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Nacionales - 15-09-2010 / 17:09
EFEMÉRIDES POPULARES. EL 16 DE SEPTIEMBRE DE 1955 EL GOLPE DE ESTADO GORILA DERROCA EL GOBIERNO ELEGIDO DEMOCRÁTICAMENTE DE JUAN PERÓN

La Fusiladora: Golpe militar autodenominado “Revolución Libertadora”

La Fusiladora: Golpe militar autodenominado “Revolución Libertadora”
En el centro, Almirante Isaac Rojas y General Pedro Eugenio Aramburu.
El enfrentamiento entre el campo nacional-popular y el bloque oligárquico-imperialista llegó a su punto más alto con la "La Fusiladora", conocida también como  "Revolución Libertadora" que es como se autodenominó la dictadura militar gorila y antipopular que gobernó el país, mediante un golpe de estado iniciado el 16 de septiembre de 1955, tras derrocar al presidente democrático y constitucional Juan Perón.
 
El 13 de noviembre de 1955, el general Eduardo Lonardi sería reemplazado por el general Pedro Eugenio Aramburu, profundizando el contenido gorila y reaccionario del zarpazo castrense. Tras más de dos años de gobierno antipopular, este hizo entrega del mando al presidente Arturo Frondizi, el 1º de mayo de 1958.
  
Escribe: Blas García

Revolución Nacional y Popular
 
Todo proceso de transformación de una sociedad que involucre un cambio de sus estructuras para crear condiciones de mayor justicia social, es revolucionario.
 
A partir de 1945, el peronismo fue una revolución en marcha desde el poder de las masas populares, del Estado y del gobierno, sin derramamiento de sangre.
 
Desde el momento que significó un cambio de estructuras para alcanzar una mayor justicia social, no pudo dejar de herir privilegios causantes de la injusticia y molestar situaciones estabilizadas hasta entonces.  

La revolución peronista hirió sensiblemente a las minorías oligárquicas del país, pero también perjudicó ostensiblemente a los intereses yanquis y británicos, que se unirían a quienes les ofrecieran la más segura posibilidad de revancha.
 
 
Antecedentes previos

Los cruces del peronismo con los militares  y políticos liberales comenzaron en ocasión de la Reforma Constitucional de 1949 que, entre otras medidas, le otorgaba más atribuciones al gobierno para intervenir en la economía e incorporaba cambios fundamentales para la igualdad social.
 
En la Constitución de 1949 se habían integrado los derechos sociales conquistados por el Movimiento Obrero y la legalización de los cambios económicos, especialmente la política de nacionalizaciones del comercio exterior, de los combustibles y del transporte. Todo esto generaba un fuerte malestar a las clases oligárquicas y conservadoras.
 
Posteriormente, estas fricciones se profundizaron cuando en 1951 se comenzó a hablar de la posibilidad de que Eva Perón fuese candidata a vicepresidenta a la que se enfrentaron.
 
Además debe señalarse que durante el Gobierno de Perón, la oposición substancial estuvo a cargo de la Unión Cívica Radical, una fracción de la pequeña burguesía aliada al imperialismo y la oligarquía. Su área de implantación era la zona agropecuaria de la Provincia de Buenos Aires y la zona de servicios de la Capital Federal. Vinculado a la estructura mas atrasada, al sistema agro exportador, el radicalismo ve con preocupación a las masas obreras y a la industria desarrollada por el peronismo.
 
Partido con una conducción arcaica, el radicalismo vivía una época que ya no era la suya. Las grandes convulsiones de una sociedad que buscaba resolver sus problemas fundamentales lo llevaron lejos del poder.
 
Escribía Abelardo Ramos: "Medroso ante la oligarquía, áspero hacia el proletariado, sin disimular su odio hacia el peronismo, incapaz de combatir al imperialismo sino en palabras, yrigoyenista en el pasado y liberal en los tiempos actuales, el radicalismo vive prisionero de todas las categorías formales de la democracia oligárquica e hipnotizado por un nirvana rural irrealizable".

 
Primer intento de golpe
  
En 1951 el general Benjamín Menéndez se sublevó contra el gobierno de Perón, pero no tuvo éxito, pues no encontró adhesiones importantes dentro del aparato militar. Perón declaró el Estado de Guerra interno, y dijo que "todo militar que no se subordine o se subleve contra las autoridades o participe en movimientos tendientes a derrocarlas o desconocerlas, será fusilado inmediatamente".
Pero la conspiración en contra del gobierno de Perón continuó, conforme aumentaba su respaldo popular.
 
El general Eduardo Lonardi, que estaba preso, nominó al entonces general Pedro Eugenio Aramburu como el jefe del movimiento. El presidente Perón contaba con el apoyo de grupos nacionalistas, tanto dentro del ejército como de la sociedad civil, sumados a la clase trabajadora y la CGT. Aramburu pensaba que todavía no era momento de sublevarse, pues la muerte de Evita había producido una galvanización del peronismo, y un abroquelamiento de los trabajadores en torno a su líder indiscutido.
 
