La Opinión Popular
                  00:39  |  Martes 22 de Octubre de 2013  |  Entre Ríos
El clima en Paraná
“Un país que destruye la Escuela Pública no lo hace nunca por dinero, porque falten recursos o su costo sea excesivo. Un país que desmonta la Educación, está gobernado por aquellos que pierden con la difusión del saber”. Ítalo Calvino
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Entre Ríos - 13-10-2024 / 17:10
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL

La sociedad entrerriana defiende la universidad pública y gratuita

La sociedad entrerriana defiende la universidad pública y gratuita
Es evidente que Milei vino a destruir la educación pública en la Argentina. Las universidades han hecho realidad la movilidad social ascendente. Y con ella, han llenado de contenido el concepto de igualdad ante la ley: el origen de una persona no es su destino. Sin universidades públicas, la Argentina sería una verdadera sociedad de castas, con el inmovilismo social como norma fatalista. Como dijo el contraalmirante Arturo Rial en 1955: “Sepan ustedes que la Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Es que la oligarquía no quiere saber nada con que la gente que no es rica se eduque en la universidad. Así desfinanciar la educación no es el camino para combatir a “la casta”. Es, más bien, la alternativa para constituir una sociedad totalmente desigual, privilegiando a la casta de los ricos.
En medio de tomas de Facultades y asambleas en todo el país, en defensa de la universidad pública, gratuita y de calidad, estudiantes y docentes de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) y la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER) se congregaron frente a la Casa Gris en Paraná para realizar una protesta, que se llevó a cabo luego de que la Cámara de Diputados ratificara el nefasto veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario.
 
Las multitudinarias marchas en Paraná y en todo el país, en defensa de la universidad pública, y en contra del veto de Javier Milei, demuestran el apoyo de la sociedad y desnudan las precariedades y salvajadas de las políticas anarco capitalistas. Que Milei haya degradado el Ministerio de Educación de la Nación reduciéndolo a Secretaría no significa que la educación pública como valor social haya sido degradada por los entrerrianos. Quienes observaron las multitudinarias manifestaciones, ya sea como participantes o como testigos, pudieron observar que además de docentes, no docentes, estudiantes y referentes gremiales del mundo universitario había familias enteras marchando en su apoyo.
 
El triunfo pírrico de Milei instaló un conflicto que puede complicarlo. Es que, muchos advierten que las universidades no son el mejor rival para un Gobierno y con este veto se inició una pelea capaz de erosionar al Presidente hasta su último día en la Casa Rosada. Varios referentes habían advertido a los funcionarios sobre la inconveniencia de elevar el conflicto, que no terminará con el veto. Las universidades no son enemigas para tener. Están en todos lados y llegan a mucha gente. La mayoría tiene prestigio y todas movilizan sus comunidades. El conflicto universitario no terminó con el veto. La pulseada que se viene ahora es el debate por el Presupuesto 2025 que incluirá una nueva batalla por el financiamiento, al que Milei destinó solo la mitad de lo que piden los rectores.
 
Lejos de desanimar la participación, el veto despertó la movilización estudiantil en todo el país. Ya le señalaron cuán difícil le resultará gobernar contra una sociedad dispuesta a tomar las calles para expresar su disidencia con el ataque a las universidades. El libertario intentó desacreditar la protesta tildándola de "política", lo que es inadmisible. Si Milei define un recorte arbitrario de gastos en un área determinada del Estado y la sociedad entiende que debe manifestar su oposición a ese recorte, ¿por qué la decisión oficial no sería "política" pero sí lo sería la protesta que se le opone? Milei fue votado por una mayoría, pero de ello no se deduce que haga lo que le venga en ganas y que la sociedad avale cualquier medida.
 
