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Nacionales - 08-01-2012 / 11:01
COMIENZA EL AJUSTE K

Se acabó la fiesta kirchnerista

Se acabó la fiesta kirchnerista
Seguramente, la presidenta se anotició, desde su lecho de enferma, de los acercamientos que se han producido, en las últimas horas, entre Hugo Moyano (que estaba dispuesto a conceder una tregua en su pelea con Cristina hasta abril o mayo, o hasta que se recupere totalmente de su dolencia) y el combativo Pablo Micheli, de la CTA disidente, para armar una estrategia destinada a resistir que el ajuste que viene arranque por el salario o el bolsillo de los trabajadores.
No alcanza el impresionante aparato de propaganda oficial para tapar el sol con la mano, para disimular lo indisimulable: que el ajuste para los argentinos ha llegado, un golpazo al bolsillo de la clase media y de las franjas menos pudientes de la sociedad.
 
El fin de fiesta del consumo a ultranza, del crecimiento a tasas chinas, y de servicios públicos baratos y subsidiados ha empezado a experimentarse en toda su crudeza.
 
Hay provincias que son un hervidero social; varias de ellas no podrán pagar los sueldos; y el destino de miles de trabajadores estatales podrían ser el despido o la rebaja de sus salarios.
 
En Córdoba, no se pagó el medio aguinaldo y hay dudas sobre el sueldo de enero; como Mendoza, según acaba de confesar el gobernador cristinista Pérez; y, de hecho, en Río Negro, donde la muerte de Soria dejó a un costado la atención sobre la decisión de desprenderse de miles de empleados públicos.
 
El peligro de verdaderos estallidos que recorre las provincias no es sólo una chicana política de los gobernadores para conseguir mayores fondos. Lo que acaba de ocurrir en Santa Cruz es el caso más elocuente de ese descontento.
 
Lo que haya que hacer del ajuste, el Gobierno K lo hará ahora mismo, porque hay menos chances de pagar costos políticos elevados cuando el efecto "simpatía" empiece a diluirse y los argentinos sufran plenamente las malas nuevas para sus economías hogareñas.
 
La decisión del Gobierno K de avanzar ahora mismo con todo el peso del ajuste y poner un tope del 18% a la negociación salarial, ha producido un acercamiento entre Moyano y el combativo Micheli, de la CTA disidente, para armar una estrategia destinada a resistir el ajuste que viene de arranque por el salario o el bolsillo de los trabajadores.
 
¿La presidenta tendrá espaldas suficientes para soportar el descrédito que supondrá la aplicación del ajuste a pleno?

Se acabó la fiesta
 
Tal vez el efecto "simpatía" que despertó Cristina Fernández en una amplia franja de la sociedad, a raíz de su internación como consecuencia del cáncer de tiroides que se le detectó (del que, felizmente, se está recuperando), se diluya mucho antes de lo que los estrategas oficiales imaginan.
 
Algunos se preguntan, incluso, si alcanzará para disimular lo indisimulable: que el ajuste para el bolsillo de los argentinos ha llegado mucho antes de lo previsto. Y que, por consiguiente, el fin de fiesta del consumo a ultranza, del crecimiento a tasas en las que sólo cree el INDEC de Guillermo Moreno, y de servicios públicos baratos y subsidiados ha empezado a experimentarse en toda su crudeza.
 
La decisión del gobierno de avanzar ahora mismo con todo el peso del ajuste, amparado en una sociedad adormilada y de vacaciones, y a caballo del "relato" oficial según el cual las críticas al modelo provienen de las corporaciones y de "ánimos destituyentes", además del aprovechamiento a ultranza de aquel efecto que despertaría una presidenta "dispuesta dar la salud por su país", podría estar empezando a mostrar algunas grietas que se profundizarán hacia mediados de año.
 
