“Un país que destruye la Escuela Pública no lo hace nunca por dinero, porque falten recursos o su costo sea excesivo. Un país que desmonta la Educación, está gobernado por aquellos que pierden con la difusión del saber”. Ítalo Calvino
EL 19 DE NOVIEMBRE DE 1942, COMIENZA LA OFENSIVA RUSA EN EL VOLGA
Stalingrado, la batalla más sangrienta en la historia de la humanidad
La batalla de Stalingrado fue un enfrentamiento bélico entre el Ejército Rojo de la Unión Soviética y la Wehrmacht de la Alemania nazi y sus aliados del Eje por el control de la ciudad soviética de Stalingrado, actual Volgogrado.
La batalla de Stalingrado fue un enfrentamiento bélico entre el Ejército Rojo de la Unión Soviética y la Wehrmacht de la Alemania nazi y sus aliados del Eje por el control de la ciudad soviética de Stalingrado, actual Volgogrado, entre el 23 de agosto de 1942 y el 2 de febrero de 1943. Con bajas estimadas en más de dos millones de personas, entre soldados de ambos bandos y civiles soviéticos, esta batalla es considerada la más sangrienta de la historia de la humanidad.
La ofensiva alemana para capturar Stalingrado fue un intento por parte de Alemania de tomar los pozos petrolíferos del Cáucaso. Un masivo bombardeo de la Luftwaffe redujo buena parte de la ciudad a escombros, mientras las tropas terrestres del Eje debían tomar la ciudad edificio por edificio, en lo que ellos denominaron «Rattenkrieg» (guerra de ratas).
El 19 de noviembre de 1942, una gran contraofensiva soviética embolsó al 6º Ejército Alemán del general Friedrich Paulus dentro de Stalingrado, no logrando escapar del cerco por la negativa de AdolfHitler a renunciar a la toma de la ciudad. El desastre fue total, el VIº Ejército alemán quedó encerrado en Stalingrado con unos 250.000 hombres y sin suministros.
Este cerco, llamado por los alemanes «Der Kessel» (el caldero), significó el embolsamiento de todos los soldados nazis, debilitados rápidamente a causa del hambre, el frío y los continuos ataques soviéticos. Los constantes fracasos alemanes por intentar romper el cerco harían, contra las órdenes de Hitler, que Paulus rindiera su 6º Ejército en febrero de 1943. La grave derrota de la Alemania nazi representó el principio del fin del nazismo en Europa.
La Opinión Popular
Imagen de la batalla de Stalingrado.
La batalla de Stalingrado
La batalla de Stalingrado fue un enfrentamiento bélico entre el Ejército Rojo de la Unión Soviética y la Wehrmacht de la Alemania nazi y sus aliados del Eje por el control de la ciudad soviética de Stalingrado, actual Volgogrado, entre el 23 de agosto de 1942 y el 2 de febrero de 1943.
La batalla se desarrolló en el transcurso de la invasión alemana de la Unión Soviética, en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Con bajas estimadas en más de dos millones de personas entre soldados de ambos bandos y civiles soviéticos, la batalla de Stalingrado es considerada la más sangrienta de la historia de la humanidad.
La grave derrota de la Alemania nazi y sus aliados en esta ciudad significó un punto clave y de severa inflexión en los resultados finales de la guerra y representa el principio del fin del nazismo en Europa, pues la Wehrmacht nunca recuperaría su fuerza anterior ni obtendría más victorias estratégicas en el Frente Oriental.
La ofensiva alemana para capturar Stalingrado comenzó a finales del verano de 1942, en el marco de la Operación Azul o Fall Blau, un intento por parte de Alemania de tomar los pozos petrolíferos del Cáucaso.
Un masivo bombardeo de la Luftwaffe redujo buena parte de la ciudad a escombros, mientras las tropas terrestres del Eje debían tomar la ciudad edificio por edificio, en lo que ellos denominaron «Rattenkrieg» (guerra de ratas).
A pesar de lograr controlar la mayor parte de la ciudad, la Wehrmacht nunca fue capaz de derrotar a los últimos defensores soviéticos que se aferraban tenazmente a la orilla oeste del río Volga, que dividía la ciudad en dos. En noviembre de 1942 una gran contraofensiva soviética embolsó al 6º Ejército Alemán del general Paulus dentro de Stalingrado, no logrando escapar del cerco por la negativa de Hitler a renunciar a la toma de la ciudad.
El 19 de noviembre de 1942, los 3.500 cañones soviéticos comenzaron a machacar despiadadamente las líneas enemigas más débiles entre Serafimovih y Klestkaya, estas eran las formaciones rumanas que se encontraban escasas de material antitanque, entre la nieve y la bruma mortecina del paisaje. Al son de trompetas, los obuses y Katiushas se dejaron caer en el sector rumano. Después de una hora de martilleo, los batallones de fusileros avanzaron sobre las filas de rumanos.
Los rumanos del II y IV Cuerpos pudieron contener bravamente las primeras oleadas de atacantes y luego fueron arrasados por carros de combate T-34 hacia el mediodía. Cuando los fortines fueron demolidos, los rumanos echaron a correr por la planicie blanca, siendo perseguidos por las oleadas siberianas.
Si bien hubo algunos intentos de responder al ataque, los comandantes del 6º Ejército no tomaron en serio el ataque hasta que fue muy tarde, inclusive los combates en la misma ciudad de Stalingrado no se detuvieron durante varios días una vez comenzado el ataque soviético. Los Stukas acudieron al lugar del desastre y ya nada se pudo hacer, salvo ametrallar a los fusileros soviéticos.
Si bien el ataque del sur fue por muchos factores más débil, este sector fue también atacado con éxito y las columnas avanzaron sin grandes reveses, salvo contraataques aislados que apenas produjeron momentáneas detenciones.
El objetivo donde convergían las tenazas de la trampa era el pequeño pueblo de Kalach y su puente, donde los alemanes no poseían una fuerza para enfrentar la amenaza y donde quedaban expuestos sus talleres y depósitos de suministros. El desastre era total, el VIº Ejército de Paulus quedó encerrado en Stalingrado con unos 250.000 hombres y sin suministros mayores.
Este cerco, llamado por los alemanes «Der Kessel» (el caldero), significó el embolsamiento de 250 000 soldados, debilitados rápidamente a causa del hambre, el frío y los continuos ataques soviéticos. Los constantes fracasos alemanes por intentar romper el cerco harían, contra las órdenes de Hitler, que Friedrich Paulus rindiera su 6º Ejército en febrero de 1943.
La derrota alemana en Stalingrado confirmó lo que muchos expertos militares sospechaban: las fuerzas alemanas no eran lo suficientemente poderosas en logística de abastecimiento como para mantener una ofensiva en un frente que se extendía desde el mar Negro hasta el océano Ártico.
Esto se confirmaría poco después en el nuevo revés que Alemania sufriría en la batalla de Kursk. El fracaso militar convenció a muchos oficiales de que Hitler estaba llevando a Alemania al desastre, acelerándose los planes para su derrocamiento y dando como resultado el atentado contra Hitler de 1944. La ciudad de Stalingrado recibiría el título de Ciudad Heroica.