La universidad pública puede mejorar y debe hacerlo. Pero esos cambios no pueden transformarse en un argumento para desacreditarla y recortarle el presupuesto. Desfinanciarla para cerrarlas, privatizarlas, arancelarlas o tirársela a las provincias, estos métodos siniestros no son la solución. La educación pública es un factor central en la movilidad social ascendente, valorados por la sociedad, que sabe por experiencia propia o de sus antepasados lo que han implicado para sus familias. La universidad es parte indisoluble de la identidad de la sociedad argentina, que no está dispuesta a sacrificarla como ofrenda al "déficit cero" de Milei.
 
¿No es hora de que Frigerio se empiece a diferenciar del extremismo anti estatista, cipayo y agresivo de Milei? ¿No es hora que Frigerio salga a defender las ideas del Estado presente, la promoción social, la obra pública para el desarrollo provincial y la ratificación del subsidio en temas críticos, sea el transporte público o las jubilaciones provinciales? Entre la dirigencia entrerriana mayoritaria -peronismo, macrismo, UCR- se impone la idea de mejorar lo que está mal en el Estado, sobre la finalidad libertaria de destruir el Estado o reducirlo a su mínima expresión. Lo que se vio en la votación de los diputados entrerrianos. Es una paradoja que habiendo ganado Milei sean tan pocos los dirigentes que sostienen su discurso en la provincia. Es que, cualquier modelo económico debe cerrar "con la gente adentro".

En el imaginario social, muchas familias entrerrianas encontraron que, ante los problemas de la escuela pública, podían contar con la educación privada. O de gestión privada. Aunque no haya mucha diferencia entre una y otra, la distinción se impuso. Eso no ha ocurrido con la universidad pública, que sigue siendo más valorada. Además, no se la aprecia sólo por las carreras, sino también por lo que produce en investigación científica y de extensión social.
 
Para la educación pública, dentro de la cual la formación universitaria es sólo un capítulo, hace falta una política específica. El "déficit cero" es una meta económica en la Argentina inflacionaria. Sin embargo, se trata de un fin económico: de ningún modo ese objetivo puede ser entronizado como único norte de una gestión. O en todo caso: con independencia de si se puede o no, al cruel gobierno libertario no le alcanza. Gobernar es más que presupuestar.
 
La obcecación libertaria que a todo le recusa con el "no hay plata" y la invocación del "déficit cero" es insuficiente e inconducente. Al reducir el universo de los intereses sociales a la unidimensionalidad de una discusión de caja, el oficialismo enfrenta una complicación. El equilibrio fiscal perfila con claridad una "Argentina deseada" en el plano de las variables económica, pero no tiene correlato alguno con el diario sufrir de entrerrianos y argentinos.
 
En primer término, Milei no puede explicar por qué el "déficit cero", entronizado como panacea macroeconómica, es tan "bueno" si no sirve para darles un aumento a los jubilados equivalente a dos kilos de milanesas; ni para mejorar el financiamiento de las universidades. En segundo lugar, la gestión libertaria tampoco aclara para qué los ciudadanos pagan sus impuestos, con una enorme presión fiscal agravada por los tarifazos, si sus ingresos no van a servir para cubrir los medicamentos de los ancianos ni la educación de los jóvenes.
 
Donde hay un insulto falta un argumento. Y a Milei le sobran los agravios y le faltan las razones para enfrentar las marchas universitarias que desautorizan su relato. Milei redondeó un planteo de mecha corta e incoherencia larga. En un mensaje a los jóvenes escribió: "No permitan que los usen políticamente los golpistas". Después de que un grupo de diputados nacionales libertarios visitó en la cárcel a Alfredo Astiz, hallado culpable de perpetrar delitos de lesa humanidad en la última dictadura tanto por la Justicia de la Argentina como por la de Francia, si algo debiera vetar este Gobierno es el uso del sustantivo "golpista" en los textos oficialistas. Hay muchos golpistas, de los de verdad, que lejos de estar en contra la gestión libertaria, se ven representados por sus dirigentes.
 
