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Nacionales - 24-11-2024 / 09:11
EL GOBIERNO ANARCO CAPITALISTA EVIDENCIÓ SU PLAN PARA ELIMINAR AL PERONISMO DEL IMAGINARIO SOCIAL

Como en 1955, Javier “el Loco” Milei reedita el intento fallido de desperonización

Como en 1955, Javier “el Loco” Milei reedita el intento fallido de desperonización
Cambiar el nombre del CCK o del Gasoducto Néstor Kirchner, quitar su busto del Congreso o eliminar las imágenes de Eva Perón de las oficinas de ANSES son ejemplos. "Hay una política destinada a reescribir el pasado y el presente desde distintos ámbitos -explica Forster-. Milei lo hace desde lo económico, desde el neoliberalismo y desde el Estado; Villarruel desde la lógica del negacionismo".
Con la decisión de rebautizar edificios y descartar la simbología popular del peronismo y el kirchenrismo, ya con formato de plan sistemático, el gobierno libertario de Javier "el Loco" Milei evidenció en estas últimas semanas su desvelo mayor: hacer "desaparecer" a Perón, a Evita y a Néstor Kirchner. "Fin", diría el posteo del vocero presidencial Manuel Adorni.
 
Estas acciones, hoy planificadas, lejos del rictus espasmódico de los primeros meses en el poder buscan borrarlos del imaginario social. Tal como en 1955 procedió la Revolución Libertadora contra el peronismo "con acciones planificadas, hoy es una política de Estado", explica el historiador Hernán Brienza.
 
El filósofo Ricardo Forster subraya que  es  algo "muy propio de las nuevas derechas que buscan transformar la subjetividad". Detrás, acecha un modelo económico y social totalitario y excluyente "cuya mayor expresión en la materialidad de lo público e institucional es el proceso judicial contra Cristina Kirchner como líder de este espacio político", completa la historiadora Araceli Bellota.
 
Los especialistas analizan el nuevo show del establishment y advierten sobre las enseñanzas de la historia que las huestes de La Libertad Avanza parecen no contemplar.
 
"Hay una cruel ingenuidad en creer que borrando un nombre borras a la persona y a la historia. Hay algo de censura también, y en la intención de hacer desaparecer al otro hay cierto grado de animismo histórico por creer que borrando el nombre, esto se logra", sentencia Brienza a propósito de la batalla cultural que ya ganó las calles tanto como las redes sociales.
 
"La batalla cultural es propia de las extremas derechas", explica Forster respecto de los totalitarismos que horadan la subjetividad. En este tipo de cruzada, como la que lleva adelante el gobierno de los Hermanos Milei y Victoria Villarruel "es esencial cambiar los nombres porque son algo importante, designan, marcan. Si cambio el nombre del CCK a Edificio Libertad hago un gesto hacia la sociedad. Si saco el busto de Néstor Kirchner de un lugar público también" señala el filósofo.
 
La línea histórica de esta serie de saqueos a la memoria popular remite a la proscripción del peronismo agrega Bellota. Y dispara: "La mal llamada Revolución Libertadora tenía entre sus propósitos desperonizar a la Argentina. Esto es un calco: sacar los monumentos, cambiar los nombres, perseguir a los dirigentes y al mismo tiempo, hambrear al pueblo". La historiadora, también concejala en el municipio de Moreno por Unión por la Patria, describe así el núcleo del conflicto.
 
Al principio, en la avanzada sobre lo simbólico donde se refleja la memoria social, hubo solo provocaciones aisladas. Cambiaron el nombre del Salón de las Mujeres en Casa de Gobierno justamente un 8M, Día internacional de la Mujer. Lo rebautizaron: Salón de los Próceres. Antes, y sin aspavientos, quitaron el busto de Néstor Kirchner del patio del ex Ministerio de Agricultura. Fue un anticipo de lo que pasó meses después cuando la ministra de Capital Humano, la inútil Sandra Pettovello, decidió retirar el busto del expresidente de la sede de ANSES y lo difundió en las redes.
 