Puede que no alcance el impresionante aparato de propaganda oficial para coronar ese intento de tapar el sol con una mano: hay provincias que ahora mismo son un hervidero social; por primera vez, desde 2001, varias de ellas advierten que no podrán pagar los sueldos; el destino a corto plazo de miles de trabajadores estatales nacionales y provinciales podría ser el despido o la rebaja de sus salarios, y el Palacio de Hacienda acaba de reconocer que, para cubrir los vencimientos de la deuda de este año, no podrá echar mano a las reservas y deberá obtener los fondos de alguna otra caja.
 
El gobierno acaba de dar muestras del aprovechamiento de aquel sentimiento hacia la presidenta para autorizar, ahora mismo, un primer aumento en las tarifas de gas que promedia el 238 por ciento.
 
Y que, por supuesto, no incluye la quita de los subsidios que empezará a verse reflejada con más contundencia en las facturas que llegarán en el mes de marzo.
 
El economista Nadín Argañaraz estimó que, en total, sumando el aumento autorizado ahora, más la quita del subsidio dentro de dos meses (lo que significará que el usuario deba hacerse cargo directamente de esa suma que, hasta ahora, le financiaba el Estado), la suba promediará los 700 pesos por familia, cada bimestre.
 
Un golpazo al bolsillo de la clase media y de las franjas menos pudientes de la sociedad.
 
Obviamente, se trata de dinero que deberá sustraerse del consumo.
 
Vale refrescar, por la importancia que adquiere ahora mismo ese aumento (al que, en próximos días o semanas, le seguirían los del resto de los servicios, incluido el de pasajes de ómnibus y trenes), que el ministerio de Planificación maneja una cifra oficial sobre la plata que los argentinos dejarán de gastar en consumo para dedicarla al pago de ese tarifazo: unos 25 mil millones de pesos, durante todo 2012.
 
La duda que persiste es hasta dónde esa montaña de dinero, que constituirá una nueva caja de la que se servirá el gobierno, apurado por un déficit fiscal ingobernable, como consecuencia del exorbitante gasto público que demandó un año electoral como 2011, no terminará por convertirse en combustible para alimentar la hoguera del creciente malestar social.
 
El dato, que fue analizado al más alto nivel del gobierno, antes de que Cristina Fernández se internara en la clínica de Pilar, no sirvió para torcer el rumbo de las cosas: lo que haya que hacer se hará ahora mismo, porque hay menos chances de pagar costos políticos elevados que si, por caso, se realizase entrado el otoño, cuando el efecto "simpatía" empiece a diluirse y los argentinos sufran plenamente las malas nuevas para sus economías hogareñas.
 
La preocupación en algunos despachos oficiales se extiende a la jugada que se ideó para complicarle el futuro político a Mauricio Macri.
 
Consistía en traspasarle los subterráneos porteños manu militari y esperar a que, en algún momento, el jefe de gobierno porteño se viese obligado a aumentar el valor del pasaje en ese vital transporte que utilizan diariamente unos dos millones de trabajadores del área metropolitana.
 
Les salió el tiro por la culata: Por una vez, el líder de PRO se mostró más rápido de reflejos que sus adversarios de la Casa Rosada y lanzó su propia jugada: aumentó de inmediato el 127 por ciento la tarifa, con el indisimulado propósito de embretar al gobierno nacional y hacerle pagar parte del costo político que acarrea la medida.
 
"Si lo hacíamos en marzo, la culpa sería toda nuestra; de este modo, mostramos que es como consecuencia directa de que ellos lo único que querían era sacarse el elefante de encima y cargárnoslo a nosotros", dijeron, sin tapujos, cerca del jefe de gabinete, Horacio Rodríguez Larreta.
 
Con rápidos sondeos en la mano, en el gobierno porteño mostraban, el viernes último, que, para el usuario en general, la bronca era tanto para el macrismo, por disponer el aumentazo, como para la Casa Rosada, por "soltarle la mano" a toda esa gente y restarle al sistema la mitad del subsidio que, hasta ahora, permitía mantener el boleto en un peso con diez centavos.
 
