y yo fui electo diputado provincial. Con el golpe de 1976, la represión en Córdoba fue muy dura, igual que en muchos otros lugares del país. Busti se había vuelto a Concordia donde fue detenido. Este proceso desembocó en una sangrienta y larga noche de males, que dejó como saldo miles desaparecidos, una guerra perdida a manos de Gran Bretaña y un país económicamente endeudado, empobrecido y quebrado, entre otras cosas.
Con la vuelta de la democracia en 1983, me recuentro nuevamente con Jorge. Él era aspirante a intendente por la ciudad Concordia y quería renunciar a la candidatura por una discusión de principios. Por pedido del Augusto "el Choclo" Alasino me tocó convencerlo de que se debía a los compañeros que lo había impulsado a ese lugar. Por suerte recapacitó. Con el inesperado triunfo de la UCR, en la nación y en la provincia, Busti, que triunfó en Concordia, quedó a cargo de un bastión político fundamental para su proyección futura.
En 1987, Jorge me llamó para que lo acompañara en la campaña por la gobernación de la provincia. Aunque íbamos de "puntos", Busti se impuso primero en una interna al legendario Carlos Vairetti que expresaba a los sectores más conservadores de PJ. Después, resultó electo gobernador al arrebatarle al radicalismo la continuidad en la Casa Gris para la que el caudillo radical Sergio Montiel postuló a Ricardo Emilio Lafferriere.
Con el triunfo, Busti renovó totalmente el peronismo provincial. En el gobierno, conformó un gabinete de dirigentes jóvenes en puestos claves, muchos de ellos menores de 40 años, y varios de los cuales habían sido presos políticos durante el terrorismo de Estado. Siempre con la convicción de que la acción política peronista se ejerce con el pueblo y para el pueblo.
Tras cumplir su mandato de cuatro años y sin la posibilidad legal de reelección, volvió a ganar la intendencia de Concordia. A fines de 1993 me convocó para que lo acompañara a la intervención federal en Santiago del Estero, a cargo de nuestro viejo compañero de militancia, el cordobés Juan "el Gringo" Schiaretti. En menos de dos años, se ordenó totalmente la provincia, se abonó los sueldos estatales en tiempo y forma, y se la dejó sin déficit fiscal.
En 1995, y luego de haberse desempeñado como convencional constituyente en la reforma de la Constitución Nacional de 1994, volvió a ser gobernador, sin necesidad de reelección e inició su segundo mandato, que lo ejerció sin coerciones por el puro ascendiente de una indiscutible autoridad moral y política. Tras la derrota del menemismo, entre 1999 y 2003, se desempeñó primero como diputado nacional y luego como senador nacional.
En 2003, luego de la crisis que se llevó puesta a la Alianza, Busti fue electo por tercera vez como gobernador. Tras nombrar a Sergio Urribarri como sucesor, Busti pasó en 2007 a ser diputado provincial, presidiendo la Cámara baja provincial. En 2008 presidió la convención reformadora de la Constitución de Entre Ríos.
Tras la pelea con Sergio Urribarri por el conflicto del campo, Busti armó su propio partido, el Frente Entrerriano Federal. Clarividente, acabó por ser la voz misma del interior federal profundo. En 2019, firmaría su reconciliación con el PJ al sumarse, desde su peronista FEF, al Frente de Todos. Desde entonces, fue un fuerte aliado del gobernador Gustavo Bordet y en esa condición aportó hasta el ultimo día de su vida.
No soy de los que creen que la muerte hace a las personas más buenas o más malas. Además, todas las gestiones políticas incluyen aciertos y errores, críticas y reconocimientos. Lo seguro es que a lo largo de una trayectoria que se extendió más de treinta años, hay muchos hechos destacables: el impulso a la jubilación del ama de casa, al abastecimiento de gas natural de la provincia y a la reforma constitucional. Y sobre todo, tu obsesión por el pago a los estatales y docentes el último día hábil del mes, un hecho no menor.
Como dijo Gustavo Bordet: "Busti fue un gobernador que le tocó asumir en situaciones complicadas, las tres gestiones no fueron fáciles. La primera con la inflación, la segunda con todo el plan de ajuste que venía de Cavallo y trabajar con la agonía de la convertibilidad y la tercera, que quizás era la más difícil, con una provincia que venía con emisión de bonos federales, que estaba saliendo de esa situación y había que recomponer la estructura fiscal y financiera de la provincia y siempre salía a flote, fue un gran piloto de tormentas".
Jorge Busti fue un gigante de la política provincial, expresión misma de la conciencia entrerriana. Continuador de Pancho Ramírez, de Justo José de Urquiza, de Ricardo López Jordán. Puso pasión y fuerza en sus ideas. Y las situó en la defensa de los más humildes, un empeño que no se fundió jamás en las grieta del odio político.
Llegó entero al final de su jornada. Con claridad intelectual y voluntad política. Su cuerpo de luchador veterano se esforzó por seguir las exigencias de una mente lúcida, para servir a su provincia. Su ultimo aporte, el libro "Francisco Ramírez: 200 años de Identidad entrerriana", un trabajo de investigación de un equipo donde integró a mi hijo Gonzalo, fue el postrero mensaje federal que le envió a los compañeros de la provincia.
Amigo, compañero, Jefe: Que el pueblo entrerriano, tu pueblo, el pueblo que tanto amaste y que tanto te amó, vele y continúe tu sueño de igualdad y justicia social.
Por Ingeniero Blas García
Columnista de La Opinión Popular, amigo y compañero de Jorge Busti desde que tenían 18 años.