 
Hoy lo sistematizan: cambiar el nombre del CCK o del Gasoducto Néstor Kirchner, quitar su busto del Congreso o eliminar las imágenes de Eva Perón de las oficinas de ANSES son ejemplos. "Hay una política destinada a reescribir el pasado y el presente desde distintos ámbitos -explica Forster-. Milei lo hace desde lo económico, desde el neoliberalismo y desde el Estado; Villarruel desde la lógica del negacionismo".
 
Y, además, agrega: "Las derechas en el mundo que han avanzado con mucha audacia y capacidad en el relato del pasado para rearmarlo, para cambiar una estructura simbólica, la del sentido común y buscan reescribir la historia".
 
Las provocaciones no cesan. Días atrás, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, dijo que Pettovello analiza demoler el edificio del exministerio de Desarrollo Social, ubicado en la Avenida 9 de Julio, donde están las imágenes gigantes de Evita, un lugar emblemático para el peronismo porque fue allí donde Eva Perón renunció a su candidatura a la vicepresidencia en 1951.
 
 
Forzar un relato único
 
La estrategia del relato único "es una política de Estado que el liberalismo conservador lleva adelante en la historia desde el principio de los tiempos -aporta Brienza- si uno toma nota de lo que hicieron los vencedores de la batalla de Caseros (1852) con la quinta de Juan Manuel de Rosas, en Palermo". Allí destruyeron la propiedad y a esa calle la nombraron Avenida Sarmiento, el "gran adversario de Rosas".
 
"Con el peronismo hicieron lo mismo, el famoso Palacio Unzué donde vivieron Perón y Evita -continúa Brienza- fue demolido y allí se construyó la Biblioteca Nacional". El antiperonismo de la Libertadora asume en ese acto un reflejo de la demolición de la quinta de Rosas y avanza en la prohibición impuesta por el decreto de 1956, a toda alusión al peronismo.
 
"Prohíben nombrar a Perón y a Evita, cambian nombres de edificios, destruyen monumentos, abandonan obras públicas en curso como el hospital infantil que se transformó en el Warnes", recuerda el historiador. El hospital iba a ser modelo en Latinoamérica, con capacidad para internar mil pacientes. Tras el abandono de la obra a punto de terminarse, en el barrio porteño de La Paternal; las familias lo fueron ocupando y lo identificaron como Albergue Warnes.
 
Para Brienza, hoy se puede "hacer alguna lógica comparación" con estos otros periodos históricos bajo el común denominador de que "hay un otro que debe ser borrado, quitado, negado, porque no puede aportar nada a la historia que buscan instalar", afirma. Y estos símbolos, al permanecer, contradicen al poder, mantienen en lo colectivo la memoria de las conquistas conseguidas.     
 
 
La lógica del autoritarismo
 
Según Forster, lo que Milei hace es el gesto de borrar el pasado buscando eliminar a la Argentina de los derechos y del peronismo "para dar cuenta de una historia que es la estrategia ideológica de este gobierno de derecha que supone que no hay derecho a tener otras formas de posicionarse en la vida democrática. En esencia y como todo totalitarismo busca vaciar la vida democrática".
 
"Aquí, la idea de la unión nacional se basa en la extirpación del otro, del que no piensa como ellos", acuerda Brienza. "El propio Perón muestra otra actitud histórica cuando nacionaliza los ferrocarriles y les pone el nombre de quienes organizaron la Nación: Sarmiento, San Martin, Belgrano. ¡Hace lo contrario!", puntualiza el historiador en un alto en su viaje a General Pico, La Pampa, donde presentará su nuevo libro ¿Para que sirvió el Peronismo? (Planeta, 2024).
 
