Entre Ríos - 06-10-2024 / 20:10
PANORAMA POLÍTICO ENTRERRIANO
Pueblada universitaria contra Milei, Frigerio y sus funestas actitudes para con la educación pública y gratuita
El delirante discurso anarco capitalista de Javier “el Loco” Milei, por la destrucción del Estado, encontró su límite en el conflicto con los estudiantes y docentes universitarios, que enfrenta a las universidades nacionales con el gobierno libertario y sus aliados en algunas provincias, como Rogelio Frigerio en Entre Ríos. El conflicto, con amplio apoyo popular, resonó en las calles de las capitales y grandes ciudades de toda la Argentina y dejó expuestos los límites del cruel discurso presidencial como ningún otro de los muchos frentes que abrió la siempre intolerante gestión libertaria.
El delirante discurso anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei, por la destrucción del Estado, encontró su límite en el conflicto con los estudiantes y docentes universitarios, que enfrenta a las universidades nacionales con el gobierno libertario y sus aliados en algunas provincias, como Rogelio Frigerio en Entre Ríos. El conflicto, con amplio apoyo popular, resonó en puebladas en las calles de las capitales y grandes ciudades de toda la Argentina y dejó expuestos los límites del cruel discurso presidencial como ningún otro de los muchos frentes que abrió la siempre intolerante gestión libertaria.
La idea del topo que vino a destruir el Estado desde adentro todavía recibe aplausos de una parte de los fanáticos votantes de La Libertad Avanza cuando se aplica al cierre de algunas áreas del Estado a las que casi nadie les conocía alguna utilidad y hasta genera ovaciones del sector más cruel y radicalizado cuando se aplica al despido de miles de empleados públicos. En ese sector aún se celebra el chapucero cierre del Ministerio de la Mujer, del Inadi o del recientemente desaparecido Instituto Argentino del Transporte.
Pero la moraleja de esta fábula es la del topo que quedó encerrado en su propio discurso de demolición del Estado frente a un sistema universitario que, además de ser la institución estatal más respetada por los argentinos, representa el principal vehículo para el ascenso social y la más cercana perspectiva de un futuro mejor para las familias de buena parte de los más de dos millones de estudiantes universitarios del sistema público y gratuito. Según el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), el 48,5% de los estudiantes en 2024 están por debajo de la línea de pobreza y el 70% son la primera generación en acceder a la universidad. Esto desmiente el discurso libertario que los pobres no van a las universidades.
También es falso que La Ley de Financiamiento Universitario "atente contra el equilibrio fiscal", tal como lo quiere hacer creer Milei que una y otra vez acusó a los legisladores que votaron la norma de querer atentar contra su equilibrio fiscal. La ley votada en el Congreso representa apenas el 0,14% del Producto Bruto Interno (PBI) y es similar a lo que el Gobierno dejó de percibir por bajar el impuesto a los bienes personales, una medida que benefició solo a sectores sociales más ricos.
La unanimidad de los rectores, la inmensa mayoría de los docentes y buena parte de los estudiantes perciben que Milei planea destruir las universidades públicas, gratuitas y de calidad, y por esa razón salieron a protestar. Ni el Presidente ni la inútil ministra de Capital Humano, ni el secretario de Educación, ni el de Políticas Universitarias -verdaderos desconocidos de la gestión libertaria- hablaron hasta ahora de mejorar el sistema, y la comunidad universitaria hace meses que se pregunta: ¿Puede un topo destructor mejorar la educación pública? Hasta ahora no hubo una sola señal en ese sentido. ¿Qué más sabe hacer un topo que destruir desde adentro? La respuesta en las calles es: nos desequilibra un "desequilibrado".
Si bien la convocatoria fue nacional, se da en medio de graves conflictos con los gremios docentes en Entre Ríos, por eso Frigerio, se llevó buena parte de las maldiciones en la pueblada universitaria de más de 30.000 personas en Paraná. El día anterior, en otra masiva manifestación de estatales y docentes se escuchó: "Frigerio, compadre, la patria está que arde"; "No naciste en Pueblo Brugo, no naciste en Gualeguay, pituquito de Recoleta nos viniste a ajustar"; fueron algunos de los coros. Pero no faltaron los clásicos: "Traigan al gorila de Rogelio para que vea que este pueblo no cambia de ideas pelea y pelea por su dignidad"; "En esta Casa, en el gobierno, hay una banda de delincuentes, se roban todo, no dejan nada y la que paga es la pobre gente". "No hay duda que, en Entre Ríos, Frigerio es Milei". El porteño está cruzando días agitados y de descrédito, todavía no ha podido hacer nada salvo nombrar funcionarios. Le pasa, para mal, lo que al resto de su gestión: no tiene plata y no se anima a reclamarle a Milei.