Perón triunfó contundentemente en las elecciones de 1952 ampliando su apoyo hasta alcanzar un 62,49% de los votos. Las dificultades de la oposición para articular una opción política electoral al peronismo, impulsaría a muchos sectores a la actividad golpista e incluso terrorista. El 15 de abril de 1953 se produjo un grave atentado terrorista contra una manifestación sindical organizada por la CGT en la Plaza de Mayo, resultando asesinados 5 trabajadores y 95 heridos.
 
El conflicto con la iglesia católica, que se agrava rápidamente y el enfrentamiento de Perón con los sectores políticos católicos (Democracia Crisitana) precipitó la conspiración en su contra. Perón había llamado a una Convención para separar a la iglesia del estado, lo que puso a los sectores católicos en pie de guerra junto a los otros sectores que venían conspirando.
 
En marzo de 1955, funciona el congreso de la productividad y los empresarios pretenden reducir las conquistas obreras para aumentar la productividad, entrando en colisión con la CGT. El Frente Nacional, que representa a trabajadores y empresarios industriales, entra en crisis.
 
En abril de 1954, las elecciones para legisladores y vicepresidente (Quijano había muerto) arrojan amplia mayoría para el Partido Peronista, especialmente en el padrón femenino y en las provincias del interior, con el 63,2% de los votos.
 


 
Foto: Dos mujeres civiles peronistas muertas por el feroz bombardeo.

Segundo intento de golpe: la Masacre de Plaza de Mayo
 
El 16 de junio de 1955, un grupo de civiles y militares reaccionarios sobrevolaron la Plaza de Mayo en un supuesto desfile aéreo que había sido dispuesto por el Ministro de Aeronáutica como acto de desagravió a San Martín y de adhesión a Perón, pero que culminó en un salvaje ataque a la ciudad indefensa, en lo que fue el bautismo de fuego de la aviación naval.
 
Dicho ataque tenía como objetivo abrir camino a una tropa de la infantería de marina al mando del contralmirante Samuel Toranzo Calderón que debía tomar por asalto la casa Rosada y asesinar a Perón.
 
El levantamiento militar en el que la Aviación Naval bombardeó Buenos Aires es consecuencia del odio irracional de la oligarquía, alimentado desde las históricas jornadas del 17 de octubre de 1945, y que fue vomitado sobre la ciudad indefensa en una mansalva de bombas y metralla que dejo un saldo de más de 300 muertos y millares de heridos. 
 
Se combatió por aire, mar y tierra. Aviones de la Marina se enfrentaron a los de la Fuerza Aérea y atacaron a unidades del ejército que convergían sobre el epicentro de la ciudad. Los puntos bombardeados fueron: la Casa de Gobierno, los alrededores de Plaza de Mayo, el Ministerio de Guerra, el Departamento Central de Policía, la zona aledaña a la Residencia Presidencial, en la zona norte del Gran Buenos Aires en el barrio de Olivos y otros sectores de la ciudad.
 
La reacción del pueblo fue instantánea. Gran cantidad de trabajadores convergieron hacia la Plaza de Mayo y la CGT y al grito de "La vida por Perón" reclamaron armas y ofrecieron su apoyo en la defensa del gobierno constitucional y colaboraron en la lucha contra las fuerzas sublevadas. 
 
Perón dejó la represión en manos del ejército, que llegaría más tarde y comenzaría el ataque (al mando del General Valle, el mismo que será asesinado por la Fusiladora en 1956) sobre el Ministerio de Marina  que hacía de sede del comando rebelde, al tiempo que el pueblo seguía llegando a la Plaza en todo tipo de transporte y portando todo tipo de armas.
 
El Regimiento de Granaderos a Caballo y cuerpos del Ejército, con el Regimiento Motorizado Buenos Aires a la cabeza, lograron rechazar el ataque de la Infantería de Marina sobre la Casa de Gobierno y rendir al Ministerio de Marina, donde se había concentrado el alto mando rebelde, cuyo jefe, el Contralmirante Benjamín Gargiulo, al ver fracasada la asonada, se suicidó.
 
Por la noche, millares de militantes peronistas incendiaron los principales templos del casco histórico de la ciudad, la Curia Metropolitana y los edificios de instituciones, como el Jockey Club, por el apoyo que dieron a los golpistas.

 
Perón llama a la "convivencia democrática"
 
El fracasado intento subversivo sería la señal de que el conflicto entre el gobierno y la oposición ya no tenia retorno. O Perón profundizaba la revolución apoyado en la inmensa mayoría del pueblo argentino, o el proceso revolucionario iniciado en 1945 se truncaba.
 
En julio, Perón hace un llamado a los opositores para pacificar el país, apostando por la "convivencia democrática" y "la consolidación nacional". Con la sangre aún caliente de los millares de víctimas de la descabellada masacre de Plaza de Mayo, Perón llama a la conciliación y no a la lucha. Se ocultó el verdadero número de víctimas de los bombardeos y se negó a fusilar a los principales responsables.
 
Perón invita a la oposición a la conciliación y pacificación del país, y la oposición lo rechaza con argumentos bizantinos y pretensiones desmedidas, mientras continúa con la conspiración, el sabotaje y los atentados, alimentados por una oligarquía ávida de recuperar el poder que le había sido arrebatado en 1946.
 