Como en el 55, cuando llegaron hasta robar el cadáver de Evita, hoy esta actitud expresa "un revanchismo que supone reescribir la historia, insiste Forster. "Entonces lo que no forma parte de los intereses del poder tiene que ser eliminado porque es espurio, corrupto y portador de todos los males".
 
Bajo la demonización de "los supuestos corruptos que arruinaron la Nación", lo que busca el dispositivo Milei, es anular la idea de justicia social, de igualdad, de soberanía política. "Todo el proceso clave de la vida política argentina que nace con el peronismo y continúa el kirchnerismo, el mileismo quiere destruirlo y para eso son literales: sacan las estatuas y quitan los nombres de los edificios", agrega el filósofo.
 
 
El legado histórico
 
"Siempre la historia es un campo de batalla y los símbolos y los nombres son parte de una disputa fundamental al momento de construir sentido común y consciencia política" subraya Forster. La dictadura buscó cerrar filas al demonizar al otro. Hoy buscan eliminar los relatos, la memoria y su presencia en la sociedad para eliminar la idea de justicia social. "El negacionismo de Villarruel además busca eliminar el papel genocida de la dictadura y anular la verdad histórica y su complejidad", define.
 
En el intento por reescribir la historia, la práctica se ejecuta con radicalidad y violencia. "Arrasar con la memoria del otro -detalla Forster-, va contra la memoria social, contra lo que constituye identidad, arrasan con los nombres y los monumentos y eso conlleva una gigantesca violencia hacia el otro, porque lo niega en la vida política y cultural".
 
"¿No aprenden que el efecto es el contrario?", se pregunta Bellota. "Si en la resistencia peronista el pueblo lograba rescatar lo que volteaban y se fortalecía la pertenencia a un movimiento, hoy, y aunque estamos bastante rotos, el efecto será el mismo", evalúa. Se fundamenta en la historia: "A Perón lo inhabilitan a perpetuidad, como quieren hacer con Cristina. Pero volvió después de mucha lucha, mucha resistencia del pueblo, y volvió con un plan de unidad nacional del que nadie volvió a hablar, salvo ahora Cristina: el Modelo argentino para el proyecto nacional, fruto de un largo trabajo de Perón con (Ricardo) Balbín, otro dirigente de un movimiento popular", repasa la autora de Perón, una biografía del siglo XXI (Planeta, 2024).
 
"¿O van a pensar que le vamos a dejar de decirle CCK?, ¿O creen que porque saquen las estatuas de Néstor la gente lo va a dejar de recordar con cariño y gratitud?", se pregunta. Para la historiadora es evidente que quieren "desperonizar otra vez" para implantar otro modelo socioeconómico.
 
Y lo explica: "Cuando derrocan a Perón, usan al Ejército. Hoy no hace falta, la última dictadura fue tan brutal que para desperonizar hizo desaparecer a 30.000 personas. Con el regreso de la democracia, Alfonsín hizo lo que pudo. A Menem no hizo falta hacerle la guerra porque estaba aplicando el consenso de Washington. Con Néstor y Cristina se da otra vuelta histórica. Por eso ahora usan a la justicia, inventan causas; el espíritu es el mismo: borrar al peronismo de la faz de la tierra. Hasta ahora no lo lograron, y espero que no lo puedan lograr".
 
Por Patricia Chaina
 
Fuente: Página 12
 

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24-11-2024 / 09:11
Con la decisión de rebautizar edificios y descartar la simbología popular del peronismo y el kirchenrismo, ya con formato de plan sistemático, el gobierno libertario de Javier "el Loco" Milei evidenció en estas últimas semanas su desvelo mayor: hacer "desaparecer" a Perón, a Evita y a Néstor Kirchner. "Fin", diría el posteo del vocero presidencial Manuel Adorni.
 
Estas acciones, hoy planificadas, lejos del rictus espasmódico de los primeros meses en el poder buscan borrarlos del imaginario social. Tal como en 1955 procedió la Revolución Libertadora contra el peronismo "con acciones planificadas, hoy es una política de Estado", explica el historiador Hernán Brienza.
 