En este marco, parece que ahora muchos se le animan a Milei y Frigerio. ¿No es hora que el gobernador recuerde que la Constitución Nacional consagra en su Artículo 75º, inc.19 que corresponde al Congreso de la Nación?: " Sancionar leyes de organización y de base de la educación que consoliden la unidad nacional respetando las particularidades provinciales y locales; que aseguren la responsabilidad indelegable del Estado, la participación de la familia y la sociedad, la promoción de los valores democráticos y la igualdad de oportunidades y posibilidades sin discriminación alguna, y que garanticen los principios de gratuidad y equidad de la educación pública estatal y la autonomía y autarquía de las universidades nacionales". Y les indique claramente a sus legisladores nacionales lo que conviene hacer. ¿Se animará Frigerio a marcarle la cancha a Milei y reivindicar el rol del Estado y las universidades públicas?
También están a la vista la falta de gestión de Frigerio con el sistema de educación secundaria estatal y el desinterés de Milei por el universitario, que no resulta compatible con ningún proyecto de crecimiento y desarrollo sostenible. Ni libertarios ni macristas dan respuesta a los sectores gremiales que denuncian una caída histórica de los salarios, y tampoco a los rectores que advierten que el Presupuesto 2025 prevé menos de la mitad de los recursos necesarios para sostener el sistema universitario.
Pero la gestión de Milei y Frigerio tampoco da contestación alguna a los sectores que defienden la universidad pública aunque consideran que el sistema tiene vicios a corregir. El Gobierno exagera el número de extranjeros que se forman gratuitamente en las universidades argentinas, pero la única receta aplicada hasta ahora es el agravio y la injuria en masa contra las universidades públicas -se sigue hablando de adoctrinamiento político- y un brutal hachazo de los recursos de todo el sistema.
La indolencia con la que actúan Milei y Frigerio frente a la pérdida de clases por paros y a la cada vez más cercana interrupción del ciclo lectivo es proporcional a la sistemática búsqueda de desprestigio que La Libertad Avanza evidencia perversamente para la universidad pública. No hubo paritaria, las negociaciones fueron casi nulas excepto ante la inminencia de las dos marchas federales y, ante la imposibilidad de evitar las protestas, el Gobierno libertario apeló a la tergiversación: llegó a plantear que el 38% de la matrícula universitaria es inventada.
El conflicto universitario se da en el marco de lo que el periódico especializado en temas económicos Financial Times tituló: "La tasa de pobreza de Argentina ha superado el 50% bajo el gobierno de Milei y es la peor tasa en dos décadas". La cifra impacta: uno de cada dos argentinos es pobre. Ese nuevo dígito es una señal de advertencia para el presidente libertario, los gobernadores que todavía lo apoyan y el programa de ajuste neoliberal de su gobierno, a medida que su popularidad comienza a derrumbarse. Pero lo significativo de la forma en que desde el exterior se observó la novedad sobre la pobreza es su vinculación con la incipiente fragilidad que está comenzando a afectar a Milei en las encuestas. Es decir: la correlación entre pobreza creciente y popularidad en caída.
Milei cree que el derrumbe en las encuestas puede ser reparada acentuando la polarización, con gritos, insultos y diatribas como los locos, y que los problemas de gobernabilidad pueden ser subsanados con un tercio de bancas en el Congreso, comprando votos en el río revuelto de la fragmentación, ante gobernadores temerosos como Frigerio. Esas hipótesis están a prueba. Con la inflación en baja, en la opinión pública comenzó una traslación hacia una demanda sobre los efectos sociales del brutal ajuste: la pobreza y la desocupación.
En política, sin poder territorial y sin respaldo en el Congreso, sólo sostenido por el apoyo que miden sus encuestas, la fragmentación está entrando en los procesos de realineamientos previsibles ante el próximo escenario electoral 2025. No hay racionalidad alguna en la negociación libertaria, más cercana a la maldad que a la locura, y ya casi no hay negociación. Queda el Congreso: es ahí donde se define mucho de lo que estuvo en juego en las calles del país, por estos días. Milei y Frigerio deberían saber que es por su grandísima culpa.
La Opinión Popular
Milei y el goce repetido por la crueldad
A fuer de repetidos, daba la impresión de que el pueblo argentino había terminado por acostumbrarse a los desubicados gestos y expresiones del presidente Javier Milei, la mayoría de ellos -hay que convenirlo- impropios de tan alta autoridad de la república.