La estrategia podría terminar de complicarse si, tal como se admite en los pasillos del kirchnerismo, y al margen de un tibio desmentido del secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, más temprano que tarde Cristina deberá autorizar una suba similar o mayor en trenes y colectivos.
 
La pregunta acerca de si la presidenta tendrá espaldas suficientes para soportar el descrédito que supondrá la aplicación del ajuste en todas sus líneas, y no en cuotas, sino de un solo golpe, como ha empezado a suceder, encontraba, el mismo viernes, variadas respuestas, en despachos del oficialismo.
 
A ese panorama complicado hay que agregar el estado de virtual ebullición social en el que se encuentra la mayoría de las provincias, algunas de las cuales vienen advirtiendo, desde antes de que el cáncer de tiroides de Cristina copara las primeras planas, que el peligro de verdaderos estallidos en sus jurisdicciones no es sólo una chicana política para conseguir mayores fondos.
 
Lo que acaba de ocurrir en Santa Cruz es, tal vez, el caso más elocuente de ese descontento.
 
No es menos grave la situación en Córdoba, donde no se pagó el medio aguinaldo y hay dudas sobre el sueldo de enero; o en Mendoza, según acaba de confesar el gobernador cristinista Francisco Pérez; y, de hecho, en Río Negro, donde la muerte de Carlos Soria dejó, por algunos días, a un costado la atención sobre la decisión de desprenderse de cientos de empleados públicos.
 
Para colmo de males, se sabe ahora en toda su amplitud que aquel compromiso que graciosamente firmaron antes de fin de año los mandatarios de diecisiete provincias con Cristina Fernández en la Casa Rosada, para refinanciar deudas provinciales, era, en realidad, un verdadero salvavidas de plomo.
 
Ese acuerdo las obliga a ajustar duramente sus cuentas fiscales y sus planteles de personal, además de ordenar una reducción de pagos extras de salarios y otros beneficios.
 
Y pesa sobre más de 300.000 agentes estatales nacionales la ley alumbrada al amparo de los festejos de fin de año, que dispuso revisar cientos de miles de empleos de personal contratado.
 
Seguramente, la presidenta se anotició, desde su lecho de enferma, de los acercamientos que se han producido, en las últimas horas, entre Hugo Moyano (que estaba dispuesto a conceder una tregua en su pelea con Cristina hasta abril o mayo, o hasta que se recupere totalmente de su dolencia) y el combativo Pablo Micheli, de la CTA disidente, para armar una estrategia destinada a resistir que el ajuste que viene arranque por el salario o el bolsillo de los trabajadores.
 
"No nos une el amor, sino el espanto", dijo Micheli, con impronta borgeana. "Hemos logrado que se junten el agua con el aceite", se quejó, con ceño fruncido, un operador con despacho en la Casa Rosada.
 
Ajenos a esos enjuagues, en importantes despachos del gabinete, celebran el rumbo que han tomado las cosas de la gestión y de la política.
 
Dicen que el problema de salud de la presidente la hizo regresar nuevamente a niveles de adhesión cercanos al 70 por ciento, y que la imagen positiva de la gestión del gobierno subió al 64 por ciento, tras haber caído por debajo de los 50 puntos antes del 10 de diciembre.
 
También, que Macri pagará él solito todos los costos del aumento en los subtes y que el ajuste en el orden nacional y en las provincias es necesario y forma parte de la "sintonía fina" para sincerar la economía.
 
Es el clásico "relato". La realidad está mostrando, como pocas veces, desde las trágicas jornadas de 2011, otra película...
 