El filósofo Ricardo Forster subraya que  es  algo "muy propio de las nuevas derechas que buscan transformar la subjetividad". Detrás, acecha un modelo económico y social totalitario y excluyente "cuya mayor expresión en la materialidad de lo público e institucional es el proceso judicial contra Cristina Kirchner como líder de este espacio político", completa la historiadora Araceli Bellota.
 
Los especialistas analizan el nuevo show del establishment y advierten sobre las enseñanzas de la historia que las huestes de La Libertad Avanza parecen no contemplar.
 
"Hay una cruel ingenuidad en creer que borrando un nombre borras a la persona y a la historia. Hay algo de censura también, y en la intención de hacer desaparecer al otro hay cierto grado de animismo histórico por creer que borrando el nombre, esto se logra", sentencia Brienza a propósito de la batalla cultural que ya ganó las calles tanto como las redes sociales.
 
"La batalla cultural es propia de las extremas derechas", explica Forster respecto de los totalitarismos que horadan la subjetividad. En este tipo de cruzada, como la que lleva adelante el gobierno de los Hermanos Milei y Victoria Villarruel "es esencial cambiar los nombres porque son algo importante, designan, marcan. Si cambio el nombre del CCK a Edificio Libertad hago un gesto hacia la sociedad. Si saco el busto de Néstor Kirchner de un lugar público también" señala el filósofo.
 
La línea histórica de esta serie de saqueos a la memoria popular remite a la proscripción del peronismo agrega Bellota. Y dispara: "La mal llamada Revolución Libertadora tenía entre sus propósitos desperonizar a la Argentina. Esto es un calco: sacar los monumentos, cambiar los nombres, perseguir a los dirigentes y al mismo tiempo, hambrear al pueblo". La historiadora, también concejala en el municipio de Moreno por Unión por la Patria, describe así el núcleo del conflicto.
 
Al principio, en la avanzada sobre lo simbólico donde se refleja la memoria social, hubo solo provocaciones aisladas. Cambiaron el nombre del Salón de las Mujeres en Casa de Gobierno justamente un 8M, Día internacional de la Mujer. Lo rebautizaron: Salón de los Próceres. Antes, y sin aspavientos, quitaron el busto de Néstor Kirchner del patio del ex Ministerio de Agricultura. Fue un anticipo de lo que pasó meses después cuando la ministra de Capital Humano, la inútil Sandra Pettovello, decidió retirar el busto del expresidente de la sede de ANSES y lo difundió en las redes.
 

23-11-2024 / 09:11
Al presidente le pusieron la puerta chica en el G-20 y lo obligaron a agacharse para entrar. Javier "el Loco" Milei aceptó la humillación de asistir a una reunión que había despreciado, saludar a líderes que había insultado y firmar documentos que había repudiado. La vergüenza que pasó en el G-20 fue consecuencia de su viaje a los Estados Unidos. La relación con Donald Trump no pasó hasta ahora de ser su mascota.
 
"Eres mi presidente preferido" o "El trabajo que ha hecho es increíble" son las palmaditas que consiguió Milei de Trump. Pero el norteamericano ya anunció que impondrá tasas aduaneras del 60 por ciento a las importaciones provenientes de China y del 20 por ciento al resto, incluidas las argentinas, desde limones hasta el acero. Y en lo financiero, "no hay plata".
 
En ese plano, Estados Unidos tiene un déficit de casi el 8 por ciento de su PBI, una cifra galáctica. Pero como la deuda es en su propia moneda, la financia emitiendo. Trump no es libertario ni le interesa la escuela austríaca que fanatiza a Milei. No cree en el libre mercado y nunca hubiera cerrado Ciccone Calcográfica como hizo el presidente argentino.
 