Es evidente que la oligarquía estaba dispuesta a llevar la lucha hasta sus últimas consecuencias: la franca confrontación entre los beneficiarios y los enemigos de la Nueva Argentina. Ya lo había demostrado con el bombardeo de Plaza de Mayo.
 

El golpe final del 16 de septiembre de 1955
 
El 16 se septiembre de 1955 estalló en Córdoba  la insurrección militar que daría inicio a la autodenominada Revolución Libertadora.
 
Los rebeldes contaron con el apoyo de los llamados "comandos civiles", políticos gorilas que combatieron contra las tropas leales al presidente Perón en Alta Córdoba, y mantuvieron escaramuzas en distintos puntos del país, ocupando edificios públicos y constituyeron un factor de enlace permanente con los militares sublevados.
 
Hubo fuertes enfrentamientos entre la Escuela de Artillería, su aliada, la Escuela de Tropas Aerotransportadas y la vecina Escuela de Infantería, leal al gobierno, en las afueras de Córdoba y se combatió en el epicentro de aquella ciudad, sobre todo frente al histórico Cabildo; en la Basa Naval de Río Santiago, atacada por la Fuerza Aérea leal y en el Río de la Plata, donde la Escuadra de Ríos sufrió serios daños. También se produjeron choques en Curuzú Cuatiá (provincia de Corrientes), en Cuyo y Entre Ríos.
 
Hubo duros enfrentamientos entre fuerzas del Ejército y la Aviación Naval en la zona de Sierra de la Ventana y Tornquist y combates de consideración en Bahía Blanca y la provincia de Río Negro donde un convoy fue atacado por aviones navales.
 
Por otra parte, la Marina bombardeó los depósitos de combustible y la Escuela de artillería antiaérea de Mar del Plata, amenazó con hacer lo mismo en la Destilería de La Plata y  unidades rebeldes de la Fuerza Aérea atacaron aeródromos y bases leales en diferentes puntos de las provincias de Córdoba y Buenos Aires.


 
Foto: Pese a la brutal represión, en Rosario la resistencia no afloja. En una de esas jornadas de 1956, Villa Manuelita amanece pintada en abierto desafío al orden mundial imperante: " Los yanquis, los rusos y las potencias reconocen a la Libertadora. Villa Manuelita no ".

Rosario: Capital del Peronismo
 
Apenas iniciado el golpe contra el gobierno constitucional peronista, aparecieron los resistentes en Rosario y durante 7 días con sus noches soportaron el asedio de los golpistas.
 
El general León Bengoa con refuerzos militares, armamento y municiones suficientes sitia a la ciudad provocando una guerra civil en Rosario. Sitiados, sin alimentos, sin armamento, las fuerzas leales a Perón, el Regimiento Militar II de Infantería de Rosario junto a los trabajadores del cordón industrial y el pueblo pelean y avanzan sobre los sectores enemigos del centro de la ciudad y las fuerzas armadas.

Durante siete días mantuvieron en vilo a la ciudad y a las fuerzas golpistas que nunca pudieron entrar para arrancar los bustos de Perón y Evita, por ese motivo Perón la declara la Capital del Peronismo.
 
Allí la resistencia peronista fue una de las más feroces y activas. Tenía una base social amplia y en esos días de guerra civil, en Rosario, el golpe se cobró más de 400 muertos entre niños, mujeres y hombres de distintas edades, además de cientos de heridos.
 
Los enfrentamientos en todo el país se extendieron del 16 al 21 de septiembre y finalizaron cuando Perón renunció a la presidencia y se marchó al exilio, primero a Paraguay y posteriormente a Venezuela, República Dominicana y España.
 

¿Por qué renunció Perón?
 
Para la renuncia se unieron varios factores: la falta de disposición de Perón a la lucha, la débil lealtad de los militares hacia él y el deseo de evitar la abierta confrontación de la oligarquía con el pueblo en las calles y armado, dispuesto a todo.
 
Sumado a ello la profunda decisión de los militares sublevados de llevar la lucha hasta sus últimas consecuencias; como lo demuestra la amenaza de la Marina de bombardear a la población civil de la ciudad de Buenos Aires y destruir las destilerías de petróleo "Eva Perón", una obra de extraordinario valor para la economía nacional.
 
El gobierno de Perón tal vez estaba en condiciones de derrotar militarmente a los sediciosos, sin embargo la estabilidad del régimen popular dependía de su decisión de enfrentar violentamente a la oligarquía terrateniente y profundizar el proceso revolucionario iniciado el 17 de octubre de 1945. Perón tuvo el temor de introducir al país en una guerra civil, cedió a la presión y cursó su renuncia.
 
El golpe militar de septiembre de 1955 provocó, entre junio y septiembre, la muerte de casi 4000 personas, entre civiles y militares y significó el triunfo y el festejo para los sectores pertenecientes a las clases media y alta, pero la mayoría de los trabajadores y de los sectores populares lo recibieron con tristeza e indignación.
 
