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Groucho Marx dijo: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". En ese punto, Javier Milei es marxista.
Por La Opinión Popular - 21-02-2024 / 12:02
PANORAMA POLÍTICO ENTRERRIANO

Libertarios vs Federales: ¿Qué hará Frigerio en la guerra de saqueo de Milei contra las provincias?

Libertarios vs Federales: ¿Qué hará Frigerio en la guerra de saqueo de Milei contra las provincias?
¿Qué hará Frigerio ante esta guerra de saqueo que Milei le declaró el interior federal? Nada. La posición de Frigerio deja muy en claro que el PRO es parte esencial de la gestión libertaria: perdieron las elecciones, salieron terceros, pero ahora cogobiernan. Es evidente también que lo peor de la casta macrista está en el poder: Luis "Toto" Caputo, Patricia Bullrich y Federico Sturzenegger, por nombrar algunos. Legisladores nacionales del PRO participan activamente en el canje de votos por favores o prebendas sectoriales y la mayoría de los funcionarios designados ya fueron parte de la gestión anterior del macrismo. La casta sigue viva y gobierna a pleno.
 

PANORAMA POLÍTICO ENTRERRIANO
 
Libertarios vs Federales: ¿Qué hará Frigerio en la guerra de saqueo de Milei contra las provincias?
 
Atontado por el naufragio de la Ley Ómnibus, Javier Milei, con el apoyo de Mauricio Macri que le maneja los hilos de su gestión, salió a atacar desmesuradamente, con furia y por venganza, a los mandatarios provinciales. Destruyó los puentes con todos los que plantean alguna disidencia, se dispone a gobernar de espaldas al Congreso y en contra de las provincias, que son señaladas como traidoras y extorsionadoras. Lo insólito es que, apenas se cayó la ley, la fuerte maquinaria de trolls y bots de Milei empezó a acusar a gobernadores y legisladores de felonía. "Es ridículo cómo ven las cosas, se negaron a negociar y hacer un acuerdo y ahora acusan de traición ¿Traición de qué acuerdo?", reflexionó uno de los escrachados por el Presidente.
 
Rogelio Frigerio y los legisladores nacionales de Juntos por Entre Ríos enfrentaron una situación que nunca creyeron que iban a tener que vivir, por las peligrosas agresiones de Milei. Inmediatamente salieron a intentar justificarse. "No me gusta que nos ponga a todos en la misma bolsa. Le voté todo a favor y solo rechacé tres incisos de un artículo", lloriqueó el diputado nacional frigerista Francisco Morchio. Como él, el radical Atilio Benedetti repite ante quien se le cruza: "No ponga a todos en la misma bolsa. Somos muchos los que estamos dispuestos a ayudar a Milei". El silencio de Frigerio, que sigue considerando que la Ley debía ser aprobada, encontró palabras en Morchio y Benedetti, quienes sostuvieron que no estaba en duda el acompañamiento político de Frigerio al plan neoliberal centralista y anti federal de Milei.
 
Ahora bien, el dilema de Frigerio es sencillo: libertarios o federales, la pelea es por la distribución de los recursos: que no se suba las retenciones que no se coparticipan y que sí coparticipe el impuesto PAIS. Lo que no cierra es que los impuestos que aumentaron son los que van solamente a la Nación, mientras que a las provincias les toca el rigor del ajuste. Aquí no hay ideología, sino simplemente una cuestión de subsistencia.
 
Con la eliminación de Ganancias las provincias dejaron de percibir 3.500 millones de dólares. Con la coparticipación del Impuesto para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS), recuperarían unos 1.400 millones. No resolvía todo el problema pero alcanzaba para pagar los sueldos, que en varias provincias empiezan a estar en riesgo y ya se habla de volver a los pagos en cuotas o con bonos. Otro gran interrogante es si empezarán las clases porque se cortó el giro del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), justo antes del inicio del ciclo lectivo. No obstante, el apoyo de Frigerio a Milei, no estaría en discusión, aunque es cada vez más evidente que el libertario quiere saquear el interior federal para juntar recursos y pagar la brutal deuda que contrajo Macri, cumpliendo las exigencias del FMI.
 