Es cierto que la educación pública (incluyendo la superior) tiene problemas. Pero en lugar de que Mieli asuma su responsabilidad, van a la carga contra la universidad con argumentos remanidos, tales como contabilizar cuántos alumnos tiene el sistema y cuántos se reciben: el Estado no financia las universidades por su número de estudiantes. Ni hablar de la nueva mentira libertaria en torno de la supuesta falta de controles del gasto universitario. Pregonar que las universidades deben ser auditadas es una redundancia: claro que deben ser y de hecho lo son, pero ese control es responsabilidad del Gobierno libertario. Controles hubo siempre. Inacción por parte de los Gobiernos, también.
 
Es evidente que Milei vino a destruir la educación pública en la Argentina. Las universidades han hecho realidad la movilidad social ascendente. Y con ella, han llenado de contenido el concepto de igualdad ante la ley: el origen de una persona no es su destino. Sin universidades públicas, la Argentina sería una verdadera sociedad de castas, con el inmovilismo social como norma fatalista. Como dijo el contraalmirante Arturo Rial en 1955: "Sepan ustedes que la Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero". Es que la oligarquía no quiere saber nada con que la gente que no es rica se eduque en la universidad. Así desfinanciar la educación no es el camino para combatir a "la casta". Es, más bien, la alternativa para constituir una sociedad totalmente desigual, privilegiando a la casta de los ricos.
 
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CONTEXTO NACIONAL 

La sociedad entrerriana defiende la universidad pública y gratuita  

Milei festeja un triunfo pírrico con altos costos

 
Todavía Milei está lejos de saber si su aventura económica anarco capitalista, sobre la que gira toda su cosmovisión, saldrá pato o gallareta; si la taba que va en el aire caerá de cara o de culo. Todos los presidentes argentinos de las últimas décadas comenzaron sus gestiones aplaudidos desde los palcos del teatro Colón y terminaron con riesgo de ser huéspedes de la cárcel de Ezeiza. Milei todavía habita ese angustioso punto intermedio del camino que puede conducir a la Galería de los Bustos Presidenciales o al desfile por las escalinatas de Comodoro Py.
 
Cuenta con una pequeña procesión de fanáticos que quisiera entronizarlo como emperador y le festeja como goles las cifras que muestran el descenso de la inflación y del riesgo país. Al mismo tiempo, enfrenta a una numerosa oposición, todavía desorganizada, que quiere aplastarlo y lo confronta por ser una versión sádica y recargada de José Alfredo Martínez de Hoz, el ministro de economia de la dictadura militar.
 
Sostiene Rafael Cortes, columnista de Misiones Onlie, que ninguna victoria llega exenta de costos, pero algunas simplemente cuestan demasiado. Por las malas lo aprendió el viejo Pirro cuando marchó hacia una naciente Roma desde su Epiro natal y volvió colmado de victorias pero con un ejército diezmado. El presidente Javier Milei comparte con aquel antiguo rey griego la osadía de atacar siempre, incluso contra varios al mismo tiempo y aunque el resultado final no esté asegurado.
 
"El resultado de una batalla no depende de la cantidad de soldados sino de las fuerzas que vienen del cielo", delira el libertario, despuntando el vicio del mesianismo explícito en una cita del libro de los Macabeos. Y para quien gobierna como representante terrenal de "las fuerzas del cielo", como lo hacían las monarquías medievales, eso de construir acuerdos políticos y avanzar sobre la base de consensos resulta un trámite tan engorroso como innecesario.
 
De allí que al presidente no le importara casi nada sostener el acuerdo parlamentario laboriosamente construido por el entonces ministro del Interior, Guillermo Francos, para sancionar la Ley de Bases y se conformara en cambio con gobernar a punta de decretazo y de vetos sostenidos por una ultra minoría legislativa. Bajo esa lógica, el Gobierno nacional viene de hilvanar dos victorias consecutivas que dieron respaldo institucional al rechazo del Ejecutivo a las leyes jubilatoria y de presupuesto universitario.
 