Así, los gritos desaforados y expresiones soeces, insultos de muy grueso calibre, mímicas groseras y toda una serie de expresiones impropias de una alta autoridad habían generado una personalidad que estaba entre el pintoresquismo, la aceptación y el repudio, pensando que, por una mínima ética presidencial, no se iría más allá en cuanto a transgresiones del "conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida" según define el diccionario a la ética.
Por cierto que si se considera el caso desde un punto de vista neutral es muy difícil defender la figura de Milei. Los antecedentes son demasiado serios. Para el desquiciado presidente, el mal son los otros y su misión consiste en disciplinarlos o aplastarlos. Los métodos son la repetición cada vez más degradada de la crueldad. La socióloga francesa Denise Lachaud, autora del libro "De la megalomanía al goce del poder", explica cómo algunas personas, en su búsqueda insaciable de control y autoridad, pueden caer en la trampa de la megalomanía, un trastorno caracterizado por una percepción inflada de sí mismos y una necesidad desmedida de poder y reconocimiento.
Lachaud postula que el poder puede volverse un objeto de goce en el sentido de generar placer a través del sufrimiento o la dominación de otros. Un liderazgo que sólo se sostiene con pensamiento único y reduciendo a la categoría de enemigo a los no alineados.
En su marketing electoral, Milei le puso nombre a ese adversario a combatir: "la casta". Un concepto para resumir a "los malos" que en la gestión demostró ser "los otros". Y decantó en la obsesión de este Presidente por escrachar ciudadanos, con debilidad por los artistas.
Además de alimentarse de la grieta que los divide, agita las categorías de derecha e izquierda para enfervorizar auditorios, pero el sesgo autoritario que los inspira es el mismo: Milei con Bukele, sin que las restricciones de garantías que impone el salvadoreño interfieran en su ideario de libertad.
Su cosmovisión paranoica está plagada de traidores y conspiraciones. En la Justicia, el Congreso y sobre todo, el periodismo. Ese es sin dudas su gran enemigo común. Milei usa la pauta oficial para repartir premios y castigos. Son los nuevos ensobrados de Milei y las publicaciones furibundas sin pausa en X.
Ante su público tiene un lenguaje gestual. Hábil standpero, se da golpecitos en el pecho antes de elevar el puño frente a sus fans mientras discursea al borde del abismo. Donde Milei se luce en el insulto y las alusiones sexuales de fijación anal. Pero en esencia exige una sola cosa: sumisión. Nada que ver con la democracia.
El presidente que veta y polariza
La marcha universitaria intentó ponerle límites a la revolución cultural libertaria, pero Javier "el Loco" Milei volvió a dejar en claro que es hombre de extremos, no de límites y se afirma en su estrategia de diferenciarse de todos. El veranito cambiario trae oxígeno a las finanzas públicas pero la reactivación no aparece y el consumo sigue planchado.
Cientos de miles de argentinos salieron a la calle en distintas ciudades del país a defender a la universidad pública del apagón presupuestario al que la sometió el Gobierno anarco capitalista y a exigir el cumplimiento de la ley de financiamiento educativo recientemente sancionada por el Congreso.
Según datos de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), la inversión anual por estudiante de la universidad pública se encuentra en los niveles más bajos desde 2004, cuando el país todavía se lamía las heridas de la mayor crisis económica de las últimas décadas. Para este año, el presupuesto total para las universidades es de $3,98 billones, lo que representa una caída interanual de 30,09% en términos reales.
Como en cada marcha, hubo discusiones en torno al número de gente que salió a las calles, pero lo que nadie puede discutir es que la convocatoria fue muy masiva. Es que más allá de las cuestiones presupuestarias que escapan al conocimiento de la mayoría de las personas, la educación pública es una de las pocas instituciones que conservan prestigio.
Una encuesta de Poliarquía de abril de este año reveló que las universidades públicas eran las instituciones que generaban mayor confianza entre los argentinos, con 71% de respuestas positivas, y en un lejano segundo lugar aparecían las fuerzas armadas con 41%. En el mismo sentido se orienta un relevamiento reciente de la Universidad de San Andrés que indicó que 77% de los argentinos considera que debería aumentarse el presupuesto de las universidades.
Pero Milei no llegó a la presidencia para gobernar de acuerdo con las encuestas, tampoco para satisfacer a la opinión pública, llegó para encabezar una revolución capitalista salvaje, para romper consensos establecidos y construir otros que se ajusten a su utopía neoliberal libertaria.