Pero se dan la mano en otras cuestiones representativas del brutalismo conservador neoliberal. Ambos coinciden en mantener la hegemonía excluyente del imperio norteamericano en el escenario internacional y comparten el estilo político agresivo, rupturista y polarizador.
 
Hasta ahora, nada más que las palmaditas y frases que uno le susurra a su mascota. De comercio y capitales, nada. A Milei le dieron cinco minutos para hablar en Mar-a-lago, el club privado de Trump. Fue el número vivo. Se cumplió el tiempo y lo bajaron sin ninguna contemplación.
 
Antes de su participación en los festejos de Trump y de la reunión del G-20, Milei había echado a su canciller Diana Mondino porque su representante en la ONU había votado contra el bloqueo a Cuba. Y a partir de allí mandó a no votar por los derechos de los pueblos originarios y a no repudiar la violencia digital contra mujeres y niñas. Para Milei, los pueblos originarios no tienen derechos, la violencia de género no existe y las sociedades humanas no dañan al clima.
 
Con ese fundamento retiró la delegación argentina de la reunión del COP 29, que debía discutir, en el marco de la ONU, los avances en la lucha contra el cambio climático. El encuentro se realizó desde el 11 de este mes hasta ayer en Bakú, Azerbaijan. En esa actividad se acuerdan negocios relacionados con el tema. La decisión destemplada del gobierno hizo que se cayeran las acreditaciones de 50 empresarios argentinos.

Si la relación con Trump dependerá de la marcha de la economía, el afán de convertirse en una celebridad internacional sobre la base de desplantes e insultos, generó fastidio y enojo. Quedó claro en la reunión del G-20 en Brasil, donde no le hicieron la más mínima concesión y lo obligaron a firmar dos declaraciones que incluyen temas por los que ha lanzado una caza de brujas entre los diplomáticos de carrera.


El derrotero de estos días en la ONU, en los Estados Unidos y en Brasil demuestran que el gobierno no tiene una política exterior real, que no entiende la diplomacia, que va al aislamiento y al desastre, al que se le suma el loco afán de convertirse en figuretti mundial.

22-11-2024 / 10:11
Javier "el Loco" Milei vive realmente en una nube de gas, eso fue lo que demostraron sus polémicas y extrañas declaraciones a uno de sus periodistas favoritos. El presidente habló de unos números que resultan inexistentes en absolutamente todas las mediciones que hay. Milei afirmó que el nivel de pobreza es de 46 puntos, y aseguró: "¿Vos te das cuenta? Bajamos la pobreza en 9 meses en 11 puntos". Pero, no contento con eso, Milei, un mentiroso patológico, fue por más: "No sufrimos en actividad, no sufrimos en empleo, el salario real está por encima de lo que teníamos cuando asumimos".
 
Según el libertario, el salario básico promedio pasó de 300 dólares a 1.100 dólares; aunque la mayoría de la gente se está preguntando dónde está la parte del sueldo que le falta. El propio Indec desmintió a Milei. En su página publicó la evolución de la distribución del ingreso per cápita, calculado en $289.562, mientras que la mediana del ingreso per cápita fue de $205.000. Nada que ver con lo de Milei.
 
Milei viene teniendo un "éxito" que no es ninguno de los que él dice. Ese "éxito" no es en los resultados económicos que son un desastre en toda la línea. El "éxito" está vinculado a la imposición de los términos del debate y básicamente a dos operaciones:
 
En primer lugar, una es agitar fantasmas y tempestades que presuntamente acechaban al país en general y a la economía, en particular (que inflación "viajaba" al 17.000 %, que la pobreza era casi del 100 %, que la recesión ya era un hecho), y después presentar los pésimos resultados de su programa económico como un "éxito" que evitó todos esos desastres trajo supuestos beneficios.
 
Lo peor no es la ficción que construye el oficialismo para intentar mostrar lo malo como bueno o los fracasos de la política económica como si fueran éxitos, sino en que algunos referentes políticos o comunicacionales, lo crean. Y eso se vincula, con una segunda operación, que es desmembrar o fragmentar el debate sobre los resultados de la política económica del Gobierno. Separar cada ítem y evaluarlo en sí mismo.
 