Frigerio y sus pares de Juntos por el Cambio, en un zoom con el ministro del Interior, Guillermo Francos, habían retirado el requerimiento de coparticipar el Impuesto PAÍS para aprobar los artículos de la polémica ley. Entregaron algo que habían consensuado los otros gobernadores, para asegurarse alguna fuente de financiamiento para las provincias, teniendo en cuenta la casi eliminación del Impuesto a las Ganancias y la reducción de la coparticipación nacional, por la caída de la actividad económica.
 
Milei ordenó "no desguazar más" la ley ómnibus, por lo que los gobernadores no consiguieron asegurar, hasta ahora, ninguna fuente nueva de financiamiento, de impuestos que se recaudan en las provincias y se los queda la Nación. El Presidente había hablado en ese sentido en la reunión de gabinete en la que prometió "fundir" a las provincias. El resultado es conocido: se cayó la ley y el Presidente detonó la hostilidad frontal con los gobernadores. Es que Milei no necesita del apoyo de los gobernadores, porque a él lo bancan los empresarios más poderosos, los grandes medios porteños y la embajada yanqui. Tiene un poder considerable.
 
¿Qué hará Frigerio ante esta guerra de saqueo que Milei le declaró el interior federal? Nada. La posición de Frigerio deja muy en claro que el PRO es parte esencial de la gestión libertaria: perdieron las elecciones, salieron terceros, pero ahora cogobiernan. Es evidente también que lo peor de la casta macrista está en el poder: Luis "Toto" Caputo, Patricia Bullrich y Federico Sturzenegger, por nombrar algunos. Legisladores nacionales del PRO participan activamente en el canje de votos por favores o prebendas sectoriales y la mayoría de los funcionarios designados ya fueron parte de la gestión anterior del macrismo. La casta sigue viva y gobierna a pleno.
 
 
El problema es que Milei ya engrupió a los gobernadores. Después de enloquecerlos con las inexistentes negociaciones sobre la coparticipación del Impuesto PAIS, sepultó el Fondo Compensador del Interior e incumplió su promesa de reponer en febrero aportes nacionales para hacer frente a los subsidios provinciales luego de encargarles a los mandatarios que afrontaran esos gastos con recursos propios durante enero. Les pidió a los gobernadores que financien los subsidios con recursos provinciales, cosa que hicieron, y en febrero, el gobierno volvería a poner la plata para cubrirlo, pero rompió el acuerdo que había establecido. Otra mentira más.
 
Milei, un centralista porteño, que no tiene gobernadores ni intendentes, redujo durante enero un 98% las transferencias discrecionales a las provincias y anunció que disminuirá el subsidio a las empresas de transportes de pasajeros, ambas decisiones impactan en las provincias y despertaron el rechazo generalizado. La desatinada eliminación de subsidios de transporte para el interior del país, que afecta a trabajadores, jubilados y estudiantes, pero sosteniendo los del AMBA, incumple el Pacto Fiscal de 2017. Se mantienen así las fuertes asimetrías entre el Puerto de Buenos Aires y el interior federal.
 
La pregunta del millón es, ¿qué se viene ahora? En la Casa Gris admiten que con Milei puede pasar cualquier cosa, en cualquier momento "se le salta la cadena", afirman. Por eso, el porteño Frigerio prefirió el silencio, para evitar ponerse en la línea de fuego del intolerante presidente. Su consigna es "esperar", por su cercanía ideológica con el ajuste fiscal neoliberal. Aunque, hasta ahora, no siente que le recompensaran el apoyo. Si le garantizaran recursos para salarios, servicios y alguna que otra obra pública, esa alianza para él sería positiva. Lo que abre otra discusión. ¿Vale la pena semejante apoyo a Milei para tan poco premio? Quienes le cuestionan su decisión aseguran que no, porque está atando parte de su futuro al de un Gobierno tan impredecible como disruptivo y le resultará muy difícil despegarse del anarco capitalista.
 