No se trata de un asunto económico sino ideológico. El presidente ya lo dejó en claro en varias oportunidades: está convencido de que la universidad pública, especialmente el área de humanidades, es un antro de adoctrinamiento de "zurdos". Basta con googlear para encontrar decenas de entrevistas en las que señala a la educación pública como suerte de agente de propaganda del marxismo.
Afirmado en esa convicción, el libertario vetó la ley de financiamiento universitario el mismo día en el que se desarrollaba la marcha y el expediente ahora deberá seguir el mismo trámite que tuvo la abortada ley jubilatoria. Pero el poroteo sugiere que esta vez será más difícil para el oficialismo contar con el tercio que necesita en al menos una de las cámaras para sostener el veto a la ley universitaria.
Algunos de los "héroes ensobrados" radicales que dieron vuelta su voto cuando se trató el veto a ley jubilatoria en Diputados, le avisaron a los libertarios que esta vez no contarán con ellos.
Previendo un posible fracaso legislativo, Milei anticipó que no cumplirá con la ley y recurrirá a la justicia para anularla por no cumplir con la normativa que obliga a los legisladores a especificar de dónde saldrán los recursos cada vez que sancionan una ley que implica un incremento en el gasto público. Si eso no funcionara, le quedara siempre la alternativa de ignorar la ley.
Milei contra todos
Lo que no pudieron evitar las universidades de todo el país que convocaron a la marcha, es que prácticamente todos los espacios partidarios participaran de la manifestación.
Cristina Kirchner, Sergio Massa, Horacio Rodríguez Larreta, Elisa Carrió, los gordos de la CGT, Martín Lousteau, Juan Grabois, Guillermo Moreno, Emilio Pérsico, Mayra Mendoza, Wado de Pedro, Martín Tetaz: todos los planetas, lunas y satélites no alineados con el sistema libertario que gira alrededor de los nefastos hermanos Milei salieron a marchar con bombos y banderas.
La participación del elenco completo de la política nacional resultó funcional a la estrategia libertaria de polarizar contra todos. "El Poder Ejecutivo celebra el sinceramiento de los dirigentes Cristina Kirchner, Sergio Massa, Martín Lousteau, Horacio Rodríguez Larreta y Elisa Carrió, quienes han decidido unirse públicamente con el objetivo de obstruir el plan económico del Presidente. Esta convergencia deja de manifiesto la consolidación de un nuevo frente de izquierda populista en defensa de los privilegios de la dirigencia política", reza un comunicado oficial de presidencia acompañado por un gráfico de la grieta tal cual la perciben los libertarios: con ellos de un lado y todos los demás del otro.
La particular matemática política de Milei no se apoya en la suma sino en la división. No recurre a la vieja receta de buscar alianzas para "sumar volumen político", en cambio prefiere diferenciarse de todos. En un contexto en el que prácticamente todas las principales figuras de la política nacional generan más rechazos que adhesiones, esa estrategia le resultó efectiva, al menos hasta ahora.
Montado al potro de la rabia, su narrativa virulenta intenta canalizar la bronca acumulada contra la clase política y sus grupos de choque que patrullan la esfera digital disuaden cualquier expresión que difiera con el relato oficial. El riesgo que enfrenta es que todos los que intenta meter dentro de la misma bolsa efectivamente terminen juntándose.
Paraná marchó masivamente contra el veto de Milei a la Ley de Financiamiento Universitario
Como ocurrió en todas las ciudades importantes del país, Paraná dijo presente contra el veto del presidente Javier "el Loco" Milei, a la Ley de Financiamiento Universitario.
Si bien la convocatoria fue a nivel nacional, se da en medio de graves conflictos con los gremios docentes en Entre Ríos, la marcha para exigir presupuesto nacional para las universidades; rechazar el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario aprobada por el Congreso, llevada a cabo en la ciudad capital de la provincia, cayó como "anillo al dedo", a los gremios docentes y universitarios entrerrianos, habida cuenta que suma a la hora de la pelea por los salarios que éstos llevan adelante con el gobierno del porteño Rogelio Frigerio.
La convocatoria sucedió en medio de 72 horas de paro dispuestas por el gremio mayoritario docente en Entre Ríos, que adhieren la mayoría de los gremios universitarios en distintas variantes de medidas de fuerza.
