Nacionales - 08-12-2024 / 10:12
FIESTA PARA RICOS Y CASTIGO PARA MUCHOS: EL BALANCE DEL GOBIERNO ANARCO CAPITALISTA ARROJÓ MÁS POBREZA Y MÁS DESIGUALDAD
Nada para festejar: En un año, el Loco Milei benefició solo a grandes empresas y destruyó salarios, jubilaciones y PyMES
La caída en los ingresos de los trabajadores y las jubilaciones, en medio de una recesión económica histórica y la debacle del consumo, es la marca del primer año de Javier “el Loco” Milei, que también avanzó contra los derechos humanos, las políticas de género y todos los sectores más débiles de la sociedad. En contrapartida, fue un festín para los empresarios más ricos y poderosos, empezando por las energéticas, petroleras, alimenticias y financieras que fueron grandes ganadoras de la desregulación y los tarifazos. Las personas más pobres sufrieron el peso del ajuste.
La caída en los ingresos de los trabajadores y las jubilaciones, en medio de una recesión económica histórica y la debacle del consumo, es la marca del primer año de Javier "el Loco" Milei, que también avanzó contra los derechos humanos, las políticas de género y todos los sectores más débiles de la sociedad. En contrapartida, fue un festín para los empresarios más ricos y poderosos, empezando por las energéticas, petroleras, alimenticias y financieras que fueron grandes ganadoras de la desregulación y los tarifazos. Las personas más pobres sufrieron el peso del ajuste.
Para la gran mayoría de los argentinos, el 2024 deja poco o nada para celebrar: tarifazos, caída de ingresos, recesión y destrucción del empleo marcaron el día a día. A contramano, Milei festeja que su hoja de cálculo cierra el año con superávit, estabilidad cambiaria y desaceleración inflacionaria. Los objetivos, para él, están cumplidos.
Quienes también brindan son los grupos económicos que vieron multiplicadas sus rentabilidades gracias al programa de estabilización: empresas energéticas que aumentaron sus resultados netos un 700 por ciento; petroleras, un 800 por ciento; alimenticias, un 600 por ciento; y financieras, un 400 por ciento.
Si bien para el Presidente en economía la suma cero no existe, en este caso, las casualidades tampoco. El modelo tuvo grandes ganadores, mientras trabajadores, jubilados y pymes pagaron el costo del ajuste y la desregulación. Evidentemente, el filo de la motosierra no atravesó a todos por igual.
La bicicleta financiera del ministro Luis Caputo ubicó al sector financiero en el ranking de los ganadores. A partir de los balances contables de las compañías que cotizan en la Bolsa de Comercio, el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP) reveló, por ejemplo, que el Banco Santander -hasta el tercer trimestre del año- aumentó sus ganancias netas un 427 por ciento. El Macro y el BBVA Argentina también reportaron incrementos significativos en sus resultados operativos y netos.
La fortuna de las entidades financieras no se dio por arte de magia. Se explicó por la diferencia que existe entre la tasa que el Tesoro Nacional le abona a los bancos por la Letra Fiscal de Liquidez (LeFi) y la menor tasa que reciben los ahorristas por sus depósitos a plazo fijo. Es decir, el Estado le paga caro a los bancos y los bancos le pagan barato a los ahorristas.
El caso de Arcor resulta paradigmático. Con las ventas en supermercados cayendo más de un 11 por ciento en términos generales y el consumo de leche en mínimos históricos, la alimenticia fue una de las beneficiarias del modelo. Según el organismo que dirige el economista Claudio Lozano, de enero a septiembre, la firma de la familia Pagani mejoró su resultado neto en un 624 por ciento.
En un mercado extremadamente concentrado, la eliminación de regulaciones y de programas como "Precios Cuidados" le permitió a la compañía ampliar sus márgenes de rentabilidad en los productos de la canasta básica familiar. Todo un síntoma de época, en un país en donde uno de cada cuatro hogares sufre inseguridad alimentaria (Observatorio de la Deuda Social de la UCA).
El sector hidrocarburífero también se ubicó en el podio de los ganadores, y las petroleras YPF y Tecpetrol (esta última, propiedad de Techint) se destacaron sobre el resto. De acuerdo al IPYPP, la primera incrementó su resultado neto en casi un 3.000 por ciento y la segunda en un 780 por ciento.
Una combinación de decisiones políticas generaron esas ganancias exponenciales: el alineamiento del precio del barril de crudo local con la cotización internacional del Brent, sumado a la devaluación del tipo de cambio que realizó Milei ni bien pisó la Casa Rosada. La mayor rentabilidad empresarial, obviamente, impactó en los surtidores de las estaciones de servicio.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el litro de nafta súper que costaba $248 en octubre de 2023 pasó a valer $1.048 un año después. Es decir, una suba del 322 por ciento. Los aumentos derivaron en una caída en la venta de combustibles -la premium casi 20 por ciento- y en excursiones de miles de argentinos a Brasil y Paraguay para llenar el tanque.