Entonces te dicen: "Bueno, pero ¿vos no le reconocés un éxito a Milei en la desaceleración de la inflación?".  Es una pregunta que formulada así no acepta un "no" como respuesta. Aunque la forma correcta de plantear el interrogante sería: ¿A vos te parece bien bajar la inflación después de haberla llevado por las nubes en diciembre del año pasado y dinamitando los ingresos (salarios, ahorros y jubilaciones) de todo el mundo? O ¿mediante la imposición de una caída histórica de la actividad que derrumbó el consumo y la inversión? Obvio, es imposible aceptar un "sí" como respuesta.
 
Algo parecido sucede con lo que llaman el "ordenamiento fiscal". Se pregunta: ¿A vos no te parece que había que ordenar las cuentas fiscales y terminar con el déficit? Cuando la forma precisa debería ser: ¿Vos estás a favor de ordenar las cuentas fiscales bajando impuestos a los ricos y que el grueso del ajuste recaiga sobre los trabajadores, los jubilados y las provincias? La inflación se desaceleró básicamente a fuerza de recesión. Y el equilibrio fiscal se alcanzó, esencialmente a costa del ajuste a jubilados y provincias. La estrategia del Gobierno anarco capitalista es aportar siempre a la confusión general y a las exageraciones de sus presuntos "éxitos".
 
La Opinión Popular
 

21-11-2024 / 08:11
El presidente Javier "el Loco" Milei lanzó duras críticas hacia la vicepresidenta Victoria "Bicho Cruel" Villarruel, asegurando que ella se encuentra "cerca del círculo rojo" y forma parte de lo que el oficialismo denomina la "casta política". Milei habla de "castas" alegremente, sin que nadie sepa a quiénes se refiere específicamente. Durante una entrevista concedida a LN+ este miércoles por la noche, el mandatario aclaró que Villarruel no tiene "ninguna injerencia en la toma de decisiones" dentro del Ejecutivo anarco capitalista.
 
Según Milei, la vicepresidenta no participa de las reuniones de gabinete y su relación con él es estrictamente "institucional". "El trato que tenemos es lo que se necesita para cumplir nuestros roles", afirmó el presidente, dejando en claro que el contacto con Villarruel se limita a lo estrictamente necesario para el cumplimiento de sus funciones.
 
En este sentido, Milei destacó que Villarruel había optado por no participar de las reuniones de gabinete, subrayando que, a diferencia de otros miembros del Gobierno, su rol dentro del equipo no tiene impacto directo en la toma de decisiones. La grieta existía desde hace tiempo. La diputada Lilia Lemoine era la que acusaba a la vicepresidenta de diferenciarse de Milei y llegó a caracterizarla como "amante de la alta política, 100% casta". Una definición que ahora quedó demostrado que no le pertenecía.
 
Además, el mandatario hizo referencia a los recientes cambios en su gabinete, destacando la salida de la exministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, quien fue reemplazada por Gerardo Werthein luego de la polémica sobre el voto de la Argentina en la ONU contra el embargo a Cuba. Milei explicó que, frente a la situación, no dudó en desvincular a Mondino de su cargo. "Tardé 30 minutos en echarla", afirmó, revelando la rapidez con la que tomó la decisión. En un instante pasó de ser "una persona exquisita" a traidora, de una  y sin pausa. A lo loco.
 
Este enfrentamiento entre Milei y Villarruel pone en evidencia el quilombo de tensiones internas dentro del Gobierno libertario, en un contexto en el que se avizoran cambios importantes en la estructura del gabinete presidencial. La relación entre el presidente y la vicepresidenta, marcada por diferencias de enfoque y la falta de una participación activa de Villarruel en las decisiones clave del Ejecutivo, ha generado especulaciones sobre su futuro dentro del oficialismo.
 