"Creen que ganan, pero en realidad pierden", les advirtió el Viejo Vizcacha de la política nacional, Miguel Ángel Pichetto. El diputado nacional que supo militar en el menemismo, el kirchnerismo, el macrismo y el peronismo federal, le endilgó al oficialismo que, después de diez meses de gobierno no llegó a construir una mayoría parlamentaria y se conformó apenas con "ser el partido de la minoría y el bloqueo".
 
¿Cuánto ganará y cuánto perderá el Gobierno libertario al sacrificar ambas leyes en el altar del superávit fiscal? Es una pregunta cuya respuesta se decantará en los próximos meses y que dependerá del devenir de la economía. No tanto de la inasible macro que establece las condiciones generales sino de la micro que impacta todos los días en el bolsillo del ciudadano común.
 
Por lo pronto, el mínimo ahorro fiscal que consigue el Gobierno a partir del rechazo de las leyes que intentaron beneficiar a jubilados y a la educación pública parece un premio muy chico ante el rechazo social que podrían producir ambos vetos.
 
Pero este presidente no gobierna mirando encuestas ni midiendo con lupa el costo político de cada una de sus decisiones (en eso se diferencia del kirchnerismo y de Juntos por el Cambio) sino que lidera una revolución cultural que propone destruir el Estado.
 
Milei está convencido que lo privado es necesariamente mejor que lo público y que la lógica de mercado es que la que resuelve de manera más eficiente todos los problemas. Ese es su único marco teórico y lo aplica a todos los contextos. También para la educación y el sistema previsional. Es consecuente con la ideología que profesa. No sería anarco capitalista si pensara de otra manera.
 
Montado al caballo de la destrucción de todo lo establecido, intentó sacar rédito político de sus enfrentamientos con las organizaciones sociales, los sindicatos, los periodistas/medios de comunicación, las organizaciones defensoras de los derechos humanos y los referentes de la política tradicional en general.
 
Pero el saldo puede ser diferente en esta nueva batalla, porque la educación pública es una de las pocas instituciones que, en líneas generales, conservan su honor y buen nombre.
 
Una encuesta de Poliarquía de abril de este año reveló que las universidades públicas eran las instituciones que generaban mayor confianza entre los argentinos, con 71% de respuestas positivas, y en un lejano segundo lugar aparecen las fuerzas armadas con 41%.  Y un relevamiento de la Universidad de San Andrés indicó que 77% de los argentinos considera que debería aumentarse el presupuesto de las universidades.
 
Además, las universidades públicas conforman un colectivo con capacidad comprobada de movilización y un respaldo de amplios sectores de la sociedad que es transversal a simpatías político-partidarias.
 

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Nuevos equilibrios
 
En el plano del poroteo de política, el desdén del oficialismo por construir una mayoría legislativa con sectores que siempre se mostraron dialoguistas puso al Gobierno en una posición defensiva. Lo obligó a lidiar con la agenda de la oposición y a tener que salir a negociar a contrareloj, no ya para conseguir las leyes que quiere sino para evitar las que sanciona la oposición en contra de su voluntad.
 
En esas negociaciones defensivas de urgencia terminó fortaleciendo a sus aliados del PRO y al propio Mauricio Macri, que pese a recibir constantes muestras de destrato por parte del presidente se vuelve cada vez más necesario para aportar gobernabilidad.

 
Pero los aliados dialoguistas ya no encuentran excusas para bancarlo. Los mismos gobernadores que no querían posicionarse contra el presidente por su popularidad pagan el costo cuando la popularidad comienza a desvanecerse. En Paraná las protestas llegaron hasta la puerta de la Casa de Gobierno por primera vez desde que asumió Rogelio Frigerio, un equilibrista que puede correr el riesgo de una caída. El sanjuanino Marcelo Orrego, que hasta ahora había sido un confiable socio del gobierno, esta vez votó con la oposición. La estructura es frágil y Milei salta encima.
 

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La noticia favorable
 
La noticia más favorable para el Gobierno nacional no llegó desde el Congreso sino desde el INDEC: después de mucho esperar la inflación finalmente perforó el piso de los 4 puntos mensuales. Lo hizo en septiembre, cuando alcanzó 3,5%, el menor valor desde noviembre de 2021.
 