A pesar de su heterogeneidad, el sector energético se sumó al selecto grupo de beneficiados. Los descomunales aumentos tarifarios permitieron que Pampa Energía -firma controlada por Marcelo Mindlin- aumentara sus ganancias en un 277 por ciento. También que Central Puerto -de las familias Bemberg, Escasany, Reca y Ruete Aguirre- mejorara su resultado neto en un 749 por ciento.
Son ganancias que crecieron a fuerza de tarifazos. Según un informe reciente de la Asociación de Defensa de Consumidores (ADDUC), la tarifa de luz que más subió es la que alcanza a la clase media. "Hubo incremento del 758 por ciento, frente a salarios medios que subieron menos del 154 por ciento (entre noviembre de 2023 y octubre de 2024)", detalló. El golpe al bolsillo significó, por ejemplo, que los hogares consumieran un 11 por ciento menos de electricidad en septiembre.
En paralelo al ajuste sobre los jubilados, el modelo libertario fue generoso con el sector farmacéutico. En la primera mitad del año, el laboratorio Richmond incrementó su resultado operativo neto un 1325 por ciento. Las políticas de desregulación habilitaron aumentos muy por encima del nivel general de precios.
Según el Centro de Economía Política (CEPA), de noviembre de 2023 a noviembre de 2024, "el promedio de los 10 medicamentos que más aumentaron en el último año alcanzó una suba interanual del 194 por ciento, muy por encima del 167,3 por ciento de inflación interanual". En tanto, los medicamentos con cobertura PAMI registraron una inflación acumulada del 340 por ciento. Precios inflados en un contexto de pérdida de ingresos y recortes en la cobertura de la obra social más grande del país.
La otra cara de la moneda
La cuenta, en gran medida, la pagaron los jubilados. En los primeros nueve meses del año, el 25,3 por ciento del ajuste del gasto público -de acuerdo al CEPA- estuvo explicado por la pérdida de poder adquisitivo de este sector. La principal variable de ajuste fue el bono de quienes cobran la mínima, que desde marzo está congelado en 70 mil pesos. Para ellos, el aumento acumulado de enero a diciembre fue del 105 por ciento frente a una inflación anual que se estima cerrará en un 120 por ciento.
El golpe a los salarios y el pozo recesivo son la contracara de los festejos por desaceleración inflacionaria. La caída de los ingresos y la actividad económica funcionaron como ancla. Según el centro de estudios CIFRA, desde el desembarco de Milei al Ejecutivo, los salarios reales promedio de los trabajadores registrados cayeron 6,8 por ciento entre noviembre de 2023 y septiembre de 2024. Los empleados del sector público, en particular, perdieron un 16,1 por ciento. Los trabajadores suman, así, otro año de derrota. "La reducción de las remuneraciones reales tiende a consolidar la tendencia descendente que puso en marcha el gobierno de Cambiemos (-20,5 por ciento) y que no se revirtió durante el Frente de Todos (-4,9 por ciento). Así, la caída del salario real alcanza el 29,5 por ciento entre noviembre de 2015 y septiembre de 2024", indica el organismo en su último informe de coyuntura.
El "mayor ajuste de la historia", como lo caracteriza Milei, se vio reflejado en la actividad. La industria y el comercio tuvieron un desempeño incluso peor que en 2020 durante la pandemia. En los primeros 9 meses de 2024, la industria se contrajo un 12,4 por ciento y el comercio un 10,8 por ciento. Durante la crisis sanitaria, había sido de 7,7 y 5,3 por ciento, respectivamente. La construcción, en tanto, cayó un 19,5 este año. El derrotero se completa con la baja de persianas de las pequeñas y medianas empresas. Como marca el Frente Productivo Nacional, hasta el momento, cerraron 16.500 pymes, con una pérdida de 160.000 puestos de trabajo en el sector.
Mucha motosierra, pocas inversiones
La estabilidad macro, el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones, el relato pro mercado, la mano de obra barata y las aventuras de Milei por el mundo, por ahora, no se tradujeron en lluvia de dólares. Es más, "la inversión extranjera directa se redujo 19 por ciento en los primeros 10 meses de 2024 respecto a 2023". Es, en este punto, un resultado espejo de lo que fue el fallido experimento de Mauricio Macri. Para el 2025, los analistas proyectan inflación a la baja y crecimiento de la actividad. Si sale bien, como augura el Presidente, habrá que ver si las copas derraman o, una vez más, las mayorías observan el brindis desde lejos.
Por Sebastián Cazón
Fuente: Página 12