 
"Ni vencedores, ni vencidos"

El 20 de septiembre Lonardi asumía la presidencia de la República con una frase que luego fue desvirtuada por la realidad de los hechos: "Ni vencedores, ni vencidos".

Los partidos políticos gorilas festejaban en las calles. El Comité Nacional de la UCR brindó su apoyo al gobierno militar explicitando textualmente que: "la revolución triunfante por el sacrificio de soldados, marinos, aviadores y civiles unidos por su patriotismo y amor a la libertad, abre una gran esperanza".

Incluso radicales como los doctores Roque Carranza, Carlos Alconada Aramburu, y en Entre Ríos, Sergio Montiel, resultaron ser relevantes conspiradores y "comandos civiles".

El Congreso Nacional se disolvió; las provincias fueron intervenidas; a los miembros de la Corte Suprema de Justicia se los dejó cesantes; se creó una Comisión Nacional de Investigaciones destinada a actuar contra el peronismo.

Mientras tanto, el Movimiento Peronista se encuentra desorganizado y lo previsible ocurre. Con la caída de Perón se produce el desbande general de los viejos dirigentes; muy pocos permanecieron en sus puestos de lucha.

Los "comandos civiles" atacan los locales obreros y los ocupan a punta de pistola (se interviene la CGT, se asaltan los locales partidarios y se encarcela a sus dirigentes más representativos) Pero la resistencia surgirá rápida y espontánea en las bases populares indignadas por el derrocamiento de Perón, aunque sus dirigentes estaban presos, exiliados o escondidos.


Política de los "libertadores"

El nuevo gobierno "de facto" toma medidas de neto corte antipopular que tiende a sustituir el Estado de Bienestar del peronismo.

El Plan Prebisch, alentado por el nuevo gobierno de facto, considera que existe una crisis económica en el país. Para salir de ella, siguiendo los lineamientos del Fondo Monetario Internacional (FMI) propone y efectiviza: fuerte incentivo a la producción agropecuaria, restablecimiento del mercado libre de cambios, acudir al crédito exterior, congelar sueldos y salarios, admitir la entrada de capital extranjero y la devaluación del peso argentino. Consecuentemente, dispone el ingreso como país-socio al Fondo Monetario Internacional.

 
Asume Aramburu

Pero grupos de militares cerradamente antiperonistas (llamados "gorilas") entienden que Lonardi es demasiado blando y no lleva a cabo la tarea de "desperonizar" al país con suficiente energía. Un golpe interno en las Fuerzas Armadas, determinó el día 13 de noviembre su reemplazo por un liberal de derecha, el General Pedro Eugenio Aramburu.

En ambas Presidencias el Almirante Isaac Rojas ocupó el cargo de vicepresidente de la Nación conjuntamente con la Junta Consultiva, integrada por representantes de los partidos gorilas opositores al peronismo, seleccionados por el poder militar.
 
Los siguientes partidos fueron los integrantes de la Junta Consultiva Nacional: Unión Cívica Radical, Partido Socialista, Partido Demócrata Conservador, Partido Demócrata Progresista y Partido Demócrata Cristiano.
 

Recrudece la política represiva

Con Aramburu comienza una etapa de mayor represión. Se disuelve el Partido Peronista y se intervienen más sindicatos. El 1º de Mayo de 1956 se vuelve a poner en vigencia a la Constitución de 1853, declarándose nulas y sin valor las reformas sociales realizadas en 1949.

Paralelamente al cambio presidencial, se agudiza la represión, llevándose a la práctica decretos leyes como el 4.161, que desautoriza toda actividad peronista (se prohíbe, con pena de cárcel: nombrar a Perón y a Eva Perón, tener sus retratos o símbolos, cantar la marcha peronista, etc.) también se proscribe electoralmente al peronismo y se secuestran los restos mortales de Evita.

Empieza una sorda resistencia inorgánica, con tres polos de desarrollo: la fábrica, el barrio y los militares peronistas. Desde el exilio, Perón envía "directivas secretas" a los dirigentes peronistas para intentar organizar la Resistencia, menciona especialmente a la Juventud Peronista y nombra su delegado personal para coordinar la Resistencia a John William Cooke.


La resistencia peronista

El año 1956 se caracteriza por el aumento de la oposición peronista al gobierno de Aramburu, la creciente tensión social y la crisis profunda que sacude al régimen.

Desde las fábricas, los barrios, el seno del movimiento obrero, desde las estructuras de los cuerpos de delegados y comisiones internas se formó el engranaje de una nueva manera de resistir el golpe, con la consigna de Perón Vuelve. Esa lucha se dará en Rosario, Córdoba, el primer y segundo cordón industrial de la provincia de Buenos Aires, en la provincia de Tucumán y en Tafí Viejo, donde se encuentran los talleres ferroviarios más emblemáticos, Altos Hornos Zapla, los cañeros de la Fotia, Minera Aguilar, Jujuy y las Pirquitas, y tanto más.