Fuente: lanueva.com

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26-11-2024 / 09:11
El primer Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres de la era del anarco capitalista Javier "el Loco" Milei estuvo marcado por una movilización a Plaza de Mayo y un "juicio popular" sobre la destrucción de las políticas de género en todo el país. El foco estuvo puesto en la caída en más del 90% de la ayuda a las víctimas de las agresiones machistas y en el impacto sobre las mujeres del salvaje ajuste económico.
 
La marcha del día contra la violencia hacia las mujeres se produjo sólo días después de que el gobierno votara negativamente en la ONU la moción contra ese tipo de violencia y la marcha se encargó de advertir que esa posición representa la postura de un "gobierno misógino" y "oscurantista". Además, hubo "condena popular" contra Caputo, Pettovello y Bullrich.
  
"El movimiento feminista sale a las calles para derrotar el plan de Milei". Así comenzó la lectura del documento de la movilización que arribó a Plaza de Mayo pasadas las 17.30 tras partir de 9 de Julio y Avenida de Mayo. Encabezada por la bandera de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, la columna se acomodó sobre la plaza hacia la calle Bolívar, donde ya estaba dispuesto el escenario. Allí se leyó el documento final, que advirtió que el plan de Milei "es incompatible con todas nuestras necesidades".
 
Uno de los principales puntos de denuncia estuvo centrado en el "permanente" desfinanciamiento de las áreas de género: "Denunciamos el desmantelamiento con despidos y cierres de organismos como el exministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, el Inadi, la línea 144 o programas como el Plan Acompañar" advirtieron y agregaron que "el gobierno elige al movimiento feminista como uno de sus principales enemigos".
 
En el proyecto de Presupuesto 2025, que todavía enciende interrogantes sobre su posible aprobación, Milei eliminó la mayoría de los programas vinculados a reducir las brechas de ingresos entre hombres y mujeres, como así también en lo ejecutado este año. De hecho, la ejecución de estas partidas, que representaban el 83,4% del gasto etiquetado como Programas de Políticas de Género (PPG) en 2023, muestra caídas significativas.
 
Dentro de los programas recortados durante este año se destacan los tijeretazos en pensiones no contributivas madres de 7 o más hijos (-26,9%), prestaciones previsionales por moratoria (-17,1%) y Tarjeta Alimentar (-15,4%), según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
 
La ejecución 2024 del Potenciar Trabajo también muestra un derrumbe por el congelamiento de su monto. El programa Registradas no fue renovado y el Potenciar Inclusión Joven fue eliminado. Directamente no se ejecutó un centavo en los programa de empleo Registradas y Potenciar Inclusión Joven. Por su parte, lo ejecutado en el programa Potenciar Trabajo se contrajo 81,6%. Están destruyendo todo.
 
La Opinión Popular
 

24-11-2024 / 09:11
Con la decisión de rebautizar edificios y descartar la simbología popular del peronismo y el kirchenrismo, ya con formato de plan sistemático, el gobierno libertario de Javier "el Loco" Milei evidenció en estas últimas semanas su desvelo mayor: hacer "desaparecer" a Perón, a Evita y a Néstor Kirchner. "Fin", diría el posteo del vocero presidencial Manuel Adorni.
 
Estas acciones, hoy planificadas, lejos del rictus espasmódico de los primeros meses en el poder buscan borrarlos del imaginario social. Tal como en 1955 procedió la Revolución Libertadora contra el peronismo "con acciones planificadas, hoy es una política de Estado", explica el historiador Hernán Brienza.
 
El filósofo Ricardo Forster subraya que  es  algo "muy propio de las nuevas derechas que buscan transformar la subjetividad". Detrás, acecha un modelo económico y social totalitario y excluyente "cuya mayor expresión en la materialidad de lo público e institucional es el proceso judicial contra Cristina Kirchner como líder de este espacio político", completa la historiadora Araceli Bellota.
 
Los especialistas analizan el nuevo show del establishment y advierten sobre las enseñanzas de la historia que las huestes de La Libertad Avanza parecen no contemplar.
 