Un día antes de la marcha nacional a la que adhirió Entre Ríos, se dio una marcha provincial de los docentes, los sindicatos, liderados por AGMER, comenzaron un paro de 72 horas con una masiva movilización hacia la Casa de Gobierno. La protesta, respaldada por gremios universitarios y estatales, fue en rechazo a las "propuestas que no mejoran el salario" y que "desfinancian nuestra Caja de Jubilaciones".
El secretario general de AGMER, Marcelo Pagani, subrayó en la oportunidad que "es una nueva marcha histórica en menos de dos meses" y destacó que "no hay campaña mediática ni trolls que vayan contra la convicción de los trabajadores".
Pagani también confirmó que el acatamiento a la huelga supera el 90 por ciento en toda la provincia, por parte del gobierno frutearon que el acatamiento fue del 50 por ciento. En este contexto, Carlos Varela, secretario general de AMET, indicó que la adhesión en escuelas técnicas oscila entre el 80 y 90 por ciento, y manifestó la esperanza de que el gobierno convoque para dialogar sobre un acuerdo.
Oscar Muntes, secretario general de ATE Entre Ríos, destacó que la jornada de lucha responde a la tardía convocatoria del gobierno a paritarias y al reconocimiento insuficiente de la pérdida del poder adquisitivo. La movilización gremial se adoptó como respuesta directa al rechazo de la propuesta salarial presentada por el gobierno de Frigerio, calificada como "insuficiente" por los sindicatos del sector docente provincial.
"Rechazar, declarando insuficiente la propuesta salarial hecha por el Gobierno ante la Justicia el día 17 de septiembre de 2024 solicitándole al gobierno una propuesta superadora", fue la postura mayoritaria que motivó las acciones de paro por tres días el 1, 2 y 3 de octubre.
La gran movilización comenzó pasadas las 10, con una columna de manifestantes que recorrió las calles junto al gremio ATE. "Iniciamos el recorrido por la ciudad y llegamos a la Plaza Mansilla frente a la Casa Gris", señaló el gremio de docentes técnicos.
Un día después se marchó en Paraná y otras ciudades de Entre Ríos, contra el veto a la Ley Universitaria aprobada en el Congreso nacional, y que a pesar de la masiva movilización que se dio a lo largo y ancho del país, Milei vetó cuando aun había gente retirándose de las plazas.
La principal consigna fue por el presupuesto, en el marco de un feroz ahogo financiero que buscó subsanarse con la hoy vetada Ley de Financiamiento Universitario, aprobada en el Congreso.
La última movilización, superada en número por la del este jueves 3 de octubre, había sido el 23 de abril, cuando una multitud también salió a las calles. A pesar que entonces el gobierno tomó nota del reclamo, el presupuesto universitario y los salarios aun observan una preocupante pérdida que pone en riesgo el funcionamiento normal de las universidades.
A la enorme columna que recorrió las calles de Paraná se fueron sumando personas que frente a la Casa de Gobierno entrerriano, entonaron el Himno Nacional. En ese lugar, además de los cánticos contra las autoridades de los gobiernos nacional y provincial, luego se leyó un documento.
Las comunidades universitarias todas, salieron masivamente a las calles. Este fue un "no" rotundo al brutal ajuste del gobierno libertario, que se lleva adelante a costa de salarios, jubilaciones, salud y educación.
Tal y como sucedió en la primera gran manifestación en defensa de las universidades, que también tuvo su réplica en Paraná, la convocatoria fue amplia. Se vieron columnas de prácticamente todo el arco político, desde el radicalismo hasta el peronismo y la izquierda. A la militancia organizada se sumaron una gran cantidad de auto convocados que marcharon con todo tipo de símbolos: guardapolvos blancos, libros y carteles hechos a mano.
Fiel a su estilo confrontativo Milei vetó, como había adelantado, la Ley aprobada en el Congreso, y esta deberá ser nuevamente tratada. ¿Cuál será la decisión del gobierno de la provincia de Entre Ríos, ante el conflicto que sigue vigente con los docentes entrerrianos?
Por ahora la "sangre no llegó al río", a pesar de la firmeza del principal gremio mayoritario docente, el Ejecutivo se empeña en mantener el diálogo abierto, sin facilitar soluciones, para que el conflicto no escale, no obstante ya adelantaron que descontarán las horas por el paro de 3 días.
El futuro es incierto, la próxima semana comienza con grandes expectativas tanto a nivel gremial docente como estatal. Lo que sí quedó bien en claro desde Paraná, Entre Ríos, cuna del federalismo, "es que siempre se defenderá a la universidad pública argentina. Siempre".
La Opinión Popular