También en el 56 comienzan a organizarse en forma embrionaria agrupaciones gremiales ligadas a jóvenes peronistas, nucleados fundamentalmente en los barrios. Estos grupos juveniles se organizaron progresivamente hasta confluir al año siguiente en la Mesa Ejecutiva de la Juventud Peronista, integrada por Gustavo Rearte, Héctor Spina, Felipe Vallese y otros. Aparecen varios periódicos ligados a ese sector (Norte, Línea Dura, etc.)


Se amplia la intransigencia

La exclusión política del peronismo, produjo un proceso de resistencia que ampliaría el perfil del justicialismo. A partir de 1955 el peronismo aglutinó, representó y canalizó a todas las rebeldías y críticas contra el sistema económico, social y político, crecientemente ineficaz y en el cual era el único actor apartado.

El espectro político peronista se tornó muy amplio y variado. El activismo peronista opositor, con ingenio y combatividad, realizó sus intentos por la vía del levantamiento cívico-militar, acciones de resistencia por métodos encubiertos, "trabajo a tristeza", sabotajes, colocación de explosivos, paros gremiales, atentados, ataques con bombas "Molotov", etc.


Experiencias insurreccionales

En esta etapa se realizaron alzamientos cívico-militares -la revolución del general Juan José Valle y, posteriormente, la asonada del general Iñiguez- y se probaron otras formas de lucha que incluyeron experiencias insurreccionales -la toma del Frigorífico Lisandro de la Torre, encabezada por Sebastián Borro, que puso en pie de guerra al barrio de Mataderos durante una semana-, y experiencias guerrilleras rurales como fue la de los "Uturuncos" desarrollada en Tucumán y Santiago del Estero entre octubre de 1959 y junio de 1960.

Además, el peronismo participaba, aunque estaba proscripto, en las elecciones apoyando a otros candidatos en contra de los radicales, que eran los representantes civiles de la dictadura militar.


El radicalismo nunca se alejó demasiado del poder. En los interregnos militares inaugurados por la Revolución Libertadora de 1955 siempre se pueden encontrar ministros, gobernadores e intendentes radicales, en grado tal que es posible hablar de la Unión Cívica Radical como brazo civil del golpismo militar de las décadas del 50, 60 y 70.

 
La revolución del General Valle y la Operación Masacre

En el marco de la resistencia anti-oligarquica, en junio de 1956, el General Juan José Valle organiza un alzamiento cívico-militar contra el gobierno ilegítimo para defender la soberanía popular y la justicia social, avasalladas por el gobierno militar instalado en septiembre de 1955.

El movimiento revolucionario es infiltrado, pero no se lo reprime hasta que se manifiesta como tal. Se buscaba desde el poder dar un escarmiento total que sirviera para desalentar posibles intentos posteriores.

Tan es así, que los decretos de fusilamiento para el general Valle y sus compañeros fueron firmados antes del 9 de junio, pese a que el tribunal militar que los juzgó, los había absuelto. Así y todo se les aplicó la ley marcial retroactiva a la fecha y hora de disposición. Es de hacer notar que al rendirse el general Valle, se le garantizó salvaguardar su vida. Entre el 9 y el 12 de junio de 1956, murieron fusilados y asesinados en los basurales de José León Suárez 31 patriotas revolucionarios peronistas.
 

Si bien los militares gorilas y golpistas, testaferros de la oligarquía ávida de recuperar el poder que le había arrebatado el pueblo en 1945, hablarán del "tirano sangriento" y la "tiranía sangrienta" refiriéndose a Perón, que se había negado a fusilar a los culpables de la masacre de Plaza de Mayo y a perseguir a sus cómplices, lo cierto es que serán ellos los salvajes y homicidas que proscribirán, perseguirán, encarcelarán, torturarán y matarán al pueblo argentino.

 
Escribe: Blas García

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La Fusiladora: Golpe militar autodenominado “Revolución Libertadora”
En septiembre de 1955, comandos civiles armados celebran en la ciudad de Córdoba el derrocamiento de Perón.
La Fusiladora: Golpe militar autodenominado “Revolución Libertadora”
En la 1ª reunión de la Junta Consultiva de la “Revolución Libertadora”; integrada por todos los partidos políticos antiperonistas, el radical Zavala Ortiz saluda efusivamente al almirante Rojas.
24-11-2024 / 09:11
Con la decisión de rebautizar edificios y descartar la simbología popular del peronismo y el kirchenrismo, ya con formato de plan sistemático, el gobierno libertario de Javier "el Loco" Milei evidenció en estas últimas semanas su desvelo mayor: hacer "desaparecer" a Perón, a Evita y a Néstor Kirchner. "Fin", diría el posteo del vocero presidencial Manuel Adorni.
 
Estas acciones, hoy planificadas, lejos del rictus espasmódico de los primeros meses en el poder buscan borrarlos del imaginario social. Tal como en 1955 procedió la Revolución Libertadora contra el peronismo "con acciones planificadas, hoy es una política de Estado", explica el historiador Hernán Brienza.
 
El filósofo Ricardo Forster subraya que  es  algo "muy propio de las nuevas derechas que buscan transformar la subjetividad". Detrás, acecha un modelo económico y social totalitario y excluyente "cuya mayor expresión en la materialidad de lo público e institucional es el proceso judicial contra Cristina Kirchner como líder de este espacio político", completa la historiadora Araceli Bellota.
 