"Hay una cruel ingenuidad en creer que borrando un nombre borras a la persona y a la historia. Hay algo de censura también, y en la intención de hacer desaparecer al otro hay cierto grado de animismo histórico por creer que borrando el nombre, esto se logra", sentencia Brienza a propósito de la batalla cultural que ya ganó las calles tanto como las redes sociales.
 
"La batalla cultural es propia de las extremas derechas", explica Forster respecto de los totalitarismos que horadan la subjetividad. En este tipo de cruzada, como la que lleva adelante el gobierno de los Hermanos Milei y Victoria Villarruel "es esencial cambiar los nombres porque son algo importante, designan, marcan. Si cambio el nombre del CCK a Edificio Libertad hago un gesto hacia la sociedad. Si saco el busto de Néstor Kirchner de un lugar público también" señala el filósofo.
 
La línea histórica de esta serie de saqueos a la memoria popular remite a la proscripción del peronismo agrega Bellota. Y dispara: "La mal llamada Revolución Libertadora tenía entre sus propósitos desperonizar a la Argentina. Esto es un calco: sacar los monumentos, cambiar los nombres, perseguir a los dirigentes y al mismo tiempo, hambrear al pueblo". La historiadora, también concejala en el municipio de Moreno por Unión por la Patria, describe así el núcleo del conflicto.
 
Al principio, en la avanzada sobre lo simbólico donde se refleja la memoria social, hubo solo provocaciones aisladas. Cambiaron el nombre del Salón de las Mujeres en Casa de Gobierno justamente un 8M, Día internacional de la Mujer. Lo rebautizaron: Salón de los Próceres. Antes, y sin aspavientos, quitaron el busto de Néstor Kirchner del patio del ex Ministerio de Agricultura. Fue un anticipo de lo que pasó meses después cuando la ministra de Capital Humano, la inútil Sandra Pettovello, decidió retirar el busto del expresidente de la sede de ANSES y lo difundió en las redes.
 

23-11-2024 / 09:11
Al presidente le pusieron la puerta chica en el G-20 y lo obligaron a agacharse para entrar. Javier "el Loco" Milei aceptó la humillación de asistir a una reunión que había despreciado, saludar a líderes que había insultado y firmar documentos que había repudiado. La vergüenza que pasó en el G-20 fue consecuencia de su viaje a los Estados Unidos. La relación con Donald Trump no pasó hasta ahora de ser su mascota.
 
"Eres mi presidente preferido" o "El trabajo que ha hecho es increíble" son las palmaditas que consiguió Milei de Trump. Pero el norteamericano ya anunció que impondrá tasas aduaneras del 60 por ciento a las importaciones provenientes de China y del 20 por ciento al resto, incluidas las argentinas, desde limones hasta el acero. Y en lo financiero, "no hay plata".
 
En ese plano, Estados Unidos tiene un déficit de casi el 8 por ciento de su PBI, una cifra galáctica. Pero como la deuda es en su propia moneda, la financia emitiendo. Trump no es libertario ni le interesa la escuela austríaca que fanatiza a Milei. No cree en el libre mercado y nunca hubiera cerrado Ciccone Calcográfica como hizo el presidente argentino.
 
Pero se dan la mano en otras cuestiones representativas del brutalismo conservador neoliberal. Ambos coinciden en mantener la hegemonía excluyente del imperio norteamericano en el escenario internacional y comparten el estilo político agresivo, rupturista y polarizador.
 
Hasta ahora, nada más que las palmaditas y frases que uno le susurra a su mascota. De comercio y capitales, nada. A Milei le dieron cinco minutos para hablar en Mar-a-lago, el club privado de Trump. Fue el número vivo. Se cumplió el tiempo y lo bajaron sin ninguna contemplación.
 