Las consultoras privadas estiman que para octubre y noviembre, el índice seguiría bajando y cerraría más cerca del 3 que del 4. Pero la tendencia podría cambiar en diciembre y enero, cuando el pago de los aguinaldos y los gastos extraordinarios de vacaciones podrían alimentar la suba de precios.
 
Las medidas tendientes a reducir el costo de las importaciones deberían ayudar a reducir la inflación de bienes, pero que la inflación baje del parámetro de los tres puntos mensuales dependerá en buena medida de las decisiones que tome el Gobierno respecto a los precios regulados que son los que vienen impulsando el IPC.

 
Ahora bien, los datos oficiales reflejan que los servicios (alquiler, agua potable, electricidad, gas y otros combustibles) registraron una suba de 7,3%, mientras que los alimentos apenas escalaron 2,3%. Lo que el bolsillo gana por un lado lo pierde por el otro. El malhumor se acentúa en los sectores de ingresos fijos: trabajadores y jubilados. Pese a que los ingresos le ganan en unos puntos a la inflación en los últimos meses, no perciben una mejora en su calidad de vida.
 

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Estabilidad con altísimo costo
 
El ancla cambiaria opera a favor del objetivo de la baja de la inflación en todo el país. Para desgracia, el atraso cambiario está volviendo inviable el negocio de la exportación, al menos para las economías regionales. El mismo dólar barato que preocupa a los exportadores es el que está generando grandes ganancias para el sector financiero.
 
Economistas como Marina Dal Poggetto, de la consultora Eco Go, advierten que el clima de paz financiera que impera responde en buena medida a los negocios que están haciendo inversores financieros a costa de aumentar la deuda en dólares.
 
Como en épocas de la primavera macrista de 2017, una tasa de interés en pesos positiva en relación con la variación del dólar está alimentando operaciones tipo carry trade. "En el Ministerio de Economía convalidan una tasa de interés del 4 por ciento con una devaluación del 2 por ciento, lo que anualizado es un 26 por ciento. Es una fiesta mientras todo se mantenga estable", subrayó. Alertó que esa tasa de interés, en combinación con las proyecciones inflacionarias del presupuesto, que estima una inflación del 18 por ciento para 2024, podría volverse explosiva.
 
El blanqueo está trayendo más dólares que los esperados inicialmente y eso contribuye a sostener el esquema diagramado por Luis Caputo para compactar la brecha y generar un clima favorable en los mercados. Aunque la baja de la inflación se percibe como un logro del Gobierno, la contracción de la economía con efectos directos en la pobreza y el empleo se convierte en un factor cada vez más preocupante.
 
Eso al menos lo que sugiere el Índice de Incertidumbre Económica que elabora la UCA y que registró una nueva caída que lo ubica en valores similares a lo observado, en promedio, durante el año 2021. Esta caída se explica, en gran parte, por un descenso en la preocupación por la inestabilidad económica, inflación y el dólar que contrastan con un incremento en las preocupaciones relacionadas con la pobreza mantuvieron el constante incremento.
 
A lo largo del año cayeron persistentemente las referencias a inflación o dólar (inestabilidad económica), pero crecieron las de pobreza y en septiembre representaron 29,4%. De manera similar, se observa un incremento en las preocupaciones referidas a cuestiones laborales.
 
Lo que tiene sentido si se considera que datos oficiales del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), elaborado por el Ministerio de Trabajo, señalan que en julio de 2024 se perdieron más 8.900 empleos respecto al mes anterior.
 
La tendencia negativa, que comenzó en septiembre de 2023, se aceleró en el primer trimestre de 2024. Aunque la velocidad de la pérdida de empleos ha disminuido desde entonces, la caída acumulada desde agosto de 2023 asciende a 180.500 puestos, lo que implica una reducción del 2,82% en 11 meses consecutivos de baja. El fantasma de la desocupación crece en toda la Argentina.
 