Los especialistas analizan el nuevo show del establishment y advierten sobre las enseñanzas de la historia que las huestes de La Libertad Avanza parecen no contemplar.
 
"Hay una cruel ingenuidad en creer que borrando un nombre borras a la persona y a la historia. Hay algo de censura también, y en la intención de hacer desaparecer al otro hay cierto grado de animismo histórico por creer que borrando el nombre, esto se logra", sentencia Brienza a propósito de la batalla cultural que ya ganó las calles tanto como las redes sociales.
 
"La batalla cultural es propia de las extremas derechas", explica Forster respecto de los totalitarismos que horadan la subjetividad. En este tipo de cruzada, como la que lleva adelante el gobierno de los Hermanos Milei y Victoria Villarruel "es esencial cambiar los nombres porque son algo importante, designan, marcan. Si cambio el nombre del CCK a Edificio Libertad hago un gesto hacia la sociedad. Si saco el busto de Néstor Kirchner de un lugar público también" señala el filósofo.
 
La línea histórica de esta serie de saqueos a la memoria popular remite a la proscripción del peronismo agrega Bellota. Y dispara: "La mal llamada Revolución Libertadora tenía entre sus propósitos desperonizar a la Argentina. Esto es un calco: sacar los monumentos, cambiar los nombres, perseguir a los dirigentes y al mismo tiempo, hambrear al pueblo". La historiadora, también concejala en el municipio de Moreno por Unión por la Patria, describe así el núcleo del conflicto.
 
Al principio, en la avanzada sobre lo simbólico donde se refleja la memoria social, hubo solo provocaciones aisladas. Cambiaron el nombre del Salón de las Mujeres en Casa de Gobierno justamente un 8M, Día internacional de la Mujer. Lo rebautizaron: Salón de los Próceres. Antes, y sin aspavientos, quitaron el busto de Néstor Kirchner del patio del ex Ministerio de Agricultura. Fue un anticipo de lo que pasó meses después cuando la ministra de Capital Humano, la inútil Sandra Pettovello, decidió retirar el busto del expresidente de la sede de ANSES y lo difundió en las redes.
 

23-11-2024 / 09:11
Al presidente le pusieron la puerta chica en el G-20 y lo obligaron a agacharse para entrar. Javier "el Loco" Milei aceptó la humillación de asistir a una reunión que había despreciado, saludar a líderes que había insultado y firmar documentos que había repudiado. La vergüenza que pasó en el G-20 fue consecuencia de su viaje a los Estados Unidos. La relación con Donald Trump no pasó hasta ahora de ser su mascota.
 
"Eres mi presidente preferido" o "El trabajo que ha hecho es increíble" son las palmaditas que consiguió Milei de Trump. Pero el norteamericano ya anunció que impondrá tasas aduaneras del 60 por ciento a las importaciones provenientes de China y del 20 por ciento al resto, incluidas las argentinas, desde limones hasta el acero. Y en lo financiero, "no hay plata".
 
En ese plano, Estados Unidos tiene un déficit de casi el 8 por ciento de su PBI, una cifra galáctica. Pero como la deuda es en su propia moneda, la financia emitiendo. Trump no es libertario ni le interesa la escuela austríaca que fanatiza a Milei. No cree en el libre mercado y nunca hubiera cerrado Ciccone Calcográfica como hizo el presidente argentino.
 
Pero se dan la mano en otras cuestiones representativas del brutalismo conservador neoliberal. Ambos coinciden en mantener la hegemonía excluyente del imperio norteamericano en el escenario internacional y comparten el estilo político agresivo, rupturista y polarizador.
 
Hasta ahora, nada más que las palmaditas y frases que uno le susurra a su mascota. De comercio y capitales, nada. A Milei le dieron cinco minutos para hablar en Mar-a-lago, el club privado de Trump. Fue el número vivo. Se cumplió el tiempo y lo bajaron sin ninguna contemplación.
 
Antes de su participación en los festejos de Trump y de la reunión del G-20, Milei había echado a su canciller Diana Mondino porque su representante en la ONU había votado contra el bloqueo a Cuba. Y a partir de allí mandó a no votar por los derechos de los pueblos originarios y a no repudiar la violencia digital contra mujeres y niñas. Para Milei, los pueblos originarios no tienen derechos, la violencia de género no existe y las sociedades humanas no dañan al clima.
 
Con ese fundamento retiró la delegación argentina de la reunión del COP 29, que debía discutir, en el marco de la ONU, los avances en la lucha contra el cambio climático. El encuentro se realizó desde el 11 de este mes hasta ayer en Bakú, Azerbaijan. En esa actividad se acuerdan negocios relacionados con el tema. La decisión destemplada del gobierno hizo que se cayeran las acreditaciones de 50 empresarios argentinos.