Antes de su participación en los festejos de Trump y de la reunión del G-20, Milei había echado a su canciller Diana Mondino porque su representante en la ONU había votado contra el bloqueo a Cuba. Y a partir de allí mandó a no votar por los derechos de los pueblos originarios y a no repudiar la violencia digital contra mujeres y niñas. Para Milei, los pueblos originarios no tienen derechos, la violencia de género no existe y las sociedades humanas no dañan al clima.
 
Con ese fundamento retiró la delegación argentina de la reunión del COP 29, que debía discutir, en el marco de la ONU, los avances en la lucha contra el cambio climático. El encuentro se realizó desde el 11 de este mes hasta ayer en Bakú, Azerbaijan. En esa actividad se acuerdan negocios relacionados con el tema. La decisión destemplada del gobierno hizo que se cayeran las acreditaciones de 50 empresarios argentinos.

Si la relación con Trump dependerá de la marcha de la economía, el afán de convertirse en una celebridad internacional sobre la base de desplantes e insultos, generó fastidio y enojo. Quedó claro en la reunión del G-20 en Brasil, donde no le hicieron la más mínima concesión y lo obligaron a firmar dos declaraciones que incluyen temas por los que ha lanzado una caza de brujas entre los diplomáticos de carrera.


El derrotero de estos días en la ONU, en los Estados Unidos y en Brasil demuestran que el gobierno no tiene una política exterior real, que no entiende la diplomacia, que va al aislamiento y al desastre, al que se le suma el loco afán de convertirse en figuretti mundial.

22-11-2024 / 10:11
Javier "el Loco" Milei vive realmente en una nube de gas, eso fue lo que demostraron sus polémicas y extrañas declaraciones a uno de sus periodistas favoritos. El presidente habló de unos números que resultan inexistentes en absolutamente todas las mediciones que hay. Milei afirmó que el nivel de pobreza es de 46 puntos, y aseguró: "¿Vos te das cuenta? Bajamos la pobreza en 9 meses en 11 puntos". Pero, no contento con eso, Milei, un mentiroso patológico, fue por más: "No sufrimos en actividad, no sufrimos en empleo, el salario real está por encima de lo que teníamos cuando asumimos".
 
Según el libertario, el salario básico promedio pasó de 300 dólares a 1.100 dólares; aunque la mayoría de la gente se está preguntando dónde está la parte del sueldo que le falta. El propio Indec desmintió a Milei. En su página publicó la evolución de la distribución del ingreso per cápita, calculado en $289.562, mientras que la mediana del ingreso per cápita fue de $205.000. Nada que ver con lo de Milei.
 
Milei viene teniendo un "éxito" que no es ninguno de los que él dice. Ese "éxito" no es en los resultados económicos que son un desastre en toda la línea. El "éxito" está vinculado a la imposición de los términos del debate y básicamente a dos operaciones:
 
En primer lugar, una es agitar fantasmas y tempestades que presuntamente acechaban al país en general y a la economía, en particular (que inflación "viajaba" al 17.000 %, que la pobreza era casi del 100 %, que la recesión ya era un hecho), y después presentar los pésimos resultados de su programa económico como un "éxito" que evitó todos esos desastres trajo supuestos beneficios.
 
Lo peor no es la ficción que construye el oficialismo para intentar mostrar lo malo como bueno o los fracasos de la política económica como si fueran éxitos, sino en que algunos referentes políticos o comunicacionales, lo crean. Y eso se vincula, con una segunda operación, que es desmembrar o fragmentar el debate sobre los resultados de la política económica del Gobierno. Separar cada ítem y evaluarlo en sí mismo.
 
Entonces te dicen: "Bueno, pero ¿vos no le reconocés un éxito a Milei en la desaceleración de la inflación?".  Es una pregunta que formulada así no acepta un "no" como respuesta. Aunque la forma correcta de plantear el interrogante sería: ¿A vos te parece bien bajar la inflación después de haberla llevado por las nubes en diciembre del año pasado y dinamitando los ingresos (salarios, ahorros y jubilaciones) de todo el mundo? O ¿mediante la imposición de una caída histórica de la actividad que derrumbó el consumo y la inversión? Obvio, es imposible aceptar un "sí" como respuesta.
 