La Opinión Popular

 

 

 

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21-10-2024 / 10:10
20-10-2024 / 22:10
En su cuenta de X, el porteño Javier Milei compartió un posteo en la que se informa que las transferencias a las provincias cayeron un 82% real acumulado en 2024 en comparación al mismo acumulado del 2023, es decir 4,65 billones menos que en 2023... "Para los imbéciles que dicen que no hubo ajuste en la casta... Sigan participando, mentirosos", se burló el libertario. La intolerable respuesta del gobernador Rogelio Frigerio frente a ese delirio de Milei fue el mutismo total.
 
Las provincias fueron uno los sectores en los que más golpeó el feroz ajuste de La Libertad Avanza (LLA): los que se quedaron sin trabajo en las obras públicas paralizadas y otras actividades que se van perdiendo, sin fondos educativos, sin ahorros o sin crédito; sin remedios, que pagan el transporte, la luz y el combustible más caro; jubilados, jóvenes y niños que son indigentes o pobres. Simples habitantes de las provincias ajustadas, son la "casta" para Milei.
 
Con su silencio, el mandatario provincial manifestó su indiferencia por las serias dificultades que enfrentan muchos ciudadanos de a pie. Estos problemas emergen en el contexto de las políticas de ajuste fiscal impuestas por el gobierno nacional anarco capitalista, que dejaron a muchos en una situación precaria. Y el porteño Frigerio fue uno de los mandatarios que más apoyó al Presidente de la Nación, al adherir al Pacto de Mayo firmado en Tucumán.
 
A pesar de haber firmado ese Pacto, un mes y medio después tuvo que ver el acuerdo entre Milei y el porteño Jorge Macri, a través del cual la Casa Rosada le giró más fondos de coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires, en otro ataque artero al federalismo, y en una burla al resto del país. Porque el aumento de fondos para la Capital Federal fue tomado de recorte que se le hizo al interior federal y Frigerio no expresó absolutamente nada.
 
Con la discusión del Presupuesto 2025, la situación asoma más incómoda para el titular de la Casa Gris. Milei vuelve a poner a prueba a Frigerio. Lo sitúa en la disyuntiva de tener que equilibrar acciones y decisiones sobre la base de sopesar los intereses propios de gobernabilidad con el humor de los entrerrianos y el respaldo hacia la gestión libertaria, que viene cayendo aceleradamente en los últimos meses. El ajuste en las tarifas y el transporte empezó a cambiar el humor. Y la pérdida de apoyo se derrumbó desde que se metió con los jubilados y la educación pública y gratuita.
 
Frigerio, entre las necesidades propias para gestionar la provincia y su plan de alianza electoral con La Libertad Avanza en Entre Ríos para 2025, ¿qué hará? Tal vez no tenga en cuenta que la de 2025 es una elección nacional, pero que está provincializada, en el sentido de que los legisladores se eligen por provincia y no hay un candidato nacional que arrastre, y dado el costo político que representa para el gobierno nacional y su socio provincial, el inhumano ajuste, existe la posibilidad de que, en el escenario descrito, el partido más votado no sea el oficialismo.
 
A pesar de ello, Milei, con el apoyo de gobernadores como Frigerio, intentará profundizar el ajuste al invertir la lógica del Presupuesto Nacional 2025: no lo elaboran sobre la base de las necesidades del funcionamiento del Estado, y los gastos que ello requiere, sino que éstos quedan librados a la evolución de los ingresos y de la economía en general. De allí que este proyecto de Presupuesto va mucho más allá del logro del equilibrio fiscal. La variable de ajuste de cualquier desequilibrio en los ingresos serán los gastos: la obra pública, la salud, la educación. Por eso Frigerio no puede hablar de un presupuesto propio, de cómo se van a asignar los ingresos y los gastos el próximo año, solo habla de herencia recibida, del pasado.
 

20-10-2024 / 18:10
20-10-2024 / 10:10
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