Si la relación con Trump dependerá de la marcha de la economía, el afán de convertirse en una celebridad internacional sobre la base de desplantes e insultos, generó fastidio y enojo. Quedó claro en la reunión del G-20 en Brasil, donde no le hicieron la más mínima concesión y lo obligaron a firmar dos declaraciones que incluyen temas por los que ha lanzado una caza de brujas entre los diplomáticos de carrera.


El derrotero de estos días en la ONU, en los Estados Unidos y en Brasil demuestran que el gobierno no tiene una política exterior real, que no entiende la diplomacia, que va al aislamiento y al desastre, al que se le suma el loco afán de convertirse en figuretti mundial.

22-11-2024 / 10:11
Javier "el Loco" Milei vive realmente en una nube de gas, eso fue lo que demostraron sus polémicas y extrañas declaraciones a uno de sus periodistas favoritos. El presidente habló de unos números que resultan inexistentes en absolutamente todas las mediciones que hay. Milei afirmó que el nivel de pobreza es de 46 puntos, y aseguró: "¿Vos te das cuenta? Bajamos la pobreza en 9 meses en 11 puntos". Pero, no contento con eso, Milei, un mentiroso patológico, fue por más: "No sufrimos en actividad, no sufrimos en empleo, el salario real está por encima de lo que teníamos cuando asumimos".
 
Según el libertario, el salario básico promedio pasó de 300 dólares a 1.100 dólares; aunque la mayoría de la gente se está preguntando dónde está la parte del sueldo que le falta. El propio Indec desmintió a Milei. En su página publicó la evolución de la distribución del ingreso per cápita, calculado en $289.562, mientras que la mediana del ingreso per cápita fue de $205.000. Nada que ver con lo de Milei.
 
Milei viene teniendo un "éxito" que no es ninguno de los que él dice. Ese "éxito" no es en los resultados económicos que son un desastre en toda la línea. El "éxito" está vinculado a la imposición de los términos del debate y básicamente a dos operaciones:
 
En primer lugar, una es agitar fantasmas y tempestades que presuntamente acechaban al país en general y a la economía, en particular (que inflación "viajaba" al 17.000 %, que la pobreza era casi del 100 %, que la recesión ya era un hecho), y después presentar los pésimos resultados de su programa económico como un "éxito" que evitó todos esos desastres trajo supuestos beneficios.
 
Lo peor no es la ficción que construye el oficialismo para intentar mostrar lo malo como bueno o los fracasos de la política económica como si fueran éxitos, sino en que algunos referentes políticos o comunicacionales, lo crean. Y eso se vincula, con una segunda operación, que es desmembrar o fragmentar el debate sobre los resultados de la política económica del Gobierno. Separar cada ítem y evaluarlo en sí mismo.
 
Entonces te dicen: "Bueno, pero ¿vos no le reconocés un éxito a Milei en la desaceleración de la inflación?".  Es una pregunta que formulada así no acepta un "no" como respuesta. Aunque la forma correcta de plantear el interrogante sería: ¿A vos te parece bien bajar la inflación después de haberla llevado por las nubes en diciembre del año pasado y dinamitando los ingresos (salarios, ahorros y jubilaciones) de todo el mundo? O ¿mediante la imposición de una caída histórica de la actividad que derrumbó el consumo y la inversión? Obvio, es imposible aceptar un "sí" como respuesta.
 
Algo parecido sucede con lo que llaman el "ordenamiento fiscal". Se pregunta: ¿A vos no te parece que había que ordenar las cuentas fiscales y terminar con el déficit? Cuando la forma precisa debería ser: ¿Vos estás a favor de ordenar las cuentas fiscales bajando impuestos a los ricos y que el grueso del ajuste recaiga sobre los trabajadores, los jubilados y las provincias? La inflación se desaceleró básicamente a fuerza de recesión. Y el equilibrio fiscal se alcanzó, esencialmente a costa del ajuste a jubilados y provincias. La estrategia del Gobierno anarco capitalista es aportar siempre a la confusión general y a las exageraciones de sus presuntos "éxitos".
 
La Opinión Popular
 

21-11-2024 / 08:11
El presidente Javier "el Loco" Milei lanzó duras críticas hacia la vicepresidenta Victoria "Bicho Cruel" Villarruel, asegurando que ella se encuentra "cerca del círculo rojo" y forma parte de lo que el oficialismo denomina la "casta política". Milei habla de "castas" alegremente, sin que nadie sepa a quiénes se refiere específicamente. Durante una entrevista concedida a LN+ este miércoles por la noche, el mandatario aclaró que Villarruel no tiene "ninguna injerencia en la toma de decisiones" dentro del Ejecutivo anarco capitalista.
 
Según Milei, la vicepresidenta no participa de las reuniones de gabinete y su relación con él es estrictamente "institucional". "El trato que tenemos es lo que se necesita para cumplir nuestros roles", afirmó el presidente, dejando en claro que el contacto con Villarruel se limita a lo estrictamente necesario para el cumplimiento de sus funciones.
 
En este sentido, Milei destacó que Villarruel había optado por no participar de las reuniones de gabinete, subrayando que, a diferencia de otros miembros del Gobierno, su rol dentro del equipo no tiene impacto directo en la toma de decisiones. La grieta existía desde hace tiempo. La diputada Lilia Lemoine era la que acusaba a la vicepresidenta de diferenciarse de Milei y llegó a caracterizarla como "amante de la alta política, 100% casta". Una definición que ahora quedó demostrado que no le pertenecía.
 