Desde hace meses que la relación entre Milei y Villarruel está tensa, pero, hasta ahora, el Presidente nunca había hablado así de su compañera de fórmula. Tras los cuestionamientos, desde el entorno de la vicepresidenta respondieron que "ella no decide no ser parte del Gobierno". Y ahondaron: "A veces no hay que ver lo que se dice, sino lo que se hace", en referencia a las actitudes que ha tomado la mesa chica libertaria, Karina y Luis Caputo, atacando a Villarruel.
 
La Opinión Popular
 

20-11-2024 / 10:11
La participación de Javier "el Loco" Milei en la Cumbre del G20 que se efectuó en Brasil dejó varios momentos inesperados, ya sea por su ausencia en la foto final del foro o por la reunión que mantuvo con su par de China Xi Jinping. El encuentro con el líder chino generó sorpresa por sus dichos sobre el país asiático durante la campaña electoral. "Yo no haría negocios con China, no negocio mi moral a cambio de dinero y no hago transacciones con comunistas", había asegurado el libertario. Milei se la pasa hablando contra "el comunismo" y "los comunistas" en cada discurso. El adjetivo aplica a casi todo lo que no sea La Libertad Avanza. Llegó a ser aplicado a figuras políticas como Horacio Rodríguez Larreta y Cristina Kirchner. Pero las etiquetas y las palabras importan poco.
 
Este martes Milei se reunió con el mandatario chino. Ese país está formalmente dirigido por el Partido Comunista. Ese partido administra de manera totalitaria un sistema donde no existe derecho al disenso ni diversas formas políticas partidarias que lo expresen. Pero es cualquier cosa menos "comunista", en el sentido real que este concepto tiene. Desde hace décadas, el PCCH es el garante del desarrollo del capitalismo en China. Un capitalismo que funcionó como motor de la economía mundial durante la primera década de este siglo gracias al bajo precio del valor de la fuerza de trabajo. El "made in China" era equivalente a trabajo semiesclavo.
 
En las últimas dos décadas, producto de su potente desarrollo económico y financiero global, China se convirtió en la segunda potencia mundial en muchos terrenos. Desde ese lugar viene avanzando sobre el mundo, tanto sobre los países centrales como sobre el Sur global, que incluye a la inmensa mayoría de los países de África, Asia y América Latina. Iniciativas como la llamada Ruta de la seda funcionaron como mecanismos de expansión económica, que implicaron subordinar económicamente a distintos países más pobres.
 
Lógicamente, esa subordinación económica tiene consecuencias políticas. Se expresa en una creciente influencia a nivel internacional, que empuja a muchos gobiernos a ensayar distintos tipos de equilibrios, en el marco de las tensiones entre el país oriental y Estados Unidos. Tensiones que, todo indica, se acrecentarán en el marco de la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca.
 
Precisamente, la relación con Argentina tiene un carácter de creciente subordinación económica. Entre las razones de Milei para reunirse está el hecho de que el Gobierno chino viene de garantizar la extensión de un swap de monedas que apuntala las reservas del Banco Central de la República Argentina, el mismo que el presidente había prometido "incendiar" o "dinamitar". Esa extensión, funcionó como salvavidas en un momento financiero crítico que atravesó Milei hace algunos meses, evitando que cayera en default.
 
El Gobierno de Milei plantea una agenda internacional de abierto alineamiento con Estados Unidos e Israel, que está llevando adelante un genocidio contra la población de Gaza al tiempo que empuja las tendencias a la guerra en Medio Oriente. Ese alineamiento con "Occidente" no le impide seguir negociando con China. Sin embargo, esa negociación se mantiene, también, en los marcos de una posición de completa subordinación ante las grandes potencias. De hecho, el país dirigido por Xi Jinping es parte central del FMI y otros organismos internacionales que, aun con tensiones, rigen el mundo en interés del gran poder económico y político.
 
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