“Un país que destruye la Escuela Pública no lo hace nunca por dinero, porque falten recursos o su costo sea excesivo. Un país que desmonta la Educación, está gobernado por aquellos que pierden con la difusión del saber”. Ítalo Calvino
EL 1º DE DICIEMBRE DE 1955, EN MONTGOMERY, ALABAMA, EE.UU., COMIENZA EL MOVIMIENTO POR LOS DERECHOS CIVILES
Rosa Parks, una mujer negra, se niega a ceder el asiento en un autobús público a un blanco
Rosa Parks: la modista que dijo no, se quedó sentada en el colectivo en el lugar “reservado para blancos” y desató una verdadera revolución.
El 01 de diciembre de 1955, en Montgomery (Alabama), Rosa Parks -una costurera negra y activista por los derechos de los negros en Estados Unidos-, se niega a ceder el asiento en un autobús público a un blanco. El chofer se lo recrimina: ella se niega a moverse y es arrestada y multada.
En aquellos años, los negros sufrían en EE.UU. la humillación -especialmente en el sur- de no poder compartir con los blancos los mismos lugares públicos: restaurantes, salas de espera... la segregación llegaba al punto de que en los baños se mostraban letreros de "sólo blancos" o, directamente, "negros no". Los negros no podían asistir a las mismas escuelas, ni siquiera podían morir en los mismos hospitales que sus compatriotas blancos.
Las leyes Jim Crow, heredadas de la esclavitud del siglo XIX, fueron diseñadas para que los afroamericanos se sintieran inferiores y así mantenerlos marginados de la sociedad. Este suceso con Rosa Parks inició más protestas contra otras prácticas de segregación todavía vigentes.
Un pastor bautista organiza un boicot al transporte de colectivos. Las consecuencias económicas hacen que se termine la segregación en el transporte público en la ciudad. El pastor se llama Martin Luther King. Es el comienzo del movimiento por los derechos civiles.
La Opinión Popular
Rosa Parks en 1955.
Rosa Parks, la mujer negra que desafió a la América blanca
En 1955, Rosa Parks tenía 42 años. Afroamericana, natural de Montgomery, Alabama, e hija de un carpintero y una maestra de escuela. De profesión, costurera. Pero además, secretaria y ayudante en la Asociación Nacional para el Avance del Pueblo de Color.
En aquellos años, los negros sufrían en EEUU la humillación -especialmente en el sur- de no poder compartir con los blancos los mismos lugares públicos: escuelas, restaurantes, salas de espera... la segregación llegaba al punto de que en los baños se mostraban letreros de "sólo blancos" o, directamente, "negros no". Las leyes Jim Crow, heredadas de la esclavitud del siglo XIX, fueron diseñadas para que los afroamericanos se sintieran inferiores y así mantenerlos marginados de la sociedad.
Gente como Rosa Parks tenía claro que las cosas podían cambiar. El 1 de diciembre de 1955, cogió un autobús público para volver a su casa. Por entonces, los vehículos estaban señalizados con una línea: los blancos adelante y los negros detrás. Así, la gente de color subía al autobús, pagaba al conductor, se bajaba y subía de nuevo por la puerta trasera.
En el asiento equivocado
Parks se sentó en los asientos del medio, que podían usar los negros si ningún blanco lo requería. Cuando se llenó esa parte, el conductor le ordenó, junto a otros tres negros, que cedieran sus lugares a un joven blanco que acababan de subir. "Éste ni siquiera había pedido el asiento", dijo después Parks en una entrevista a la BBC. Los otros se levantaron, pero ella permaneció inmóvil.
El autobusero trató de disuadirla. Debía ceder su asiento, es lo que marcaba la ley. "Voy a hacer que te arresten", le dijo el conductor. "Puede hacerlo", respondió ella. Cuando la policía le preguntó que por qué no se levantaba, contestó con otra pregunta: "¿Por qué todos ustedes están empujándonos por todos lados?".
Condenada pero libre
"Mientras más obedecíamos, peor nos trataban", asegura Parks en sus memorias. "Aquel día estaba fatigada y cansada. Harta de ceder". Por el lance del autobús, Rosa Parks pasó la noche en el calabozo, acusada de perturbar el orden público y pagó una multa de catorce dólares. Sin embargo, el caso trascendió y acabó por dar voz a los movimientos por el fin de la segregación que ya habían comenzado a hacerse notar.
Indignado y hastiado, un joven y desconocido pastor bautista llamado Martin Luther King organizó una oleada de protestas contra la segregación en los autobuses públicos de Montgomery que duró 382 días. Los treinta mil afroamericanos que participaron hicieron marchas de hasta nueve kilómetros, y cuando les preguntaban cómo se sentían, algunos respondían: "Mis pies, cansados. Mi alma, ¡liberada!".
Mientras, el caso Parks llegó a la Corte Suprema del país, que declaró que la segregación era una norma contraria a la constitución estadounidense, que declara iguales a todos los individuos de la nación. Un año después, el gobierno abolió cualquier tipo de discriminación en los lugares públicos.
Rosa Parks visitó en 1995 una exhibición que recreaba su recorrido en el bus de 1955 en el National Civil Rights Museum de Memphis.