Además, el mandatario hizo referencia a los recientes cambios en su gabinete, destacando la salida de la exministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, quien fue reemplazada por Gerardo Werthein luego de la polémica sobre el voto de la Argentina en la ONU contra el embargo a Cuba. Milei explicó que, frente a la situación, no dudó en desvincular a Mondino de su cargo. "Tardé 30 minutos en echarla", afirmó, revelando la rapidez con la que tomó la decisión. En un instante pasó de ser "una persona exquisita" a traidora, de una  y sin pausa. A lo loco.
 
Este enfrentamiento entre Milei y Villarruel pone en evidencia el quilombo de tensiones internas dentro del Gobierno libertario, en un contexto en el que se avizoran cambios importantes en la estructura del gabinete presidencial. La relación entre el presidente y la vicepresidenta, marcada por diferencias de enfoque y la falta de una participación activa de Villarruel en las decisiones clave del Ejecutivo, ha generado especulaciones sobre su futuro dentro del oficialismo.
 
Desde hace meses que la relación entre Milei y Villarruel está tensa, pero, hasta ahora, el Presidente nunca había hablado así de su compañera de fórmula. Tras los cuestionamientos, desde el entorno de la vicepresidenta respondieron que "ella no decide no ser parte del Gobierno". Y ahondaron: "A veces no hay que ver lo que se dice, sino lo que se hace", en referencia a las actitudes que ha tomado la mesa chica libertaria, Karina y Luis Caputo, atacando a Villarruel.
 
La Opinión Popular
 

20-11-2024 / 10:11
La participación de Javier "el Loco" Milei en la Cumbre del G20 que se efectuó en Brasil dejó varios momentos inesperados, ya sea por su ausencia en la foto final del foro o por la reunión que mantuvo con su par de China Xi Jinping. El encuentro con el líder chino generó sorpresa por sus dichos sobre el país asiático durante la campaña electoral. "Yo no haría negocios con China, no negocio mi moral a cambio de dinero y no hago transacciones con comunistas", había asegurado el libertario. Milei se la pasa hablando contra "el comunismo" y "los comunistas" en cada discurso. El adjetivo aplica a casi todo lo que no sea La Libertad Avanza. Llegó a ser aplicado a figuras políticas como Horacio Rodríguez Larreta y Cristina Kirchner. Pero las etiquetas y las palabras importan poco.
 
Este martes Milei se reunió con el mandatario chino. Ese país está formalmente dirigido por el Partido Comunista. Ese partido administra de manera totalitaria un sistema donde no existe derecho al disenso ni diversas formas políticas partidarias que lo expresen. Pero es cualquier cosa menos "comunista", en el sentido real que este concepto tiene. Desde hace décadas, el PCCH es el garante del desarrollo del capitalismo en China. Un capitalismo que funcionó como motor de la economía mundial durante la primera década de este siglo gracias al bajo precio del valor de la fuerza de trabajo. El "made in China" era equivalente a trabajo semiesclavo.
 
En las últimas dos décadas, producto de su potente desarrollo económico y financiero global, China se convirtió en la segunda potencia mundial en muchos terrenos. Desde ese lugar viene avanzando sobre el mundo, tanto sobre los países centrales como sobre el Sur global, que incluye a la inmensa mayoría de los países de África, Asia y América Latina. Iniciativas como la llamada Ruta de la seda funcionaron como mecanismos de expansión económica, que implicaron subordinar económicamente a distintos países más pobres.
 
Lógicamente, esa subordinación económica tiene consecuencias políticas. Se expresa en una creciente influencia a nivel internacional, que empuja a muchos gobiernos a ensayar distintos tipos de equilibrios, en el marco de las tensiones entre el país oriental y Estados Unidos. Tensiones que, todo indica, se acrecentarán en el marco de la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca.
 
Precisamente, la relación con Argentina tiene un carácter de creciente subordinación económica. Entre las razones de Milei para reunirse está el hecho de que el Gobierno chino viene de garantizar la extensión de un swap de monedas que apuntala las reservas del Banco Central de la República Argentina, el mismo que el presidente había prometido "incendiar" o "dinamitar". Esa extensión, funcionó como salvavidas en un momento financiero crítico que atravesó Milei hace algunos meses, evitando que cayera en default.
 
El Gobierno de Milei plantea una agenda internacional de abierto alineamiento con Estados Unidos e Israel, que está llevando adelante un genocidio contra la población de Gaza al tiempo que empuja las tendencias a la guerra en Medio Oriente. Ese alineamiento con "Occidente" no le impide seguir negociando con China. Sin embargo, esa negociación se mantiene, también, en los marcos de una posición de completa subordinación ante las grandes potencias. De hecho, el país dirigido por Xi Jinping es parte central del FMI y otros organismos internacionales que, aun con tensiones, rigen el mundo en interés del gran poder económico y político.
 
La Opinión Popular
 

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