Nacionales - 24-06-2024 / 08:06
LOS LIBERTARIOS SACARON APENAS 7 PUNTOS
El peronismo ganó en Rio Cuarto: Llaryora aplastó a libertarios y a la alianza de radicales y Luis Juez
La sociedad entre los radicales y el Frente Cívico no entusiasmó a los vecinos de Río Cuarto, pese a la división del peronismo. El gobernador peronista Martín Llaryora logró un claro triunfo en su primer test electoral: Guillermo de Rivas, el candidato de Hacemos Unidos, ganó la intendencia de Río Cuarto por un claro margen al radical Gonzalo Parodi, quien tenía el apoyo de Emiliano Yacobitti y una alianza electoral con Luis Juez.
La sociedad entre los radicales y el Frente Cívico no entusiasmó a los vecinos de Río Cuarto, pese a la división del peronismo. El gobernador peronista Martín Llaryora logró un claro triunfo en su primer test electoral: Guillermo de Rivas, el candidato de Hacemos Unidos, ganó la intendencia de Río Cuarto por un claro margen al radical Gonzalo Parodi, quien tenía el apoyo de Emiliano Yacobitti y una alianza electoral con Luis Juez.
Ante la división del peronismo, que fue con dos listas a los comicios, en la previa la elección parecía servida para el candidato radical, Parodi, que llegó a la elección con la UCR unificada y con el apoyo nacional. Luego, armó una sociedad con Luis Juez. El radicalismo especulaba que con su cosecha histórica, de 35 puntos, la elección no podía ser adversa. Terminó mucho más abajo: 24 puntos.
Casi un calco de la elección municipal de Córdoba, cuando Rodrigo de Loredo parecía puesto para la intendencia con el apoyo de Evolución, y terminó perdiendo frente a Daniel Passerini por más de 7 puntos. En ambas elecciones fue clave el rol que asumió Llaryora, que ratifica en Río Cuarto su rol de inventor de intendentes.
Hay fuego cruzado en la interna radical por el resultado. El despliegue de Llaryora en Río Cuarto arrancó el primer día de su gestión: 24 horas después de asumir, viajó a esa ciudad con su ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros, para entregar armas y móviles policiales. Quinteros logró revertir la sensación de inseguridad, uno de los grandes reclamos de los vecinos al iniciar la campaña.
De Rivas sumó 37 puntos. Llamosas, quien lideró la lista de legisladores provinciales en junio del año pasado, fue derrotado por Juez en Río Cuarto en aquella elección. Ahora, hace saber su intención de ingresar empoderado a la Legislatura provincial o sumarse al Gobierno de Llaryora. Serán horas frenéticas: el cambio de Gobierno municipal será en 10 días.
Los libertarios volvieron a mostrar su falta de experiencia política: con un sello muleto llamado "Partido Libertario", Mario Lamborghini, cosechó 7 puntos, se sentó en el Concejo Deliberante de la segunda ciudad de Córdoba; todo sin el apoyo de La Libertad Avanza.
El triunfo de Hacemos Unidos por Río Cuarto le permite al gobernador Llaryora respirar tranquilo y anotarse otra cucarda en el camino hacia la constitución de su figura como el nuevo jefe del PJ local. Al igual que lo sucedido en los comicios de la ciudad de Córdoba, el sanfrancisqueño se puso la campaña al hombro, con visitas y recursos e incluso activando el "call center por contactos", ordenando a funcionarios a buscar el voto por De Rivas.
La Opinión Popular
En Río Cuarto, Llaryora pasó el primer examen en las urnas
La escenografía del festejo oficialista en Río Cuarto tuvo color provincial. La euforia del ganador Guillermo de Rivas y su principal impulsor, el intendente Juan Manuel Llamosas, se vio empardada por la alegría de Martín Llaryora. El gobernador apostó fuerte y pasó el primer examen en las urnas, en su primer año de gestión y como jefe del PJ cordobés.
En medio de las complicaciones por la irrupción del presidente Javier Milei, y el impacto de su duro plan de ajuste, tal vez Llaryora se convenció tarde que las elecciones municipales riocuartenses también eran un desafío político para él.
No pocos peronistas creen que el gobernador debió debutar como jefe del PJ cordobés interviniendo en la áspera interna local entre dos delasotistas puros: el intendente Llamosas y Adriana Nazario.
Preocupado y ocupado por la tensa y cambiante relación con la Casa Rosada, Llaryora dejó en manos de Llamosas la resolución de la interna riocuarense.
Envueltos en diferencias más personales que políticas, Llamosas y Nazario ni llegaron a sentarse a negociar. El intendente ungió a su mano derecha, De Rivas, un funcionario municipal eficiente pero con escaso nivel de conocimiento.
Cuando se confirmaron las candidaturas, con la división del PJ con dos candidatos con chances de ganar, Llaryora se convenció de que las elecciones en la capital alterna cordobesa también eran una cuestión de él, como debutante en el liderazgo del PJ provincial.
Sociedad exitosa
Con un triunfo ajustado en las elecciones provinciales, por un margen mucho menor al previsto, que parió una Legislatura con poder equilibrado y un Tribunal de Cuentas en manos del juecismo, Llaryora entendió que perder en Río Cuarto, más allá que fuera una elección municipal, hubiera sido un sacudón político.
Durante el mes de campaña efectiva que habilitaba la Carta Orgánica municipal, el gobernador puso todo el aparato del Estado provincial a favor de la candidatura del oficialista De Rivas.
"Es cierto que De Rivas no es un dirigente instalado en la ciudad, pero la gestión de Llamosas tiene una muy buena imagen. No se puede perder una elección si tenes buena gestión", argumentaba Llaryora a todos quienes lo escuchaban, en los días de agitados de la campaña.
Llaryora visitó todas las semanas Río Cuarto con anuncios de obras y programas provinciales, que se distribuyeron con estrategia estudiada en los barrios más carecientes.
Hubo denuncias de clientelismo político por parte del radical Gonzalo Parodi, que incluyeron pruebas de videos. La contundencia del resultado desalienta hasta los reclamos de los opositores.
José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti, la sociedad política cordobesa más exitosa en esta era democrática, siempre aplicaron una regla que fue un límite para amortiguar sus diferencias, que por cierto las tuvieron: el que gobierna, también lidera el PJ.
Es la regla a la que ahora echaron mano Schiaretti y Llaryora. El exgobernador no interfirió en las decisiones del gobernador, que debutaba en las urnas como líder ya no sólo del PJ sino del pregonado "partido cordobés". Se trata de un ensayo superador del peronismo, en un contexto donde los partidos tradicionales pierden fuerza. El resultado en Río Cuarto seguramente fortalecerá su proyecto político.
Por Julián Cañas
Fuente: La Voz del Interior