Algo parecido sucede con lo que llaman el "ordenamiento fiscal". Se pregunta: ¿A vos no te parece que había que ordenar las cuentas fiscales y terminar con el déficit? Cuando la forma precisa debería ser: ¿Vos estás a favor de ordenar las cuentas fiscales bajando impuestos a los ricos y que el grueso del ajuste recaiga sobre los trabajadores, los jubilados y las provincias? La inflación se desaceleró básicamente a fuerza de recesión. Y el equilibrio fiscal se alcanzó, esencialmente a costa del ajuste a jubilados y provincias. La estrategia del Gobierno anarco capitalista es aportar siempre a la confusión general y a las exageraciones de sus presuntos "éxitos".
 
La Opinión Popular
 

21-11-2024 / 08:11
El presidente Javier "el Loco" Milei lanzó duras críticas hacia la vicepresidenta Victoria "Bicho Cruel" Villarruel, asegurando que ella se encuentra "cerca del círculo rojo" y forma parte de lo que el oficialismo denomina la "casta política". Milei habla de "castas" alegremente, sin que nadie sepa a quiénes se refiere específicamente. Durante una entrevista concedida a LN+ este miércoles por la noche, el mandatario aclaró que Villarruel no tiene "ninguna injerencia en la toma de decisiones" dentro del Ejecutivo anarco capitalista.
 
Según Milei, la vicepresidenta no participa de las reuniones de gabinete y su relación con él es estrictamente "institucional". "El trato que tenemos es lo que se necesita para cumplir nuestros roles", afirmó el presidente, dejando en claro que el contacto con Villarruel se limita a lo estrictamente necesario para el cumplimiento de sus funciones.
 
En este sentido, Milei destacó que Villarruel había optado por no participar de las reuniones de gabinete, subrayando que, a diferencia de otros miembros del Gobierno, su rol dentro del equipo no tiene impacto directo en la toma de decisiones. La grieta existía desde hace tiempo. La diputada Lilia Lemoine era la que acusaba a la vicepresidenta de diferenciarse de Milei y llegó a caracterizarla como "amante de la alta política, 100% casta". Una definición que ahora quedó demostrado que no le pertenecía.
 
Además, el mandatario hizo referencia a los recientes cambios en su gabinete, destacando la salida de la exministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, quien fue reemplazada por Gerardo Werthein luego de la polémica sobre el voto de la Argentina en la ONU contra el embargo a Cuba. Milei explicó que, frente a la situación, no dudó en desvincular a Mondino de su cargo. "Tardé 30 minutos en echarla", afirmó, revelando la rapidez con la que tomó la decisión. En un instante pasó de ser "una persona exquisita" a traidora, de una  y sin pausa. A lo loco.
 
Este enfrentamiento entre Milei y Villarruel pone en evidencia el quilombo de tensiones internas dentro del Gobierno libertario, en un contexto en el que se avizoran cambios importantes en la estructura del gabinete presidencial. La relación entre el presidente y la vicepresidenta, marcada por diferencias de enfoque y la falta de una participación activa de Villarruel en las decisiones clave del Ejecutivo, ha generado especulaciones sobre su futuro dentro del oficialismo.
 
Desde hace meses que la relación entre Milei y Villarruel está tensa, pero, hasta ahora, el Presidente nunca había hablado así de su compañera de fórmula. Tras los cuestionamientos, desde el entorno de la vicepresidenta respondieron que "ella no decide no ser parte del Gobierno". Y ahondaron: "A veces no hay que ver lo que se dice, sino lo que se hace", en referencia a las actitudes que ha tomado la mesa chica libertaria, Karina y Luis Caputo, atacando a Villarruel.
 
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