La estrategia libertaria no repara en matices: siempre es a todo o nada. Es que Milei pretende tener a los gobernadores de rodillas, por eso tampoco está transfiriendo a las provincias el Fondo de Incentivo Docente. Si Milei está decidido a saquear a las provincias, debería considerar que el 85% de los recursos presupuestarios que tienen se destinan a solventar educación, seguridad y salud, lo que va a fundir son los sistemas públicos más importantes que tiene el Estado y estará perjudicando a todos los entrerrianos. Entonces, ¿qué hará Frigerio con su "dialoguismo" si ata su suerte a la de Milei?
 
La realidad es que Milei ganó el balotaje con 14.554.560 votos de los 35.394.425 de los electores habilitados para votar en todo el país. El 41% de los ciudadanos argentinos. Y ganó con una mayoría volátil e impaciente por soluciones concretas a sus problemas. Además no todos esos votos son a favor de su plan, porque muchos lo votaron sólo para que no ganara el peronismo. También, en la campaña electoral, su propuesta de cambio nunca pasó de un eslogan efectista y unas pocas medidas concretas, nada comparables con una mega ley de más de 600 artículos, muchos de ellos inconstitucionales.
 
Por eso, nunca tuvo los votos para aprobar los artículos referidos a las privatizaciones de las empresas públicas, las reformas a la ley de sostenimiento de la deuda y el agravamiento de penas para limitar y reprimir las protestas sociales, entre otros tópicos fundamentales de su alocado proyecto. Como Jean-Claude Van Damme en la película "Retroceder nunca, rendirse jamás", Milei prefirió perder antes que negociar, y convirtió a los opositores dialoguistas en sus enemigos.
 
Milei dijo desde Israel que de manera personal ordenó bajarle el pulgar a la ley tras la faena de desguace que le propinaron los "corruptos" opositores. Sin embargo, la realidad fue otra. Le asignan a Cristian Ritondo, titular del bloque del PRO -que en el Congreso ofician de aliados directos de los libertarios y les votan hasta la última coma-, un rol central en el pase a comisión de la Ley Ómnibus. Ritondo tienen en Macri, su jefe político. A la conducción del PRO que responde a Macri y que tiene terminales en el Ministerio de Caputo también se le asigna la determinación férrea de oponerse a cualquier tipo de reparto de recursos con las provincias, eje central de la discrepancia que terminó con el fracaso de la ley.
 
El problema es que el gobierno de Milei es una runfla de lo peor de los halcones de Macri, es un gabinete totalmente porteño, que no conoce y desprecia el país, que no entiende cómo funciona la relación Nación, provincias, municipios, que se creen que las saben todas y encima son muy soberbios. El objetivo del desfinanciamiento va en contra del interior y detrás está la mano invisible de Macri, en una maniobra para ponerlo en crisis a Milei y tomar el control del Gobierno. ¿Frigerio está en esa jugada? El porteño pasaría los días con esa duda, porque esta unión ubica a la gran mayoría de los gobernadores en la vereda de enfrente.
 
Muy mal asesorado por Sturzenegger y otros representantes del extremismo neoliberal, Milei pagó con su capital político. Sturze finalmente perpetró el tercer desastre, luego de fracasar con Cavallo y Macri. El problema es que en el camino, Milei se desquitó con los gobernadores adoptando medidas que perjudicarán de manera directa a la gente, dinamitó la relación con los diez mandatarios de Juntos y los tres bloques aliados, sufrió su primer derrota seria y quedó en estado de debilidad política, en el preciso momento que todos los sondeos indican una permanente caída del apoyo por la mega devaluación, la ley de alquileres, el descontrol de los precios y el aumento del transporte, que destruyeron los ingresos del pueblo. Se le acaba la "luna de miel".
 
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